Prensa Latina informa desde Quito que sectores de la policía se sublevaron este jueves 30 de septiembre, supuestamente en protesta por una ley que, según ellos, les recorta sus beneficios, pero el Gobierno ha dicho que en realidad se trata de un intento de golpe de Estado. Por su parte el ejército no ha hecho su aparición ni se ha pronunciado sobre la revuelta, lo que es estimado como algo muy extraño por comentaristas locales.
Ante esta situación, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) manifestó absoluta solidaridad con el Presidente ecuatoriano, según expresa un comunicado de prensa emitido por su secretario general, Néstor Kirchner. El texto señala como “un gravísimo retroceso para la región que volviéramos a aquellas épocas en que las minorías imponían sus decisiones por el uso de la fuerza”.
En tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) ha convocado a una reunión de emergencia y anunciaron la aprobación de una resolución de respaldo a la constitucionalidad en el país andino en la que exigirá el respeto al estado de derecho, el cual trata de quebrantar la revuelta de un sector del cuerpo policial. Sin embargo, sobre esta Organización pesa la actuación hace poco más de un año ante el golpe de Estado en Honduras, por lo que no todos le tienen confianza a su gestión ante este nuevo caso.
Representantes de varios gobiernos también han realizado declaraciones en respaldo a la democracia en Ecuador. “Esta vergonzosa conspiración, alentada por políticos que no gozan del apoyo del pueblo, tiene la clara intención de culminar en un golpe de Estado, que interrumpa el proceso revolucionario que vive el pueblo de Ecuador”, señaló en una misiva el mandatario boliviano, Evo Morales.
El presidente venezolano Hugo Chávez le trasladó su solidaridad a Correa y alertó sobre su seguridad, en el hospital donde se encuentra, rodeado de fuerzas policiales. Chávez se comunicó por vía telefónica con Correa, quien “le confirmó que se trata de un intento de golpe de Estado, siendo evidente, por la insubordinación de un sector de la Policía Nacional a las autoridades y las leyes”, señala el comunicado del gobierno bolivariano.
Tanto Evo como Chávez condenaron este nuevo zarpazo contra la legalidad a nombre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Desde la Presidencia paraguaya se circuló la posición respaldada por Fernando Lugo y su gabinete. En el texto se valora “el gesto de patriotismo del pueblo Ecuatoriano que a estas horas se moviliza para defender la institucionalidad agredida y aguarda que se actúe con la mayor severidad para que la democracia recobre su integridad herida a consecuencia de este brutal alzamiento”.
Expresan su “respeto a la soberanía popular y el rechazo automático de toda forma de barbarie – provenga de donde provenga- que pretenda destruir las instituciones que – con tanto esfuerzo y sacrificio -la democratización de los pueblos de la región han conquistado”.
El mandatario Sebastián Piñera, de Chile, envió un mensaje leído por el embajador de ese país, Darío Paya, en el que expresó “el más absoluto y total respaldo del pueblo y gobierno de Chile” a Correa.
Perú también rechazó los acontecimientos que afectan el proceso democrático ecuatoriano. El presidente Alan García condenó el cuartelazo y ordenó el cierre de la frontera con Ecuador y la suspensión del comercio bilateral de gran volumen hasta que se restablezca la autoridad de Correa. Además llamó a la OEA a cumplir un rol más eficaz que en el caso de Honduras, donde en junio de 2009 un golpe militar derrocó al presidente Manuel Zelaya.
El canciller brasileño, Celso Amorim, desde Haití, entró en contacto telefónico con su homólogo ecuatoriano, Ricardo Patiño, y le manifestó el total respaldo de Brasil. El vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, dijo al referirse a la insubordinación protagonizada por miembros de la policía ecuatoriana: “nosotros reconocemos como el gobierno legítimo de Ecuador al gobierno que encabeza el presidente Rafael Correa”.
La Unión Europea y varios de sus estados miembros, entre ellos España y Francia hicieron sus declaraciones de respaldo al gobierno ecuatoriano.
Mientras Correa continúa secuestrado en el hospital policial, el pueblo ecuatoriano y organizaciones sociales se movilizan y toman la Plaza de la Independencia en defensa de la democracia.
Fuentes: Prensa Latina, EP, Telesur