Doudou Pierre es dirigente del Movimiento Nacional Campesino Congreso de Papai y está en Quito como reperesentante del movimiento campesino haitiano para participar en el V Congreso de Cloc-Vía campesina.
“Estamos en este congreso, -me comenta mientras cominamos por la avenida 12 de Octubre con rumbo al Parque del Arbolito, un siito muy céntrico de esta ciudad andina, donde ayer se concentraron los delegados para marchar “Por la tierra y la soberanía de los pueblos” más comprometidos que nunca con las luchas de nuestros pueblos.”
“¿No escuchas nuestras consignas?. Queremos una América libre, que luche por la justicia y la defensa de su soberanía, para echar afuera a las multinacionales”, enfatiza este hombre fornido y negro como ébano, que lleva consigo toda la fuerza inspiradora de la primera revolución negra del continente americano.
“Hoy el pueblo haitiano necesita, tal vez más que nunca y después del terremoto, la solidaridad internacional; pero una solidaridad real, y sobre todo contra las fuerzas armadas de ocupación que están en nuestro territorio. A las tropas de ocupación, integradas por soldados y oficiales de algunos gobiernos de naciones latinoamericanas como Brasil, Chile y otras, pedimos que saquen a sus tropas, que muestren su solidaridad haciendo esto. Es lo mínimo que pedimos. Necesitamos que los pueblos y movimientos sociales de todo el continente nos apoyen en esta campaña.”
¿Cómo ves la situación política en Haití en estos momentos?
“Tenemos un gobierno neoliberal que está vendiendo el país a la fuerza multinacional de ocupación, que no se ocupa de los problemas reales de nuestra gente y queremos que el mundo, y en especial, América Latina, no aparte los ojos de Haití, pues a pesar de los sufrimientos y daños ocasionados por el terremoto en mi país, los movimientos sociales y las y los campesinos estamos activos.
“Las organizaciones de izquierda están integrándose con mayor fuerza. Recientemente, en junio de este año, hemos hecho una marcha de protesta contra la multinacional Monsanto que ha profundizado con su política la situación económica de muchas familias haitianas pues está incentivando la introducción y cultivo de semillas transgénicas y por consiguiente está matando nuestra agricultura campesina al impedir la capacidad de los campesinos para contar con semillas propias. Esa marcha concentró a unas 25 mil personas para decir ¡No a Monsanto!, ¡Fuera de nuestras tierras!
¿Qué esperas de este V congreso de Cloc-Vía campesina?
Espero que se intensifique la solidaridad hacia el pueblo y las organizaciones campesinas de Haití que están luchando con muchos esfuerzos para organizar el país y en contra de la ocupación militar. Si los pueblos nos unimos y hacemos presión para que salgan esas tropas de nuestro territorio, las y los haitianos podremos vivir mejor y proyectar con más seguridad nuestro futuro.
También participaste en el reciente FSMM, ¿qué situación enfrentan las y los campesinos haitianos que se ven forzados a migrar?
La situación de los migrantes en Haití es una de las peores del mundo. Nosotros tenemos dos tipos de migrantes, los políticos y los económicos. Por ejemplo, luego de que exterminaron la producción de cerdos criollos, el campesinado se vio forzado a migrar hacia las ciudades. Como resultado de eso, ahora vivimos una situación de superpoblación insostenible, especialmente, en Puerto Príncipe. Dáte cuenta que debido a esto ha aumentado el hacinamiento, los problemas de salud, proliferación de enfermedades, aumento de la pobreza al no contar muchas veces con reales capacidades para alimentar a las personas. Eso por un lado, y por otro, son cientos de hahitianos que, debido a esta situación económica, tienen que emigrar en busca de mejores condiciones de vida para República Dominicana, los Estados Unidos y allí son tratados como verdaderos esclavos, ocupando los empleos de más bajos ingresos y siendo discriminados.
¿Frente a esta situación qué se espera del movimiento social y campesino haitiano?
Nosotros continuamos en la lucha para lograr un cambio social en mi país, sin olvidarnos de nuestras hermanas y hermanos latinoamericanos que tanto nos han ayudado y continuarán apoyando.
Monsanto no es tan “santo”
Las acciones contra Monsanto realizadas en Haití estuvieron dirigidas contra las políticas del gobierno (haitiano) que no ayudan a los campesinos, y en cambio aceptan productos que envenenan el ambiente, matando la biodiversidad y destruyendo la familia y la pequeña agricultura.
Según Monsanto, 130 toneladas de maíz híbrido y semillas vegetales de unas 475 prometidas ya han sido enviadas a Haití. La primera embarcación llegó en la primera semana de mayo de este año. Las 345 toneladas restantes serán enviadas en los próximos 12 meses.