La decimotercera edición del Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios quedó inaugurada esta mañana en el Pabellón Cuba de La Habana, con la participación de más de 350 delegados de 23 países entre los que destacan Argentina, Bolivia, Colombia, Puerto Rico, Estados Unidos y España.
Como es usual en el evento, la mística se adueñó del inicio cuando el poema Yugo y estrella, en voz de la reconocida actriz cubana Corina Mestre, dio paso a la representación del grupo folklórico Yorubamen y posteriormente a la realización de un ejercicio colectivo.
Mientras el tambor y las palmadas marcaban el ritmo, los participantes corearon “está en nosotros”, y se pasaron de mano a mano un pañuelo rojo que descendió hacia el público desde el escenario, donde lo enarboló una bailarina como símbolo de rebeldía.
Posteriormente, Joel Suárez, por parte del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr., y Mirell Pérez, del grupo GALFISA – instituciones organizadoras del encuentro- dieron la bienvenida a todos los participantes y los invitaron a agruparse por países o regiones y presentarse utilizando elementos que pudieran identificarlos ante los demás como canciones y danzas.
La primera sesión del día continuó con la explicación de los principales ejes y objetivos sobre los cuáles se trabajará en los próximos días y la presentación del audiovisual con la intervención Voces testimonios de las rebeldías y revoluciones “Las rebeldías de Calibán en el Sur Global”, del ensayista y escritor Roberto Fernández Retamar.
El último momento de la mañana, protagonizado por los testimonios de luchadores de diferentes partes del continente, estuvo acompañado por el tambor de la diputada guatemalteca Sandra Morán.
Como parte de esta acción el mexicano Alejandro Cerezo recalcó la importancia de llegar a las personas despolitizadas y hacerles entender que el fin del neoliberalismo no es suficiente para acabar con la explotación.
“No debemos frustrarnos. Siempre que se tiene un ideal firme: vida digna, socialismo, no se puede dejar caer. Tenemos que ser flexibles, dialécticos, si nos volvemos rígidos perdemos al pueblo, que es lo más preciado. Sin el pueblo somos nada, con el pueblo somos todo”, expresó.
Por su parte, la estadounidense Cindy Wiesner Grossman convidó a pelear el derecho a ser feliz, vivir en paz y en respeto con la naturaleza. Además, mencionó batallas que hoy se desarrollan en su país como la de los emigrantes en oposición al muro fronterizo que quiere construir Donald Trump, los negros y árabes contra la represión policial, el colectivo LGBTI por sus derechos, entre otras.
En la tarde tuvo lugar el panel Modos y mecanismos del sistema de dominación múltiple del capitalismo, en el cual Gilberto Valdés (GALFISA), Ana Esther Ceceña (México), Irene León (Ecuador), Gladys Hernández (CIEM Cuba) y Carlos Angarita (Colombia) presentaron breves ponencias e intercambiaron con los delegados para contribuir a la construcción colectiva de saberes sobre varias aristas las luchas contrahegemónicas continentales.
Ariel Dacal, moderador del conversatorio, recalcó la importancia de reflexionar y saber por qué se lucha. “La rebeldía tiene que tener claridad”, dijo al abrir el debate.
Angarita se refirió al fundamentalismo religioso no como un fenómeno colateral al capitalismo o un sistema dentro de aquel, sino como parte de la lógica interna de ese sistema. En este sentido destacó la vinculación de la iglesia a procesos políticos como el que llevaron a Bolsonaro a la presidencia de Brasil y Trump a la de Estados Unidos.
Explicó que las concepciones de familia que estos sectores intentan imponer en contraposición al movimiento LGTBI y el “castrochavismo” y por las que incluso han llamado a dejar las biblias y tomar las armas, como una orden divina, requieren repensar desde una perspectiva revolucionaria qué es la familia y qué queremos de ella, para escapar a la colonización de la cotidianidad.
A su vez, Hernández dijo que el mundo está inmerso en importantes disputas en las que nuevos actores pugnan por la supremacía. Discernió entre los principales poderes globales actuales: el financiero, por encima de los estados y las burguesías locales; el transnacional; el de la industria militar, especialmente la estadounidense y el corporativo comunicacional, que abarca y trasciende todos los escenarios de poderes locales.
El cierre de la primera jornada llegó a la caída de la tarde con un concierto donde volvieron al escenario el trovador Eduardo Sosa, quien en la mañana había participado en la apertura con La Bayamesa, canción icónica de los procesos revolucionarios cubanos y la actriz Corina Mestre. Además, se sumaron los cantautores Pepe Ordaz y Augusto Blanca.