Posiblemente no exista un ejemplo en el mundo de una economa de la cual se hable tanto y se conozca tan poco como el caso de Cuba.
El origen de esta situacin habra que buscarlo en varias causas, entre otras:
1. Apresurada carrera de amplios sectores de las ciencias sociales internacionales, incluso de aquellos autotitulados progresistas, para suscribir incondicionalmente las ideas del llamado consenso de Washington como nica alternativa “cientfica” y “moderna” a los problemas del mundo, y su renuncia a considerar modelos alternativos, como resultado del desconcierto que origin el colapso de la Unin Sovitica.
2. Control de los medios de prensa a nivel mundial por transnacionales, fundamentalmente de EE.UU. y Europa, que ofrecen una cobertura meditica tendenciosa y superficial sobre la realidad cubana.
3. Enfoque sesgado sobre la economa cubana, a partir de prejuicios polticos que hace a muchos economistas y periodistas extranjeros abordarla con criterios preelaborados, tratando simplemente de encontrar forzosamente explicaciones prcticas que avalen sus criterios negativos.
4. Fuertes recursos financieros invertidos por las administraciones norteamericanas para prefabricar una imagen negativa sobre todo lo que acontece en Cuba.
Tales circunstancias, por lo general, no permiten profundizar lo suficiente para poder apreciar las principales bases sobre las que se fundamentan las polticas econmicas de Cuba, entre otras:
1. En Cuba previamente al 1959 exista un rgimen capitalista que condujo al pas a la ms extraordinaria pobreza y dependencia poltica de EE.UU., lo cual origin una revolucin que devino sistema socialista, de manera que cualquier camino que conduzca de nuevo al capitalismo se considera como un regreso a un humillante pasado definitivamente rechazado por nuestro pueblo.
2. La poltica econmica de Cuba no tiene como objetivo desarrollar un modelo consumista que imite al de los pases del primer mundo, por cuanto se tiene la ms profunda conviccin que tal modelo enajena y denigra el ser humano, resulta insostenible y conduce a la desaparicin de la especie humana mucho ms pronto que lo que hoy somos capaces de prever.
3. La economa cubana se plantea como objetivo primario darle vida material a un proyecto revolucionario que estableci desde un principio que todo ser humano debe tener garantizados: su alimentacin bsica; servicios mdicos gratuitos de alta calidad; una educacin esmerada e ilimitada; un empleo decoroso; el acceso a todas las manifestaciones culturales y deportivas y en general la ms plena ejercitacin de sus capacidades fsicas y espirituales.
4. Como los recursos materiales con que se cuenta son limitados y se vive la cotidiana presin del bloqueo de EE.UU., se requiere constantemente establecer prioridades sobre su utilizacin, que difieren sustancialmente de las que priman en los pases capitalistas. Por ejemplo, se prioriza el gasto para salvar la vida de un nio por sobre la compra de automviles de ltimo modelo para una lite o la arquitectura lujosa para sedes de transnacionales. Esa es justamente la razn por la que en Cuba mueren mucho menos nios que en el resto de los pases latinoamericanos y en las dems capitales latinoamericanas hay ms edificios y carros lujosos que en La Habana.
Con el fin de mantener estos principios, despus del colapso de la Unin Sovitica fue necesario redisear la economa tratando de sobrevivir en ese hostil entorno internacional.
Este proceso gener mltiples deformaciones y errores ampliamente analizados y criticados por el compaero Fidel que dieron lugar a contradicciones incompatibles con la poltica de la Revolucin.
A partir del 2003 se ha trabajado sin descanso para enfrentar y resolver estas contradicciones.
En la esfera monetaria se han tomado medidas de gran alcance, entre las cuales sobresalen las Resoluciones 65, 80 y 92 del Banco Central dirigidas a desdolarizar la economa cubana.
Es de resaltar que a pesar de estas medidas, nunca se ha prohibido ni se prohibir la tenencia de moneda extranjera por nuestra poblacin en efectivo y en cuentas de ahorro.
Sin embargo, debe tambin destacarse la creciente preferencia de nuestro pueblo por la moneda nacional como medio de ahorro, al punto que se han producido masivas conversiones de cuentas en dlares a cuentas en pesos cubanos convertibles y pesos cubanos.
En los ltimos doce meses, las cuentas bancarias de la poblacin en dlares han experimentado una reduccin del 57%, mientras que las cuentas en pesos convertibles se han multiplicado ms de 3 veces; y en pesos cubanos han crecido en un 35%.
