Me asombra cuánto pueden cambiar los conceptos de la niñez a la adultez. Lo que antes era sinónimo de fiesta, hoy es reflexión, reverencia, un período para preguntarnos qué hacemos por Cristo. Lamentablemente no todas las iglesias lo ven así, incluso persiste en muchas el rechazo.
Conversando con la pastora bautista Gisela Pérez Muñiz, directora del Centro Lavastida de Santiago de Cuba, descubro las razones:
-“La Semana Santa es una de las principales celebraciones del calendario cristiano. En las iglesias evangélicas hay muy variadas formas de festejarla, desde un aprecio intenso con múltiples actividades hasta verla como una simple efeméride sin importancia. Es más, considero que algunas congregaciones, en su énfasis iconoclasta, han descuidado un poco la realización de eventos y recordatorios de esta fecha en toda su dimensión. Otras conciben la cuaresma como una actividad exclusiva de la iglesia católica. Necesitamos despojarnos un poco de esas polarizaciones que nos hicieron desechar cosas valiosas, útiles para cultivar nuestra devoción y experiencia de gratitud.
En los últimos años ha ocurrido un fenómeno con las celebraciones cristianas, sirven para mostrar el poderío de las iglesias. Por ejemplo, en Navidad acude más público a las que regalan una cantidad excesiva de juguetes o realizan cenas cuantiosas. ¿Cree que esto ha influido también en el rechazo hacia la Semana Santa?
-“El rechazo puede estar marcado por la mercantilización existente. Es triste reconocerlo, se ha llegado al extremo de no tener en cuenta el hecho, sino la opulencia de objetos y las cosas secundarias del evento. La realidad de la mercantilización no debe hacernos desechar la importancia de la Semana Santa. La iglesia está llamada a combatir tales cosas y a enfatizar en el verdadero significado de las fechas trascendentales de la historia cristiana.”
¿Importancia de la Semana Santa?
“-La Semana Santa tiene triple connotación: muerte de Jesús, valor salvador de este hecho y resurrección. Es un período de recogimiento, reflexión, meditación, y a la vez constituye un momento celebrativo porque recordamos el sacrificio de Jesucristo, su pasión, su muerte, y entonces concluye con la alegría de la Resurrección. Aunque no creemos que Jesucristo muera todos los años, sí aceptamos que recordar su muerte nos hace más sensibles a la gratitud de su sacrificio, y precisamente la gratitud es la piedra angular de la experiencia de fe cristiana.”
Gisela, ¿a su juicio cuál debe ser la actitud de cristianos y cristianas en Semana Santa?
-“El espíritu de recogimiento está por el sufrimiento de Jesús, pero uno no puede solidarizarse solo con el dolor. El Señor con su sacrificio nos legó el perdón, mostró con su vida y su muerte el amor eficaz de Dios para la humanidad, eso es algo sublime y en última instancia festivo. Además, Cristo venció la muerte con poder y por tanto no es tragedia, es misión cumplida para bendición de la humanidad, lo que nos trae confianza y certeza incomparables. La actitud de cristianos y cristianas debe ser la misma en todo momento: servir a Dios y amar al prójimo como a ti mismo.”
Tras el diálogo comprendo mejor la trascendencia de la Semana Santa. Doy gracias porque el amor de Dios nunca deja de ser y me siento tremendamente alegre.