A todos los pueblos de Nuestra América
Concluimos este VI Encuentro Hemisférico en momentos en que, para bien de nuestros pueblos, en el continente continúan fortaleciéndose nuevas y mejores condiciones para superar la oscura etapa del neoliberalismo y los planes hegemonistas del imperialismo norteamericano. No obstante estas novedades positivas, aún predomina en la mayoría de nuestros países condiciones que y exigen la profundización de la resistencia. En los distintos escenarios la situación reclama el fortalecimiento de las luchas sociales transformadoras, así como avanzar en el sentido participativo de los movimientos sociales en la consolidación de los procesos de cambio que se vienen operando en la región.
Frente esto nuestros pueblos luchan y refuerzan en muchos frentes las estrategias de resistencia en la región. Ejemplo de ello han sido las numerosas movilizaciones por la reivindicación de sus derechos, siendo significativas las protagonizadas por los movimientos sociales y el pueblo en Costa Rica en contra de la aprobación de los TLC, así como la lucha del pueblo de Oaxaca por la defensa de sus derechos a la cual el gobierno Mexicano respondió de forma brutal con una masiva represión que implicó un alto costo de vidas, heridos y detenidos.
Hoy nuestros objetivos continúan centrados en la lucha contra el imperialismo y sus políticas neoliberales en la región, con énfasis en el enfrentamiento a las prácticas engendradas por el libre comercio bajo el rostro de figuras como los TLCs, los EPAs, ASPAN reconociendo en todos ellos expresiones de una fase mucho más peligrosa de la misma pretensión hegemónica que ha venido amenazando a la región desde siempre. Rechazamos también la profundización de los acuerdos de libre comercio propuestos por la Unión Europea a América Latina y el Caribe – el “ALCA europeo” – y dentro de ellas las negociaciones excluyentes, secretas e ilegítimas que mantiene con la región Andina, el MERCOSUR y América Central.
Contra el modelo económico y político que favorece el poder de los grandes grupos empresariales y del agronegocio a través de sus inversiones masivas en sectores como el agro, la minería, las represas que afectan la vida campesina, indígena y de los sectores afrodescendientes; reiteramos el apoyo al desarrollo y fortalecimiento de las luchas y propuestas para realizar la Reforma Agraria Integral y la Soberanía Alimentaria, basados en la defensa de la tierra y del territorio, entendiendo este como espacio de defensa política de los recursos naturales, la cultura y la organización autónoma de los pueblos.
Mantenemos la firme denuncia de un modelo que se basa en la precarización de las condiciones de trabajo, en la explotación de los/as trabajadores y trabajadoras y en el desconocimiento de los derechos económicos y sociales de la mayoría de la población. Un sistema de exclusión que promueve la migración como sustento para mantener su patrón de vida, pero que persigue a los/as trabajadores/as migrantes convirtiéndolos en criminales dentro de sus fronteras. Destacamos el papel central de las corporaciones multinacionales en el sostenimiento del modelo de expoliación, que destruye los derechos sociales y el medio ambiente.
Rechazamos enérgicamente la criminalización de nuestras luchas por autodeterminación, democracia, justicia y autonomía y el avance de un nuevo “Plan Cóndor” de control y disciplinamiento de las poblaciones del continente y de integración de todos los cuerpos de seguridad y ejércitos de la región bajo los criterios, doctrina y mecanismos de contrainsurgencia instituidos por Estados Unidos, que nos convierten en sospechosos y criminales en nuestra propia tierra.
En este mismo sentido, denunciamos y condenamos la doble moral de la política de los Estados Unidos que por un lado mantiene presos a los cinco cubanos bajo falsas acusaciones de terrorismo, deja en libertad a uno de los mayores terroristas de la región, el criminal Luis Posada Carriles.
