Percibir la Cuba contemporánea y conceptualizarla es uno de los grandes retos de los sociólogos, politólogos, gurús. Es un motivo de encuentros y desencuentros, incomprensiones y proféticas aseveraciones que escapan a veces del más lógico sentir de los que cada día van construyendo su propia historia.
La diversidad, la pluralidad de historias, contextos e impresiones es tan rica y compleja que resulta difícil, prácticamente imposible percibirla a través del audiovisual que nace solamente en medios institucionalizados como el ICAIC. Cada vez resulta más curioso encontrar medios alternativos de producción audiovisual —como TV Serrana y otros— que andan escudriñando realidades, visualizando temáticas, analizando contradicciones que conforman ese rostro multicultural y cambiante de la Cuba de hoy.
Las políticas editoriales de medios como el ICRT que no han sido reestructuradas desde la década del 90 se desfasan de esas necesidades de visibilidad y este espectro, aparentemente desconocido pero popular, comienza a ganar protagonismo a través de las historias que jóvenes realizadores muestran y distribuyen en espacios de socialización de la información como canales de youtube y las redes sociales.
Aun sin espacios oficiales de divulgación, sin participar en circuitos de festival, mucho de estos trabajos llegan a enfocar desde la mirada peculiar del artista, aspectos en ocasiones contradictorios y con múltiples aristas de la realidad cubana. Muchos de estos temas no han sido abordados en la cinematografía oficial y, lejos de convertirse este sector en la antítesis de los medios legítimos —si queremos reunir o más bien vislumbrar una configuración más acertada de nuestra realidad—, el joven audiovisual, alternativo, irreverente y underground es el llamado de atención, el paliativo en momento cruciales donde el consenso y una actitud proactiva impulsa el crecimiento y desarrollo e la sociedad que queremos.
Suelen ser ríspidos, descarnados, catárticos, muchos de los documentales que TV Serrana produce. En lo que muchos coinciden es en que la mayoría de las veces son audiovisuales que nos resultan muy cercanos. Formamos parte de la complejidad, de la dinámica que se encoge y distiende, de los asechos y de las reformulaciones. La Cuba incomprendida es la que no se expresa, la que no se visualiza y no deja de ser rica, matizada y fascinante. La manera en la que estos jóvenes perciben su cotidianidad son documentos antropológicos en ocasiones incuestionables, por eso resulta tarea ardua conceptualizar y formular una imagen fresca de esta Isla del Caribe.