Patriarcado y capitalismo
Existe una estrecha relación entre el patriarcado y el capitalismo. Ambas son formas de explotación del género humano, en especial de la mujer. A la poca valoración laboral, social y política de la mujer hay que añadir la doble explotación a la que es sometida, tanto en lo público como lo privado, las dobles y triples jornadas de trabajo, la violencia física y psicológica, el control de sus cuerpos como mercancías…
Exigimos y necesitamos poner FIN A ESTA PROBLEMÁTICA.
Los hombres y mujeres de este grupo confirman además que el patriarcado no es exclusivo del capitalismo. Aquí y allá hay relaciones de poder enraizadas, concepciones socioculturales que excluyen. Incluso en nuestros espacios de resistencia persisten estas aptitudes.
Las y los feministas sentimos la necesidad de incorporar a los hombres a nuestras luchas porque el objetivo es establecer justicia y equidad para todos y todas.
Movimientos sociales y la integración latinoamericana
El equipo de integración identificó las perspectivas que coexisten en el terreno de la integración. De un lado, la integración gestada desde los Estados nacionales y del otro, la integración en constante construcción de los pueblos. Asimismo, encontramos algunas nociones polares de integración. Entre ellas, las que responden a las lógicas del capital y las que se insertan en el rejuego geopolítico y militar del imperio en el continente.
En realidad, estos modelos son PRODUCTORES DE DESINTEGRACIÓN.
Para el grupo, en el otro extremo se encuentran las nuevas propuestas que resurgen y se enriquecen en la América Latina. Necesitamos modelos multinacionales en los que el consenso surja de la participación y la construcción colectiva, en los que la formación política de los sujetos sea una constante y la reflexión y la acción vayan de la mano, en los que se tenga en cuenta las prácticas cotidianas de integración que se dan desde la comunidad y en los que prime siempre el respeto a la diversidad.
Alternativas a la civilización productivista del capital
Popularmente se dice que una pregunta bien formulada es ya la mitad de su propia respuesta. O sea, interrogarnos una y otra vez es parte importante de nuestra claridad para la articulación. Este grupo partió de dos preguntas centrales:
¿Cómo sobreponernos a la lógica del capital?
¿Cómo organizarnos para producir riquezas desde un proyecto alternativo?
Partiendo de algunas tesis esenciales, entre ellas la necesidad de que la economía se ponga a favor de la vida y no la vida en función de la economía, el grupo planteó un grupo importante de desafíos que reproducimos a continuación:
– Superar la visión de la naturaleza como objeto de explotación y concebirla como un puente de vida. – Pasar de una economía del desarrollo a una economía del cuidado. – Mover la lógica del reemplazo y la reparación de lo producido a una lógica de la conservación. Pensar preventivamente en una producción de larga vida. – Definir las necesidades de consumo desde lo local para de esta manera trascender las formas históricas de consumo que parten del mercado en el capitalismo y del Estado en los sistemas socialistas.
A mediano y corto plazo el equipo expresó los siguientes desafíos en términos de alternativas concretas:
– Luchar contra las patentes. Reconocer el conocimiento y la propiedad intelectual como patrimonio común de los pueblos. – Accionar conjuntamente contra los agronegocios (etanol, transgénicos, etc.) – Fortalecer la producción local. – Combatir sin descanso la privatización de los recursos naturales, que supone anular los contratos con transnacionales y controlar el uso de los recursos naturales. – Reconocer el saqueo de los recursos como una deuda ecológica, y, en ese sentido, pedir indemnización por tales delitos.
- Estas alternativas precisan ser construidas desde una CRÍTICA AL CONSUMISMO (mercado) y a la estatización.
– Promover la desmercantilizacion desde dos niveles:
a) uno que implica eliminar la enajenación a través de una participación creciente de los productores y consumidores.
b) otro que supone recuperar los recursos desde el Estado.
– Recuperar la pequeña empresa y la economía familiar.
– Desarrollar la economía solidaria como proceso de construcción de redes.
– Rescatar la experiencia de los pueblos originarios en términos del respeto al otro y a los recursos naturales.
Por otra parte, las luchas por la problemática concreta de los recursos naturales podría constituir una experiencia concreta a sistematizar con vistas a redimensionar la perspectiva nacional, recuperar la intencionalidad política en la construcción de alternativas y revisar los mecanismos regulatorios que obstaculizan y las brechas para la construcción de alternativas.
Desde el punto de vista legal quedaron recogidas un grupo de alternativas que, aun cuando se reconocen como vías defensivas, nos permiten utilizar los mecanismos del derecho y las regulaciones existentes con vistas al apoyo y acompañamiento de propuestas concretas desde abajo. Esto implica darle un uso alternativo al derecho, desde el espíritu de un pluralismo jurídico.
El grupo abogó por una deslegitimación del capitalismo con argumentos económicos y éticos, a la vez que se abunda en nuevas propuestas como el socialismo del siglo XXI. En este punto se incluyen ejes o principios básicos como el control colectivo de los recursos no renovables, el fomento de una democracia generalizada que conduzca a la igualdad social y la prioridad del valor de uso sobre el valor de cambio. En otras palabras, pensar cómo ayuda a la gente lo que se produce.
Por último, entendemos la interculturalidad como motor o condición indispensable para la realización de los ejes anteriores.
La comunicación alternativa
El último grupo de discusión que se presentó en plenario, el de los comunicadores y comunicadoras populares, propuso un grupo de iniciativas que considera esenciales para la construcción de una comunicación emancipadora:
– Romper desde la comunicación tres relaciones hegemónicas:
- las relaciones de poder de los medios hegemónicos,
- las relaciones del saber academicista excluyente,
- y las relaciones de espacio tradicionales. (ir al barrio)
– Impulsar una visión dialógica y ética de la comunicación. Tener claro el deber de escuchar y el derecho a hablar. – Propiciar un movimiento dinámico de la comunicación, creativo, que evite el encasillamiento. – Lograr un modelo inclusivo (que incluya vínculos de alteridad, sentido de pertenencia, sentido de responsabilidad). Democratizar la información y la construcción de conocimientos. – Visibilizar nuestras identidades. Reconocer las potencialidades de las personas de las comunidades y trabajar junto a ellas. – Impulsar una formación humana integral (espiritualidad-arte-autoestima-proyección política y social). – Fomentar el vínculo intergeneracional – Rescatar y enriquecer los medios tradicionales de comunicación – Tener presente el sentido ético de nuestra comunicación. Perseguir la humildad y la coherencia. – Crear una cultura para la alternatividad.