Para ello, se hizo un relevamiento de las principales carencias del pueblo haitiano y en septiembre del año pasado se instalaba en el país la Comunidad Misionera Intercongregacional, coordinada por la Conferencia de los Religiosos/as de Brasil (CRB), en sintonía con la Conferencia de los Religiosos Haitianos.
“Las tres primeras misioneras, de tres congregaciones diferentes, embarcaron hacia Haití, para actuar en el área de salud y nutrición”, informó la presidente nacional de la CRB, Hermana Marian Ambrósio. Ella informó que las misioneras tuvieron como objetivo la realización de un trabajo de base junto con los damnificados por el terremoto. Una de las hermanas, por ejemplo, produjo una huerta junto con la comunidad. “Es un trabajo muy bonito”, dijo.
“Ese tipo de proyecto es simbólico, es como encender una vela que esparce luz alrededor. El sentido de la presencia es un símbolo del amor del pueblo brasilero que ayudó en las campañas. El proyecto no tiene la pretensión de la reforma del país, pero sí ser símbolo de la vivencia en comunidad. En Haití hay más dolor que rebelión como ocurre con los pueblos de África”, analizó la Hermana Marian, citando las protestas populares contra la dictadura, que ocurrieron en Egipto y que ocurren ahora en Libia.
Aunque haya pasado un año del terremoto, la situación de Haití se ha agravado cada día por la falta de estructura, falta de financiamiento para la reconstrucción del país, por los conflictos políticos y populares, y más recientemente, por la epidemia de cólera que se esparció por el territorio y ya mató a miles de personas. “Denunciamos que la ayuda financiera [prometida por países y organizaciones internacionales], no se concretó”, declaró.
Por eso, esta semana, el martes (23), otras tres misioneras, todas ellas enfermeras, fueron enviadas a Haití, para actuar específicamente en el combate del cólera. La Hermana Iolanda, la Hermana María Dalvani y la Hermana Veraluce viajaron en compañía de la asesora ejecutiva de la CRB Nacional, Hermana Antonia, que realiza el seguimiento, periódicamente, de la situación de la misión en Haití.
La Hermana Marian explicó que la idea es mantener por 10 años la misión en Haití, ya que según ella, ése es el tiempo necesario para consolidar el proyecto misionero, principalmente por la situación en que se encuentra el país. “La idea es un proyecto de mediano plazo para fortalecer la dinámica”, terminó diciendo.
Ella dijo que las misioneras que van a Haití son libres para quedarse el tiempo que quieran. “No existe rigidez en cuanto al tiempo”, afirmó. Tanto es así que, según la Hermana Marian, ya ocurrió con algunas religiosas en cumplimiento de otras misiones, que se involucraron al punto de pasar muchos años en el lugar de destino, y sólo retornan cuando la institución lo pide, para que ellas puedan descansar o estudiar.
En entrevista con la CRB, el director del Centro Cultural Misionero, padre Estevão Raschietti, misionero xaveriano, declaró que “como misioneros, precisamos ser personas que sepan, en el encuentro, valorizar al otro, para no caer en la tentación de imponer nuestro protagonismo. Ser misionero es ser capaz de disminuir en vista del crecimiento del otro y del ambiente donde se encuentra”.
por: Tatiana Félix
Para saber más sobre la CRB: http://www.crbnacional.org.br
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com