Carlos Alvear Gutiérrez, un artesano de 29 años, ha convertido deshechos de madera en cruces, como símbolo de la solidaridad y la fe.
Tras el paso del huracán Sandy en octubre de 2012 por el oriente cubano varias provincias de esta región fueron severamente afectadas. Ante el dolor de las pérdidas se alzó la buena voluntad de hermanas y hermanos de dentro y fuera de la Isla, que respondieron al llamado para movilizar recursos financieros y materiales destinados a las zonas más dañadas.
Carlos es miembros de la Iglesia Los Amigos (Cuáqueros),de Holguín y valora el compromiso de miles de personas que se solidarizaron con su pueblo ante la destrucción que dejó Sandy. Como gesto de gratitud se empeñó en transformar la madera que cayó al suelo por la fuerza de los vientos huracanados, en cruces que llevarán consigo los delegados y delegadas que participen en la IV Asamblea General del Consejo Latinoamericano de Iglesias, en La Habana.
¿Cómo surgió la idea de convertir en cruces la madera arrasada por Sandy?
Por la necesidad de expresar la solidaridad de las iglesias de América Latina con Cuba, divulgando en todos los países las consecuencias del huracán Sandy y motivando a las iglesias en la solidaridad con gestos concretos.
¿Qué tiempo demoras en hacer una pieza? ¿Cuántas realizaste en total?
El tiempo está en dependencia del tipo de madera, del estado en que esta se encuentra, de si tiene clavos o comején y de algunos otros factores objetivos y subjetivos, pero lo primordial es lograr una pieza que sea bella no por su apariencia, sino por lo que es y representa: cada una de ellas es un emblema de un gesto de amor y buena voluntad.
¿Cuál es el molde o guía que has utilizado? ¿Por qué?
El molde que estoy usando me lo favoreció un niño que representó un primitivo esbozo en su dibujo de Semana Santa. Cuando todos los otros ornamentaban sus cruces con colores y figuras, ese pequeño de unos siete años de edad dibujó un tosco madero y escribió debajo: Allí murió el Hijo de Dios por mí.
¿Qué significa para ti ser el autor de este detalle que se llevarán consigo las personas que participen en la Asamblea del Consejo Latinoamericano de Iglesias(CLAI)?
Para mí es un pequeño pétalo que se pierde en la fragancia y colorido de un gran vergel ecuménico de gestos concretos como es ya la Asamblea del CLAI a celebrarse por vez primera en nuestro verde caimán.
Siento un enorme placer al saber que sus participantes se llevarán consigo no solo un símbolo, sino un pedazo de nuestra historia, un elemento tangible de la solidaridad de la que hemos sido objeto todos los cubanos y cubanas víctimas de ese terrible huracán. Se llevarán un pedazo de nuestros corazones, de nuestra idiosincrasia y una muestra de nuestra fe y esperanza en un Dios que nunca abandona ni defrauda a sus hijos e hijas.