Entre los principales resultados de las medidas adoptadas se pueden mencionar las siguientes:
1. Concentracin de las Reservas Internacionales en poder del Banco Central, lo que propicia una mayor seguridad para nuestro sistema financiero y permite ejercer un mayor control en el uso de estos recursos.
2. Ms liquidez y solvencia de las instituciones financieras cubanas, lo que posibilita un mayor aporte al desarrollo del pas, al incrementarse la eficiencia en la intermediacin financiera, tanto en la movilizacin de los recursos nacionales como en las gestiones para la obtencin de crditos en el mercado financiero internacional.
3. Centralizacin de los ingresos en divisas del Estado, lo cual ha reforzado de modo relevante la capacidad negociadora del Estado socialista, con los consiguientes beneficios en la gestin comercial y financiera del pas. Esto tambin ha coadyuvado a la exitosa implementacin de la poltica orientada por el compaero Fidel de cumplir rigurosamente con las obligaciones derivadas de los nuevos compromisos financieros externos y las deudas renegociadas.
4. Mejor medicin de la oferta monetaria lo cual permite ms precisin y agilidad en la toma de las medidas necesarias para mantener el equilibrio monetario y financiero.
5. Mayor utilizacin del Sistema Bancario para las transacciones financieras internas y externas, observndose un significativo crecimiento de las remesas que se reciben por va bancaria.
6. Sustancial reduccin del dlar en los flujos en efectivo que el pas recibe, que en el pasado superaba el 80%, mientras que hoy prevalecen otras divisas como el euro, el dlar canadiense y la libra esterlina; y el dlar solo representa alrededor del 30%.
7. Reforzamiento de las medidas de control de cambio que han redundado en una mayor disciplina comercial y financiera; ms racionalidad en el gasto y eliminacin de intermediarios que encarecan innecesariamente nuestras importaciones.
Un resultado palpable del xito de esta medida es que en el pasado se utilizaban innecesariamente en nuestro comercio con China, intermediarios de terceros pases que en la actualidad han sido casi totalmente eliminados. Esto, conjuntamente con la buena marcha de las relaciones mutuas y el puntual cumplimiento de nuestras obligaciones, ha permitido incrementar el intercambio comercial con China hasta el mes de octubre de 551 millones en el ao 2004 a 775.3 millones en el ao 2005, o sea un extraordinario crecimiento de un 40% con el consiguiente ahorro y agilidad en las transacciones.
En lo referente al sector externo, en el 2004 la cuenta corriente de la balanza de pagos result positiva por primera vez en todo el perodo especial, debido al fuerte comportamiento del sector de los servicios, que alcanz el 57,6% del total de ingresos de la balanza comercial del pas.
Por cierto, que como parte de la constante campaa por desvirtuar los aspectos positivos del desempeo econmico de Cuba, algunos medios de prensa extranjeros han resaltado en los ltimos meses el dficit de nuestro pas en el comercio de bienes, perdiendo de vista que la balanza comercial incluye tambin el resultado de los servicios, cuyo saldo positivo se ha sextuplicado con relacin al 1993.
Este comportamiento de la balanza de servicios tiene singular importancia y podemos prever que en el 2005 se fortalecer an ms esta tendencia, lo cual es una confirmacin prctica de las proyecciones explicadas detalladamente por el Comandante en Jefe en cuanto a la posibilidad de que el desenvolvimiento de la economa de nuestro pas se sustente cada da ms en la dinmica del sector de los servicios. Tal estrategia cobra especial relevancia en el actual escenario de la economa internacional.
Como es sabido, despus de la desaparicin del patrn dlar-oro mediante la terminacin unilateral por parte de EE.UU. de los acuerdos de Bretton Woods, el mundo se ha visto literalmente inundado por la liquidez en dlares que genera los dficits comerciales de los EE.UU. los cuales se convierten en reservas de los pases superavitarios en el comercio con EE.UU. Estas reservas son a su vez colocadas en bancos de EE.UU. o se utilizan para comprar instrumentos de deuda del gobierno de ese pas, creando una expansin crediticia que se autoalimenta, sin que hasta el momento se pueda prever un mecanismo de ajuste.
Es de mencionar que el acumulado del dficit de la cuenta corriente de los EE.UU. en las tres ltimas dcadas es de alrededor de 3 millones de millones de dlares, mientras que con sus actuales niveles de dficit (ms de 600 000 millones anuales), acumular una cifra similar en no ms de 5 aos.
