Hoja de ruta
En un escenario internacional de grave crisis financiera y de distanciamiento político de numerosos gobiernos del continente de las políticas impulsadas por el Consenso de Washington, los movimientos sociales organizados de las Américas consideramos urgente profundizar cambios en el rumbo de las políticas continentales durante el próximo lustro.
La Quinta Cumbre de las Américas se realizará en Trinidad y Tobago en abril de 2009. Será la primera cumbre continental después de la de Mar del Plata en 2005 y también la primera después del fracaso del ALCA. Será igualmente la primera cumbre a la que asistirá el nuevo presidente de Estados Unidos que se elegirá el 5 de noviembre.
Para el movimiento popular esa reunión será una oportunidad importante para definir una posición pública ante los acelerados acontecimientos de los últimos meses, incluyendo los problemas de la integración, la crisis económica, la definición ante las posiciones del nuevo gobierno de EEUU y el planteamiento de la agenda del movimiento social con miras a profundizar el debate, la confrontación y la formulación de alternativas al modelo neoliberal que hace agua por todos lados. También es una ocasión para estrechar lazos con los movimientos sociales del Caribe.
Como un momento previo importante a esa cumbre, el gobierno del presidente Lula tomó la iniciativa de convocar en diciembre próximo un Encuentro de América Latina y Caribe en Bahía. La intención brasileña segundo manifestado por Lula es tender puentes entre todos esos mecanismos de integración para “comenzar a construir la verdadera unión latinoamericana”. La iniciativa brasilera concretaría por primera vez una cumbre de Latinoamérica y el Caribe que no ha sido citada desde fuera de la región, por Europa o Estados Unidos. Sin embargo, la intención de su agenda presumiblemente incluye los temas importantes para las translatinas y en particular para las transnacionales del agro negocio y de la energía.
Simultáneamente, estará ocurriendo la XXVI cumbre de MERCOSUR. Esta cumbre deberá avanzar en la admisión de Venezuela como miembro pleno, también sobre las implicaciones de la definición de Brasil y Argentina de usar sus propias monedas para los intercambios comerciales y se verá influida por la decisión de Bolivia de integrarse como miembro pleno y los avances en las negociaciones de MERCOSUR con Centroamérica a través de un acuerdo con el Sistema de Integración Centroamericana, SICA, el cual suscribió a su vez acuerdos de cooperación con la Comunidad del Caribe CARICOM.
El día 6 de octubre cancilleres y/o representantes de 33 países se reunieron para elaborar la agenda de una cumbre de América Latina y el Caribe que se realizará inmediatamente después de la cumbre de MERCOSUR en la misma ciudad el 16 y 17 de diciembre. Según la cancillería brasilera el objetivo de la Cumbre será la búsqueda de mecanismos para fomentar el comercio, la cooperación y el diálogo político entre los distintos bloques económicos, comerciales y políticos que operan en la región y su tema será la integración y el desarrollo.
En forma simultanea, la presidente Cristina Kirchner y su par chilena, Michelle Bachelet, acordaron el 7 de octubre convocar a una cumbre regional de los presidentes que conforman la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) para debatir sobre la crisis financiera global.
Según informó Bachelet en una conferencia de prensa posterior al encuentro con la presidente argentina, el objetivo central de la nueva cumbre será trabajar sobre mecanismos de respuestas regionales para enfrentar terremotos financieros.
“Hay un acuerdo de seguir conectándonos entre todos los presidentes de América del Sur y seguir trabajando en el área de financiación en el ámbito de UNASUR un mecanismo de respuesta de la propia América del Sur frente a crisis de esta naturaleza”, señaló Bachelet.
Toda la información al respecto de la Cumbre Latinoamericana y del Caribe de Salvador de Bahía procede de fuentes brasileras y todavía no hay confirmación de los demás gobiernos sobre su asistencia a la misma. Sin embargo, distintas fuentes consultadas consideran que la cumbre es un hecho aunque los detalles sobre su agenda no hayan sido divulgados.
