Debatir acerca de un modelo de construcción de viviendas con fines transformadores en el orden social e individual, sobre todo en los sectores más populares, fue el propósito esencial de la visita realizada a nuestro país por Gustavo González y Sebastián Olivera, dirigentes de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua (FUCVAM).
Invitados por el Centro Martin Luther King (CMLK), los cooperativistas sostuvieron un encuentro en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba, y en otra oportunidad explicaron a Trabajadores que esta institución —nacida el 24 de mayo de 1970— es la mayor y más activa organización social uruguaya de acción en el campo de la vivienda popular y el desarrollo urbano.
En ese momento en el país existía una gran polarización de la lucha de clases y hubo posibilidad de impulsar un fondo nacional de viviendas. Entonces —explicó Gustavo— el movimiento sindical junto a un número importante de técnicos, arquitectos, promotores sociales, abogados y contadores, entre otros, vieron la oportunidad de incluir una nueva modalidad y así surgió la Federación.
Gustavo significó que el modelo tiene cuatro ejes fundamentales: la propiedad colectiva sobre las casas (muy importante si se tiene en cuenta que Uruguay es una sociedad capitalista); la autogestión, es decir el control de la cooperativa está a cargo de los propios cooperativistas, con su asamblea general de socios, su consejo directivo, su comité de vigilancia y educación y, por último, la concepción de ayuda mutua, pues trabajan 21 horas por semana en la construcción de las viviendas.
Es un modelo sumamente exitoso —agregó—. En 1973, cuando el golpe de estado y la dictadura, FUCVAM se incorporó a la resistencia, luchó junto al movimiento sindical y estudiantil. Tuvimos un largo período donde se nos cortaron los créditos, y a finales de 1984 y principio de 1985, con la caída del régimen, volvimos a desarrollarnos con toda intensidad.
El líder histórico de FUCVAM precisó que “este proyecto NO es netamente viviendista. Para nosotros la vivienda es el disparador de una organización social con objetivos profundos de transformación de la sociedad”.
Dijo que en estos momentos se está trabajando en la implementación del modelo en nueve países de América Latina, “pues la clase obrera uruguaya siempre ha tenido un fuerte componente internacionalista y resulta fundamental la unidad de las fuerzas progresistas y de los sectores populares de la región para hacer frente a todos los embates del imperio, que tiene puesta su mirada en nuestro continente”.
La Federación ha construido hasta la fecha alrededor de 24 mil viviendas, pero hay que tener en cuenta que Uruguay es un país pequeño, con tres millones de habitantes; por lo cual la incidencia en ese número de familias es muy importante en el entramado social de la sociedad uruguaya, enfatizó Gustavo.
Al intervenir en el breve diálogo que tuvo lugar en el CMLK, Sebastián subrayó que las relaciones de FUCVAM con Cuba tienen ya cerca de 20 años.
Dijo que en la actualidad se están analizando las posibilidades de utilizar el modelo uruguayo, pues aquí hay potencialidades que no poseen otros países de la región, como por ejemplo el movimiento de las las microbrigadas sociales que a finales de la década de los años 80’ tuvieron mucho auge.
Destacó la experiencia que tiene Cuba en materia constructiva y la voluntad política para asimilar cualquier proyecto en aras del beneficio social.
FUCVAM cuenta en la actualidad con alrededor de 400 cooperativas de base, en distintas etapas de desarrollo (en trámite, en construcción y habitadas). Es una federación de alcance nacional con presencia, prácticamente, en todas las ciudades de Uruguay.
Las cooperativas no solo resuelven el problema de vivienda de sus asociados, sino que ha sido posible planificar y desarrollar un conjunto de servicios complementarios con el objetivo de lograr calidad de vida de las familias miembros y de la comunidad en su conjunto.
texto: Alina M. Lotti
foto: Idania Trujillo
tomado de Trabajadores