Una parte de esa enorme liquidez, es administrada por los llamados inversores institucionales (fondos de inversiones, fondos de cobertura, etc) y se utiliza con fines especulativos no solo en transacciones monetarias sino tambin en los mercados de futuros de materias primas y productos intermedios de manera tal que aquellos pases que los producen, tienen hoy su futuro econmico dependiendo de estos movimientos especulativos que es como confiar en el azar.
Toda esta situacin refuerza la poltica de la Revolucin en cuanto a que el nico camino viable es vivir de la ciencia, de los servicios especializados y en fin de todas las posibilidades que nos da hoy la formidable inversin en capital humano que ha hecho la Revolucin durante 46 aos.
En cuanto a nuestra deuda externa, quisiramos solo resaltar el trascendental cambio que se ha logrado en la composicin de los compromisos financieros del pas de los cuales en estos momentos vencen en el corto plazo solamente un 27%, mientras que el restante 73% son facilidades financieras a mediano y largo plazo.
La menor proporcin que se observa de deuda a corto plazo tiene las siguientes causas:
1. Acuerdos bilaterales de refinanciacin llevados a cabo durante los ltimos aos con entidades oficiales, bancarias y proveedores, mediante los cuales se convirtieron a largo plazo obligaciones que originalmente haban sido pactadas a corto plazo.
2. Nuevas facilidades financieras a mediano plazo como resultado de la creciente credibilidad de nuestro pas en los mercados internacionales.
3. Parte de la factura energtica que en la actualidad se liquida a largo plazo segn acuerdos vigentes.
4. Importantes crditos oficiales a mediano y largo plazo obtenidos en los ltimos dos aos para transacciones corrientes e inversiones.
Todo lo anterior confirma que estamos en el camino acertado, lo cual en modo alguno debe hacernos perder de vista la necesidad de superar los mltiples errores y deficiencias presentes en nuestra economa. Entre ellos, nuestra tendencia al despilfarro de recursos que tanto dao nos ha hecho. Siempre recuerdo que los holandeses, un pueblo trabajador y ahorrativo, enfatizaban que el ms cercano y seguro ingreso es el ahorro. Oigamos esta sabia afirmacin y meditemos cuanto bienestar podemos brindar a nuestro pueblo, cuanto podemos mejorar su estndar de vida utilizando con racionalidad los recursos que el estado socialista pone a nuestra disposicin.
Particular relevancia adquiere el ahorro de combustible en el presente escenario mundial de inelasticidad de la oferta de hidrocarburos.
Si polticamente decimos Patria o Muerte!; con toda conviccin y sin un pice de exageracin, en el mbito de la economa podramos decir ahorro o muerte!
Quisiera resaltar que con independencia de todo lo anterior, la prueba ms irrefutable del xito de la economa cubana en todo este perodo es haber servido de base para el extraordinario desarrollo social de Cuba, nico en Latinoamrica, en las condiciones de la ms feroz y prolongada guerra econmica de la historia universal, que no ha impedido que entre todos los pases del Tercer Mundo, los ciudadanos de Cuba sean los que ms tiempo viven, sus nios los que menos mueren y mejor se educan; sus deportistas los que ms medallas ganan; su pueblo el que en mayor proporcin disfruta de electricidad y agua potable y el que tiene un mayor nmero de profesionales por habitante; sus familias las que en mayor proporcin son dueas de las viviendas que habitan y su sociedad la que goza de la mayor seguridad social y menores ndices de criminalidad.
Para ser dignos de este pueblo, al que la Revolucin ha llevado tan alto como el pico del Everest, no solo en trminos metafricos sino con la presencia de nuestros excelentes y abnegados mdicos en la cordillera del Himalaya, todos los que tenemos responsabilidades en la conduccin de la economa del pas debemos lograr el objetivo que se ha convertido en la piedra angular de la lucha que libra sin descansar un instante el compaero Fidel: la frmula de distribucin socialista con arreglo al trabajo.
En este sentido es necesario restaurar la funcin del salario como movilizador de la productividad y la produccin; continuar la poltica de gradual, prudente y progresiva reevaluacin de la moneda nacional y terminar el inicuo y distorsionador poder adquisitivo del dlar en muchos espacios de nuestra sociedad.
En fin, es un deber ineludible de todos, lograr que la dedicacin al trabajo, adems de honrar a cada cubano, sea la que determine su nivel de vida. Para decirlo con la precisin, la sabidura y la dignidad de Mart: “Sin honor, no hay hombre. Cada cual, viva de su sudor o no viva”.