Ante la Conferencia de Donantes para Haití, cientos de organizaciones y movimientos sociales sociales del mundo muestran su preocupación, sobre la base del contacto permanente y consulta con sus contrapartes en
Haití, que “la respuesta internacional no sea coordinada sobre la base del respeto por la soberanía y en pleno acuerdo con las necesidades y demandas del pueblo haitiano”.
En una carta dirigida a los gobiernos participantes en la cumbre de Montreal exponen que “los gobiernos que componen la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), revisen las equivocadas políticas que han implementado en Haití”. La condición de vulnerabilidad del país a los desastres naturales no está desligada de estos países, que históricamente socavaron la soberanía del pueblo haitiano. “Así se generó una deuda histórica, social, ambiental y cultural en la cual estos países e instituciones multilaterales tuvieron una gran cuota de responsabilidad, por lo que se debe repararse esas deudas”, enfatiza la carta.
Los firmantes de la misiva, que cuenta con la del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, entre otras, rechazan la militarización del país como una “falsa respuesta al reciente desastre y a la medida unilateral de Estados Unidos de enviar más de 20.000 soldados a resguardar sus intereses económicos y geopolíticos”. “La ocupación de las tropas en los últimos seis años, mediante la MINUSTAH, no contribuyó efectivamente a la estabilización ni a la provisión de infraestructura y bienes públicos, y nada indica que el mantenimiento de estas políticas sea efectivo de aquí en adelante”, explica Iolanda Fresnillo de la campaña ¿Quién debe a quién?.
La campaña por la abolición de la Deuda Externa ¿Quién debe a quién?, uno de los promotores de la carta, exige “la anulación inmediata e incondicional de la deuda externa reclamada a Haití, cuyo pago afectamillones de vidas humanas”. Igualmente, reclama que “los recursos
destinados para el auxilio y la reconstrucción nogeneren nuevo endeudamiento, ni que sean impuestas condicionalidades o cualquier otra forma de imposición externa que desvirtúe ese objetivo”, como es práctica de las Instituciones Financieras Internacionales, como el Banco Mundial, el BID o el FMI y los llamados “países donantes”.
Asimismo rechazamos que las empresas multinacionales aprovechen esta tragedia para encarar multimillonarios negocios mediante la reconstrucción del país, como sucedió en Irak, o explotar la mano de obra barata y aprovecharse de los recursos naturales”, añade Edith Pérez Alonso, también miembro de ¿Quién debe a quién?.
El comunicado internacional termina diciendo que “la sociedad haitiana, sus organizaciones, movimientos sociales y representantes democráticos deben ser los protagonistas en el esfuerzo internacional de reconstruir su país”. “El pueblo haitiano se ha levantado en tantas ocasiones a partir de su propia voluntad, y por lo tanto cualquier cooperación sólo puede ser efectiva si cuenta con la plena participación de la población”.
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