Un antecedente importante de este proceso es el hecho de que por iniciativa de Estados Unidos los representantes de Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú y la República Dominicana, se reunieron en Nueva York el 24 de septiembre de 2008 para resaltar el “compromiso común con la liberalización del comercio y la inversión” y reivindicar que habían “tomado medidas para suscribir y poner en vigor tratados de libre comercio” que, según ellos, “han contribuido significativamente a la reducción de la pobreza” y declararon su “compromiso con la concertación de un acuerdo ambicioso en las negociaciones de la Rueda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, con los objetivos del libre comercio en el hemisferio y una Zona de Libre Comercio de Asia y el Pacífico (Free Trade Area of the Asia Pacific o FTAAP) y la continuación de los esfuerzos para promover la integración económica en el hemisferio, entre otros, por medio del proceso de la Cumbre de las Américas, el proyecto del Arco del Pacífico Latinoamericano (Latin America Pacific Arc), el proceso de Integración Económica de Centroamérica (Central American Economic Integration) y el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (Trans-Pacific Strategic Economic Partnership). Anunciaron también que buscarían la “convergencia de los esfuerzos a favor del libre comercio” e invitaron a vincularse a ese propósito a “todos los países del Hemisferio Occidental que comparten nuestro compromiso con la democracia, la apertura de mercados y el libre comercio”.
Esta reunión fue aparentemente el último esfuerzo de la administración Bush de tomar una iniciativa continental, pero parece un esfuerzo tardío por responder a un conjunto de procesos de integración que de una u otra forma han llevado a la mayoría (y a los más importantes) países latinoamericanos a tomar distancia de las propuestas de libre comercio y de la agenda estadounidense para la región.
En efecto, el proceso de Unasur, con su intervención en solidaridad con el proceso constitucional en Bolivia y sus esfuerzos por resolver en forma autónoma los conflictos en la región andina entre Colombia, Venezuela y Ecuador, apunta hacia una mayor autonomía regional y refleja el fracaso de la agenda del partido republicano de Estados Unidos en la política latinoamericana. Así mismo, la incorporación de Dominica y Honduras al proceso del ALBA y la no asistencia de Nicaragua a la reunión de Nueva York, marcan nuevas distancias en Centroamérica y el Caribe con esas políticas.
Sin embargo, los procesos alternos de integración y la toma de distancia con la política de Bush no están exentos de contradicciones; en Suramérica y en todo el continente los movimientos populares han venido planteando alternativas de integración desde la perspectiva de los pueblos. Estas propuestas han enfatizado la necesidad de un cambio en el modelo económico como base para una integración alternativa y han cuestionado muchas de las políticas que se vienen implementando en la región. En particular, se ha cuestionado la construcción de megaproyectos destinados a la preservación del modelo exportador de productos básicos, la presentación de los agrocombustibles como alternativa energética sustentable, la predominancia de los agronegocios y la falta de solución de algunos problemas de los esquemas de integración que se derivan del mantenimiento de políticas puramente comerciales en la relación entre los países.
Por estas razones, en la cumbre de Salvador de Bahía habrá varios temas de importancia y un conjunto de acontecimientos que se producirán en el último trimestre del año y que plantean importantes desafíos en el proceso de construcción de las agendas alternativas de los movimientos sociales como los siguientes:
1. IIRSA: La Doceava Reunión de Coordinadores Nacionales de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) tuvo lugar en Buenos Aires, Argentina, durante los días 24 al 26 de junio de 2008 y contó con la asistencia de los doce países que integran la Iniciativa, funcionarios de los organismos observadores y de las Instituciones (BID-CAF-FONPLATA) que componen el Comité de Coordinación Técnica (CCT) de IIRSA. En la reunión se hizo referencia a las tareas preparatorias de la presentación pública de proyectos (“Road Show”) a inversores, empresas de ingeniería y de obra civil. IIRSA tiene previsto realizar una actividad de este tipo el próximo 2 y 3 de diciembre en Cartagena, Colombia con el propósito de presentar varios de los proyectos de infraestructura que integran la Cartera de IIRSA para concitar el interés del sector privado y facilitar su implementación. La crisis financiera internacional y las vicisitudes en el proceso de creación del Banco del Sur han puesto en un lugar importante el tema de los megaproyectos y su financiación.
2. Del 17 al 21 de noviembre se realizará en Sao Paulo una conferencia internacional sobre agrocombustibles convocada por el gobierno de Brasil. La propuesta de la conferencia es tornar aceptable la supuesta “sustentabilidad” del etanol de la caña de azúcar de Brasil para el mercado global. Los movimientos sociales del continente que combaten la expansión del agronegocio de energía y que luchan por la soberanía alimentaria y energética estamos organizando actividades paralelas para debatir sobre interdependencia de las crisis alimentaria, energética, climática y de modelo de sociedad y apuntar las incoherencias de la promoción de los agrocombustibles como “solución” a dichas crisis. Por cierto, los temas ligados a la integración energética serán centrales tanto en la agenda de Bahía como para Trinida d y Tobago.
