La popularidad del presidente brasileo Luiz Incio Lula da Silva registra un nuevo descenso, segn encuesta divulgada este martes, mientras su gobierno se debate entre la poltica econmica actual y cambios a favor del crecimiento, con la posible salida del ministro Antonio Palocci.
La evaluacin positiva de la gestin del gobierno cay de 35,8 por ciento en septiembre a 31,1 por ciento en la encuesta de la semana pasada del Instituto Sensus para la Confederacin Nacional de Transportes, que sondea regularmente la opinin pblica respecto de la poltica y la economa, con intervalos de uno o dos meses.
El desempeo personal de Lula result un poco mejor evaluado, con 46,7 por ciento de aprobacin, pero es el ms bajo desde su asuncin al cargo en enero de 2003, cuando inici su gobierno con 83,6 por ciento de popularidad.
Antes de este sondeo, la imagen de Lula nunca recibi una aprobacin menor a 50 por ciento.
El resultado indica que se hizo difcil la reeleccin de Lula, evalu Ricardo Guedes, director del Instituto Sensus, destacando que subi mucho el ndice de los que no votaran de ninguna forma por el presidente en los comicios del ao prximo, alcanzando 46,7 por ciento, en comparacin con 39,3 por ciento de septiembre. Ms de 40 por ciento de resistencias constituyen un fuerte obstculo, observ.
Por primera vez en una simulacin de posible segunda vuelta de las elecciones presidenciales de octubre de 2006, Lula perdera contra Jos Serra, alcalde de Sao Paulo y candidato derrotado por el presidente en los comicios de 2002.
El escndalo de corrupcin que afecta al gobierno y al Partido de los Trabajadores (PT) desde mayo es el gran factor de la prdida de popularidad del presidente. Son mayora los entrevistados que creen en su participacin en los hechos investigados por el parlamento, la polica y los fiscales: el ingreso de dinero ilegal a las campaas electorales y los sobornos a diputados.
Las denuncias forzaron la renuncia de dos ministros allegados a Lula y amenazan a Palocci, ministro de Hacienda considerado por el mercado financiero, economistas conservadores y partidos opositores como el principal garante de la actual poltica de austeridad fiscal.
La situacin del ministro se agrava desde agosto debido a denuncias de que oper un sistema de captacin de fondos ilegales para el PT cuando era alcalde de Ribeirao Preto, ciudad de medio milln de habitantes a 320 kilmetros de la meridional Sao Paulo, en 2001 y 2002.
Una Comisin Parlamentaria de Investigacin (CPI) pretende invitarlo a que responda a las acusaciones, que parten principalmente de quien fue su asesor en la alcalda de Ribeirao Preto, Rogerio Buratti. El ministro logr contrarrestar satisfactoriamente la primera denuncia en una rueda de prensa en agosto, pero se acumularon nuevos indicios revelados por otros ex colaboradores y la fiscala local.
Se sospecha que Palocci haya participado en una red de corrupcin que le exiga sobornos a empresas de recoleccin de basura para obtener contratos con alcaldas del interior del estado de Sao Paulo, captando as recursos para las campaas electorales del PT. Denuncias de que el partido tambin recibi aportes cubanos y angoleos de dinero enturbiaron ms an el cuadro.
La CPI que quiere interrogar al ministro es controlada por la oposicin, la cual, paradjicamente, constituye el principal respaldo a la poltica econmica conducida por Palocci, contrastando con el llamado fuego amigo que soporta dentro del gobierno y del PT.
El descontento de sectores del oficialismo con la gestin conservadora del ministro, basada sobre el fuerte ajuste fiscal y las elevadas tasas de inters, fue expresado por la ministra de la Casa Civil de la Presidencia, Dilma Rousseff, quien se opuso abiertamente al equipo econmico.
La ministra calific de rudimentaria la propuesta de Palocci y del ministro de Planificacin, Paulo Bernardo, de prolongar por diez aos el esfuerzo de contencin de gastos pblicos, para mantener un elevado ahorro y reducir la deuda pblica en proporcin al producto interno bruto (PIB).
La reaccin de Rousseff dividi al gobierno y golpe a un Palocci ya debilitado por las denuncias. La ministra tir contra lo mejor que tiene el gobierno, opin un ex presidente del Banco Central, Gustavo Loyola. La conduccin econmica es lo nico bueno que presenta la administracin de Lula, segn otros economistas y analistas polticos.
Palocci vive as una inslita situacin de ministro poderoso pero amenazado, defendido ms por opositores que por sus correligionarios. Lula asegur que es y seguir siendo ministro de Hacienda, pero emiti seales de que hubo exageracin en el ajuste fiscal.
La meta de supervit primario (los ingresos antes de restar el pago de los intereses de la deuda) se fij en 4,25 por ciento del PIB para este ao. Pero hasta septiembre se haba alcanzado 6,1 por ciento, lo cual significa que buena parte del presupuesto no se gast, reduciendo a casi nada las inversiones del sector pblico.
Problemas como carreteras casi intransitables, el resurgimiento de la fiebre aftosa atribuida a la falta de recursos para la sanidad animal y huelgas en varios ministerios incrementan el descontento del oficialismo. El estancamiento de la economa en el tercer trimestre de este ao prendi la seal amarilla contra los altos intereses del Banco Central, de 19 por ciento anual en la tasa bsica.
La encuesta divulgada este martes indica que 52,7 por ciento de los entrevistados consideraron inadecuada y de rumbo equivocado la poltica econmica de Palocci. Solo 35,3 por ciento la aprobaron.
Las presiones tienden a aumentar al acercarse las elecciones de 2006, en las que tambin se elegirn gobernadores, diputados y senadores.
A medida que pasen los meses, se intensificar la batalla entre los defensores de una mayor austeridad fiscal y los que piden flexibilizacin y reduccin acelerada de los intereses, acusados por los primeros de populistas dispuestos a sacrificar la economa por ventajas electorales.
+ Lula bajo fuego – Cobertura especial de IPS Noticias (http://www.ipsnoticias.net/_focus/lula/index.asp)