Como dice la canción, “parece que fue ayer” cuando celebramos nuestro último Simposio CIPS, que como cada año nos reúne alrededor del mes de octubre en que el Centro celebra su cumpleaños, en esta ocasión ya cumple 27.
En nuestro ciclo trienal de taller interno, evento nacional y evento internacional, este año corresponde la realización de un taller de reflexión con un reducido grupo de invitados que por la labor que realizan o por su experiencia en los temas que abordaremos, pueden contribuir al enriquecimiento mutuo.
Durante mucho tiempo el CIPS centró más su trabajo en contribuir a la fundamentación, propuesta o evaluación de las políticas sociales, a partir sobre todo de investigaciones en el nivel macro social.
Sin abandonar esa perspectiva, en los últimos años –podríamos decir ya que en la última década– ha ido ganando peso en nuestro quehacer, las acciones en los niveles meso y micro social, orientados al logro de la transformación de pequeña escala o a contribuir a empoderar a los actores en esos espacios para impulsar procesos a escala más amplia.
Diversas son las experiencias de trabajo en esta dirección, en vínculo con otras muchas instituciones que, desde antes o paralelamente, las desarrollan.
Diversas son también las bases teóricas, los enfoques metodológicos y las herramientas que se utilizan, lo que da a las experiencias una gran riqueza y amplitud.
En nuestros últimos eventos y nuestras últimas publicaciones, ha sido obligado incluir el tema de las experiencias de transformación social. Sin embargo, ya se imponía dedicar un espacio a reflexionar con detenimiento sobre ellas.
Ese es el propósito de este Taller, que se plantea abordar los escenarios y alternativas para la transformación social desde tres líneas principales de análisis:
1. Los enfoques teóricos, las metodologías y las herramientas utilizadas.
2. La articulación entre los niveles macro, meso y microsocial como escenarios de la transformación social.
3. Los actores sociales, sus roles y la dinámica de la participación en esa transformación.
Sin dudas, la riqueza de un tema de elevada complejidad como éste, no será posible agotarla en estas sesiones de trabajo, por tanto, solo aspiramos a facilitar un espacio para socializar, integrar y sistematizar las múltiples experiencias.
Pensamos que los nuevos escenarios que se abren para la sociedad cubana a partir del reajuste económico y laboral que se está proponiendo, implicará una mayor demanda al trabajo de las Ciencias Sociales en el acompañamiento de los cambios que se produzcan a nivel local, en las nuevas formas de organización del trabajo, y también en el acompañamiento a los sujetos sociales en el reajuste de sus expectativas y en la búsqueda de espacios de inserción social en las nuevas circunstancias.
Al decir de Paulo Freire, reinventar la sociedad es participar en la historia “rehaciéndose a sí mismo”… “El proceso requiere reflexión crítica acerca de los contextos concretos, de los momentos, de los desafíos y de las dificultades que deben superarse” (Freire y Macedo, 1989)
De ahí que, desde nuestra perspectiva, estaremos en unos escenarios en que los niveles meso y micro sociales, es decir, los territorios, los municipios, los barrios y comunidades, las cooperativas, las empresas, los pequeños grupos sociales, la familia, las agrupaciones juveniles informales, apreciarán ese acompañamiento para identificar su lugar en la sociedad, los nexos entre ese lugar y sus proyectos personales y el mejor desempeño de sus roles.
Esta manera de hacer Ciencias Sociales lleva implícita una forma de producción de conocimiento que potencia la participación, el diálogo, la problematización de alternativas y la búsqueda de soluciones. Pero nuevamente, como diría Paulo Freire “no hay diálogo si no hay humildad” y acotaba “¿cómo puedo dialogar si me siento participante de un gueto de hombres puros, dueños de la verdad y del saber, para quiénes todos los que están fuera son “esa gente”…?” (Freire, 1977).
El Informe Mundial sobre Ciencias Sociales publicado este año por la UNESCO, titulado “El Conocimiento Dividido”, después de referirse a las simultáneas visiones apologéticas o hipercríticas sobre el papel de las Ciencias Sociales en la actualidad, concluye que en realidad éstas se están volviendo difusas y resulta difícil apreciar su contribución a entender y configurar nuestro mundo y nuestra vida cotidiana, a pesar de que son ampliamente reconocidas. Señala la necesidad de que sus conceptos y métodos sean constantemente reevaluados pues hoy las Ciencias Sociales están necesitadas de entender y ayudar a influir sobre los comportamientos humanos, como vía de solucionar los profundos males que aquejan al mundo.
Para las Ciencias Sociales cubanas también está presente ese reto.
Aquí contamos con la participación de un conjunto de personas que desde su actividad profesional o institucional, se encuentran involucradas en estos objetivos, a las que agradecemos su presencia con nosotros, a la vez que agradecemos a las instituciones que nos han apoyado materialmente para crear mejores condiciones para el encuentro.
Por tanto, damos las gracias a todos y todas, también al Comité Organizador y a los trabajadores y trabajadoras del CIPS que han contribuido a su materialización.
Solo me resta invitarlos a iniciar nuestro trabajo conjunto y desear que tengamos unas fructíferas jornadas.
Gracias.