3. Problemas regionales sin resolver. Distintos problemas afectan el transcurso normal de un proceso integrador continental: las demandas de Paraguay sobre la renegociación de los convenios para la explotación de las represas de Itaipú y Yacireta, los litigios entre Uruguay y Argentina sobre las pasteras, los problemas suscitados por la expulsión de Ecuador de la empresa brasilera Odebrecht, las contradicciones en la región andina alrededor del Plan Colombia y el ataque colombiano sobre territorio ecuatoriano. Los conflictos provocados por las elites racistas en Bolivia y los violentos enfrentamientos a los movimientos indígenas cada día más presentes y organizados en la región. Estos y otros problemas exigen que el movimiento social levante y visibilice su agenda propia ante los procesos de integración en la perspectiv a de los pueblos, que priorice los temas sociales, la soberanía alimentaria, el bienestar de la población, la ciudadanía universal, las garantías efectivas a los derechos humanos, económicos, culturales y ambientales, la reversión de las medidas tomadas como producto de los procesos neoliberales, tales como la privatización de los servicios públicos, la suspensión de todas las obras que afecten a las comunidades campesinas, originarias y el medio ambiente y las fuentes de agua. etc.
4. La crisis: Los múltiples acontecimientos que componen la actual crisis y que incluyen las crisis energética, alimentaria, climática y financiera, pueden tener consecuencias imprevisibles para los países del Sur y los procesos de integración. Los acontecimientos últimos y los que están por producirse pueden tener consecuencias en temas como el Banco del Sur, la IIRSA, las remesas y las migraciones y muchos más aspectos que al parecer significan un cambio en la etapa de desarrollo del capitalismo y la crisis del fundamentalismo neoliberal.
Actividades
El día 11 de septiembre de 2008, 50 personas representantes de organizaciones y movimientos nacionales brasileños y de Bahía se reunieron en un evento que tuvo una participación de estas organizaciones que no se había presentado desde la campaña contra el ALCA. Esta reunión citó nuevamente un seminario para el 8 y 9 de noviembre, en el cual debe definir tanto la estructura, contenido y fechas de la cumbre social paralela, teniendo en cuenta que también se realizan eventos paralelos de las organizaciones sociales de MERCOSUR
El objetivo principal de este proceso que incluye una cumbre de los países de América Latina y otra con Estados Unidos t Canadá, es un posicionamiento del conjunto social ante los procesos de integración, la política del nuevo gobierno de EEUU, la crisis económica y la formulación de reivindicaciones y propuestas en relación a una integración desde los pueblos que implique un cambio de modelo productivo y reproductivo en la región.
La llegada a los lugares de ambas cumbres es costosa, por lo cual no es posible promover una participación masiva de los movimientos sociales, Por ese motivo se busca especialmente la presencia de los movimientos locales y de los lugares cercanos. Sin embargo, la ASC está empeñada en buscar una vocería representativa inclusive desde los más lejanos.
Dada la presencia en Bahia de gobiernos sensibles a las demandas del movimiento social, la Cumbre de los Pueblos de Bahía buscará profundizar la agenda de construcción de un proceso de integración en nuestra región. Integración que debe basarse en los derechos de los pueblos de América Latina y Caribe.
También los debates en Salvador deberán incluir las propuestas de los movimientos a los gobiernos para la agenda de la Cumbre de las Américas, exigiendo el posicionamiento de los gobiernos de la región frente a la crisis económica. Se tratará de incluir las propuestas sobre la agenda que proponen los movimientos a los gobiernos para la Cumbre de las Américas. En este sentido, es necesario examinar cuales serían los espacios de incidencia y diálogo con las cumbres oficiales.
De todas maneras, lo importante es que mediante un proceso democrático se logren análisis y posicionamientos basados en los procesos nacionales y que al final se llegue a posiciones consensuadas que se reflejen en las declaraciones y propuestas de ambas cumbres, teniendo en cuenta que la de Bahía es entendida como una preparación de la de Trinidad por su contenido temático.
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