“Todavía no llegamos a la mitad” de las personas que han sido “identificadas” como transexuales y desean ser operadas, reconoció la sexóloga Mariela Castro, en un aparte con la prensa durante la primera jornada del V Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual, que sesionará hasta este viernes en La Habana.
Castro, directora del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dijo que, desde su creación como grupo en 1979, la actual Comisión Nacional de Atención a Transexuales ha recibido 122 solicitudes y, tras estudios multidisciplinarios, se han identificado 30 transexuales, de los cuales 26 solicitaron la operación.
Sobre “lo que todo el mundo quiere saber, estamos cumpliendo con las leyes, en este caso con una resolución del Ministerio de Salud Pública que autoriza la cirugía de adecuación genital entre los procedimientos de atención a personas transexuales”, confirmó Castro.
Hasta el inicio del actual congreso, la especialista había confirmado la realización de cirugías de “feminización” en transexuales o procedimientos quirúrgicos parciales.
La resolución número 126 fue firmada por el ministro de Salud Pública, José Ramón Balaguer, el 4 de junio de 2008, y establece la creación de un centro de atención a la salud integral de las personas transexuales, como la única institución en el país autorizada para realizar tratamientos médicos totales o parciales de cambio de sexo.
Las operaciones, totalmente gratuitas, habrían empezado a realizarse desde el mismo momento en que fueron aprobadas, pero alrededor de ellas funcionó una especie de pacto de silencio en aras de garantizar su estabilidad y evitar una posible ola de reacciones en contra, según observadores consultados por IPS.
La precaución parece lógica si se miran los antecedentes. Una primera transexual cubana fue operada en 1988 y la experiencia no se repitió por la reacción adversa que generó la publicación de la historia en la prensa nacional. Veinte años después, los prejuicios siguen latentes en amplios sectores de la población.
“Hemos acordado con la Comisión Nacional de Atención a Transexuales no revelar las cifras (de las personas operadas). Cuando lleguemos a las 30, lo vamos a decir”, afirmó Castro y aclaró que, por el momento, el procedimiento sólo se realiza a personas naturales y residentes en Cuba.
A pesar de la crisis económica mundial que afecta al país, el Ministerio de Salud Pública, desde 2008, “estableció en sus presupuestos la atención a este tipo de operaciones y se van programando cada año de acuerdo a las posibilidades presupuestarias. Es posible que un año sea un poquito más, otro año un poquito menos”, agregó.
Las operaciones de readecuación sexual forman parte de una política mucho más amplia, promovida por el Cenesex desde 2004, y que incluye la atención integral a la población de travestis, transexuales y transgéneros, no sólo desde el punto de vista de salud sino también en la esfera de su integración social.
Además de acciones de sensibilización y capacitación en diferentes sectores, la estrategia persigue facilitar el empleo de estas personas respetando el aspecto físico que se corresponda con su identidad de género, aun cuando no se hayan realizado los cambios correspondientes en su documento de identidad.
También se propone influir en la formación del personal docente de forma tal que pueda estar preparado para evitar que un niño o niña, con determinadas características, sea rechazado u objeto de burlas o de humillación, una de las principales causas del abandono escolar en edades tempranas.
“El Cenesex nos da herramientas para lograr un mayor respecto social, nos da participación en la elaboración de sus programas sobre diversidad sexual y nos abre un espacio para nuestras actividades”, dijo a IPS una de las primeras transexuales operadas en Cuba, que pidió reserva sobre su identidad.
“Ese espacio es de todo el que quiera ver que, realmente, no somos monstruos; que no hemos roto las normas sociales porque hemos querido sino porque somos así y debemos ser respetadas; que detrás de cada una de nosotras hay seres humanos increíbles”, añadió la joven, participante en el congreso.
Entre otras iniciativas a favor de esta población, la institución promueve un proyecto de ley de identidad de género que, en caso de ser aprobado, establecería legalmente que no es necesaria una operación de reasignación sexual para obtener el cambio de identidad, en los casos de las personas transexuales confirmadas por la Comisión Nacional.
Asimismo, impulsa, junto a la Federación de Mujeres Cubanas, el proyecto de nuevo Código de Familia que reconocería la “unión legal” entre personas del mismo sexo, sobre todo en aras de garantizar determinados derechos patrimoniales. “Esta es la demanda más explícita” de este sector en Cuba, dijo Castro.
Entre las novedades anunciadas para el V Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual está una declaración de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes) a favor de la ‘despatologización’ de la transexualidad.
La posición científica, asumida tras una experiencia de 30 años de atención a personas trans, se opone así a la clasificación de la transexualidad como “trastorno de la identidad sexual”, patología mental incluida en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.
En contraposición a aquellos sectores que intentan restarle urgencia a las reformas con el argumento de que se trata de grupos minoritarios, la sexóloga cubana aseguró que, si se es “consecuente” con una “estrategia de desarrollo que privilegia los programas sociales y la atención los derechos del ser humano, no se puede excluir a nadie”.
“Siempre en todas las sociedades hay grupos mayores y menores y a todos hay que darles atención. No se puede usar como criterio los prejuicios para excluir a nadie, como ha pasado históricamente con la raza, con las etnias, con las mujeres y con muchas otras realidades que son objeto de discriminación”, aseguró