La Habana fue sede de la VI Asamblea del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) entre el 21 y el 25 de mayo pasado. Previamente un grupo de jóvenes de la región se encontraron en la Catedral Episcopal en el Vedado capitalino, en un taller que tuvo por centro la Campaña Un trato por el buen trato. Esta iniciativa surgió en Uruguay en el 2003 y ha involucrado a la niñez y a la adolescencia en la promoción de una cultura de paz.
Nicolás Iglesias, uno de sus protagonistas, contó a Caminos que se han capacitado sobre el significado del maltrato y han aprovechado disímiles herramientas para crear una cultura de no violencia: maquillarse los rostros, hacer pantomima, convocar desde la música, interpelar a los adultos en la calle, en los ministerios, en los centros laborales, en las iglesias, en el Parlamento y comprometerles a actuar contra el maltrato.
El taller en La Habana ofreció la posibilidad no solo de contar la experiencia uruguaya sino de dialogar sobre las diversas realidades nacionales y sentir que el buen trato es una causa común para la juventud latinoamericana. Nadie escapa a la violencia, en algunos sitios hay situaciones más visibles que suelen ser denunciadas desde el trabajo infantil, la militarización hasta el acoso escolar, en otros contextos la violencia doméstica levanta un muro de silencio que habrá que derrumbar.
La campaña tiene como símbolos importantes el certificado de vacunación, que usa como vacuna simbólica, un caramelo y la llaman antipegánica. Cinco palabras enmarcan el compromiso de escuchar, creer, proteger, incluir y denunciar. Un manual de capacitación ofrece recursos para el trabajo en comunidades que quieran sumarse a esta iniciativa.
Yunier Tujillo, de la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao e integrante de la Red Ecuménica Fe por Cuba, animada desde el Centro Martin Luther King, llegó a este taller con los pies puestos en el momento actual de la isla. Su aporte en un espacio de análisis de la realidad latinoamericana parte de la experiencia de la iglesia local a la pertenece, de las apuestas del Centro y de la Red, que estimulan la mirada crítica y comprometida con Cuba y su gente.
Conocer lo que hacen otros cristianos latinoamericanos más allá de los tempos le confirma la necesidad de que “nuestra participación y la experiencia de la vivencia de fe, es una vivencia cotidiana, y la vida cotidiana se da también en el espacio público. Y ahí tenemos que llegar con una propuesta transformadora y de compromiso”.
Por eso la Pastoral Juvenil del CLAI no se limitó a su jornada de debate, también inundó con carteles las sesiones de la Consulta Continental sobre Derechos Sexuales y Reproductivos y la propia VI Asamblea de esta organización ecuménica.
Su llamado a ser parte activa de la vida de fe dentro y fuera de la iglesia, se robó los aplausos de las delegadas y delegados participantes. La juventud latinoamericana no quiere ser solo espectadora, ni receptora de informaciones y consejos, quiere construir esas sociedades más justas donde la vida pueda ser verdaderamente plena, un regalo divino que hay que cultivar cotidianamente. Solo el amor, la voluntad de hacer y el buen trato podrán lograrlo.