Y como en otras oportunidades, esta vez realizamos aquí mismo, en el CMMLK, un taller. Sucedió apenas unos días atrás. Ahí se juntaron todas las personas que van a coordinar los cuatro grupos que cursarán ahora este módulo. Nos acompañaron coordinadores y coordinadoras de los grupos de la Universidad y el Grupo de Desarrollo de Guantánamo, de la Universidad Agraria de la Habana, integrantes de los Talleres de Transformación Integral del barrio de Pogolotti y del CAI “Los Ángeles”, de La Habana.
Además, desde su interés en los contenidos y en la metodología de trabajo de este módulo, invitamos al espacio de capacitación a una de las coordinadoras del grupo FEPAD del IPK (Instituto Pedro Kouri) que ya culminó este módulo, a dos jóvenes profesores de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana y a una compañera del Consejo de Iglesias de Cuba.
En total, nos reunimos dieciséis personas, de las cuales cuatro eran hombres y doce mujeres. Todos y todas portadores de experiencias procedentes de ámbitos diversos (académicos, comunitarios, organizacionales, etc.). Su presencia permitió enriquecer los debates, construir conocimientos colectivamente y abrir puertas a necesarias articulaciones posteriores.
Como es habitual compartimos los objetivos, sentidos y lógicas esenciales del módulo, debatimos sobre elementos metodológicos y teóricos y avanzamos en cuestiones organizativas y de seguimiento. Al propio tiempo, intercam-biamos acerca de las motivaciones y preo-cupaciones sobre la puesta en práctica del módulo.
Así nos percatamos que los contenidos realmente tienen que ver con lo que estamos haciendo, con nuestra realidad, toda vez que el propósito es, contribuir a un mejor conocimiento del entorno en que nos desenvolvemos y, desde ahí, generar nuevas propuestas que nos permitan aportar a sus transformaciones.
Como es lógico, apreciamos que cada grupo puede imprimirle un sello y trayectoria particular al decursar de los módulos. Y eso tiene que ver, como bien sabemos, con su composición propia, los objetivos para nuclear a las personas que los integran, las características del equipo de coordinación, entre otros elementos que definirán el camino a seguir.
Luego de aclarar nuestras dudas sobre la Guía para coordinadores y coordinadoras y el Cuaderno para participantes, leímos e intercambiamos en torno a algunos textos que consideramos necesario ver colectivamente. Reflexionamos acerca de qué es comunicar, qué impli-caciones éticas y políticas tiene comprender de una u otra manera el proceso comunicativo, intencionarlo en una u otra dirección.
No debe asombrarnos que existe la tendencia a repro-ducir el denominado modelo matemático-informacional que concibe a la comunicación como un proceso lineal centrado en la trasmisión, y que, mediante la retroali-mentación, busca, en esencia, comprobar con cuanta fidelidad llegó el mensaje, si fue interpretado por el receptor y si provocó el efecto esperado.
En cuanto a la especificidad de la interacción comu-nicativa, analizamos que para algunos la misma radica en la posibilidad de que unos trasmitan lo que “saben” a otros que “no saben”.
Para otros y otras, por el contrario, la comunicación es resultado de un nuevo significado que en ningún caso se debe solo al aporte del “emisor”. Por suerte para los que nos asociamos a este modo de entender la comunicación, los seres humanos no somos simples reproductores de los mensajes que nos llegan.
Ensayamos también varios ejercicios comunicativos y vimos algunos audiovisuales que forman parte del módulo.
Elaboramos así mismo dos estrategias de comunicación que sirvieron de fuente importante para los aprendizajes.
La feria-exposición confeccionada por dos subgrupos para mostrar esas estrategias ratificó el amplio espectro de implementación e irradiación de los aprendizajes que tendrá el modulo en los ámbitos comunitarios, insti-tucionales y organizacionales y el compromiso que tienen estas personas con su realidad.
Como siempre, al lado de la reflexión, en el taller no faltó la creatividad, las dramatizaciones, los juegos, el humor, los poemas y hasta las congas.
Por su parte, el momento de continuidades contribuyó a ganar claridad sobre cómo mantener los intercambios y cómo compartir las responsabilidades que conlleva la ejecución del módulo en cuanto a la logística, las infor-maciones sobre el grupo, la responsabilidad de sus corresponsales de prensa, entre otras cosas.
Finalmente, la evaluación del taller puso de manifiesto la satisfacción general con el cumplimiento de los objetivos previstos. De igual modo ratificó la necesidad de compartir los diseños, visitarnos, prepararnos y leer todos los textos antes de comenzar el módulo, entre otras sugerencias y acuerdos que tomamos para que el encuentro y el camino emprendido no concluyan aquí.