Reafirmamos la necesidad de la diversificación de la matriz energética, de la búsqueda de fuentes renovables de energía, haciendo un uso racional de las ya existentes. Sin embargo, alertamos sobre el peligro que significa el uso de agrocombustibles en términos de soberanía alimentaria, así como su impacto medioambiental. En el reconocimiento de la existencia de visiones y opiniones diversas en tal sentido, se expresa la necesidad de ampliar y profundizar en el conocimiento y debate sobre ello.
Seguros de la necesidad de continuar la construcción de alternativas al neoliberalismo, es necesario enfocar nuestros esfuerzos en la generación de consensos en torno a la integración de los pueblos, que se consolide en un programa político que aporte al diálogo con los procesos de integración sensibles a los intereses de los pueblos. Saludamos el avance en el proceso de integración en torno a la propuesta del ALBA y la iniciativa de instituir en ella un ámbito de participación de los movimientos sociales, que debe ser amplia, plural e incluyente de las más diversas expresiones sociales de la región, requisito indispensable para solidificar cualquier proceso de integración sólido. Este avance es al mismo tiempo un punto de apoyo para la crítica y la resistencia a los procesos que como el ASPAN, encarnan la voluntad del imperio y la profundización del modelo neoliberal.
Los procesos de integración no pueden jamás ser realizados sino en base al respeto de sus derechos, su ambiente y territorio. Por esto, condenamos iniciativas como el Plan Puebla Panamá y el IIRSA que lejos de beneficiar a nuestras comunidades o facilitar el diálogo entre ellas, se orienta al lucro de los actores de un modelo productivo que depreda al medio ambiente y aumenta la exclusión social en nuestras regiones.
Producto de las luchas en todo el continente y mundialmente, hoy podemos saludar la decisión del gobierno ecuatoriano de reconocerse como un país acreedor, y de iniciar una Auditoría integral y participativa de las deudas que ilegítimamente les sean exigidas. Saludamos además la determinación de varios gobiernos de retirarse del CIADI y cuestionar su membresía en otras instituciones financieras multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y el BID, que sólo han significado condicionamientos, saqueo, destrucción y empobrecimiento para nuestros pueblos. Reclamamos a los demás gobiernos de la región que se unen a estas iniciativas, realizando Auditorías de las deudas en cada país y de las Instituciones Financieras Internacionales, repudiando y poniendo fin al pago de las deudas ilegítimas, sancionando a los responsables de los crímenes económicos y ecológicos cometidos y coordinando junto con los pueblos afectados, estrategias de restitución y reparación.
Celebramos también la creación de nuevos instrumentos regionales de financiamiento soberano, como el Banco del Sur y el Fondo de Estabilización del Sur, a la vez que reiteramos nuestra esperanza y demanda de que estas instituciones sirven para apoyar verdaderas alternativas de integración y de desarrollo soberanas y solidarias, que promueven la inclusión, la igualdad y la sustentabilidad de los pueblos y del planeta.
Reafirmamos la necesidad de consolidar la convergencia y articulación continental de los movimientos, redes y organizaciones sociales que han dando la lucha por la autonomía y los derechos de nuestros pueblos. La Campaña de los 500 años, el levantamiento zapatista, la movilización contra la deuda, la Campaña Continental contra el ALCA, la formación de muchas redes sectoriales y temáticas, y la creación de la propia Alianza Social Continental son los principales antecedentes que convergen y reconocemos como la base fundamental de esta gran coalición de actores que luchan contra el neoliberalismo en las Américas y conforman la ASC.
Asumimos el compromiso y la corresponsabilidad con el proceso del Foro Social Mundial de impulsar en el continente una amplia movilización popular como parte de la jornada global que se desarrollará en enero de 2008. Y reiteramos nuestro apoyo a la primera edición del Foro Social de los Estados Unidos comprendiendo que las principales batallas contra el imperio se darán en su propio seno.
Convocamos a todos a volver a La Habana, en 2008 para celebrar nuestro VII Encuentro Hemisférico.
“Por la integración de los Pueblos, otra América es posible”