Concejo Ecuménico de se solidariza con familias de niñas víctimas del “Hogar Seguro” Virgen de la Asunción y exige resarcimiento, medidas correctivas y justicia.
Sumamente consternadas por la trágica muerte de 37 niñas y la gravedad de las niñas que se debaten entre la vida y la muerte en los centros hospitalarios de la Ciudad, por el incendio en el “Hogar Seguro” Virgen de la Asunción el 8 de marzo de 2017, paradójicamente Día Internacional de la Mujer, la Pastoral de Niñez y Juventud, la Pastoral de Mujer y Justicia de Género y las Iglesias que nos unimos en el Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, expresamos:
1- Que nos sentimos dolidas, golpeadas e indignadas por este hecho que llora sangre y pone de manifiesto la debilidad del Estado, la incapacidad de las instituciones responsables de velar por el bienestar de la niñez y la juventud, el abuso y la impunidad con que actúan ciertos empleados públicos y la negligencia de funcionarios, que hicieron caso omiso a las múltiples denuncias e investigaciones que alertaron de los vejámenes, abusos y violaciones a las niñas, niños y adolescentes recluidos en dicho lugar.
2- Nuestra oración y solidaridad con las familias angustiadas que lloran a sus hijas, hermanas, nietas, víctimas de la inoperancia del sistema y de la indiferencia de la sociedad, que relega a la niñez y la juventud al último peldaño de sus prioridades. Oramos por cada una de ellas y por las niñas, niños y adolescentes que han sobrevivido a los maltratos en este lugar.
3- Hacemos un llamado al Presidente de Guatemala y a las instituciones con el mandato constitucional de velar y proteger a la niñez, la adolescencia y la juventud, que más allá de 3 días de duelo deben asumir su responsabilidad en este trágico suceso y tomen las medidas necesarias para a) Una investigación exhaustiva que aclare esta tragedia y los vejámenes previamente denunciados, asegurando la protección de las niñas, niños y adolescentes sobrevivientes, víctimas y testigos de los abusos que se han cometido en dicho lugar y aplicando justicia a los responsables; b) Tomar las acciones correctivas necesarias para garantizar la protección integral de las niñas, niños y adolescentes en este y los otros centros de resguardo; c) Resarcir inmediatamente a las familias de las niñas afectadas, así como a las niñas, niños y adolescentes violentados y proveerles apoyo psicosocial e) Hacer una revisión profunda del modelo de protección a menores en riesgo de manera que se garantice su dignidad e integridad física.
4- Finalmente, un llamado a la sociedad, las familias, la iglesia y todas las instituciones creadas para velar por el bienestar de las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes, responsables de que esta etapa de la vida sea de plenitud y felicidad, cuestionarnos sobre qué estamos haciendo o dejando de hacer para desencadenar este tipo de hechos. Que nuestra consternación por esta triste noticia, nos lleve a movilizar nuestra fe, a orar juntas y juntos por las niñas víctimas del incendio y del sistema, a unir nuestras voces para exigir investigación y justicia, pero también soluciones que garanticen el bienestar, el respeto y la dignidad y de niñas, niños y adolescentes.
“Dejen de hacer el mal y aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano y defiendan a la viuda.”
Isaías 1, 17
Guatemala, 09 de marzo de 2017.