A partir de diciembre de 2001, el gobierno de los Estados Unidos tras el azote de un huracán a la isla autorizó una excepción a las reglas del bloqueo únicamente en el sector agroalimentario por lo que el empresariado de ese país comenzó negocios unilaterales con el gobierno de Fidel Castro con la prohibición de importaciones a los Estados Unidos y de inversiones conjuntas.
Tampoco la isla puede recibir créditos norteamericanos y debe realizar sus pagos por adelantado y al contado y no directamente a sus bancos, además de transportar las mercancías hacia la isla casi exclusivamente en buques con la bandera de la barra y las estrellas.
No obstante las restricciones, los Estados Unidos ocupa el sexto puesto en la lista de socios comerciales de Cuba, encabezada ampliamente por Venezuela y China.
“Con la suma de los contratos que se espera cerrar por unos cien millones, se prevé terminar este año con compras por valor de más de 500 millones” a ese destino agroindustrial norteño, comentó Pedro Álvarez, presidente de la empresa comercializadora de alimentos de Cuba (Alimport ).
Se esperan para el foro de tres días delegaciones de Georgia, Alabama, Florida y Mississippi Texas, Louisiana, California, New York, Massachussets, Arkansas, Connecticut, Illinois, Minessota, Washington, New Jersey y Carolina del Sur.
Según Álvarez, Alimport tiene en plan aumentar sus importaciones hasta unos mil 600 millones de dólares, 600 más que cinco años atrás, para respaldar el aumento de algunos comestibles que se están vendiendo a la población por la vía de la “canasta básica” (cartilla de racionamiento), como el huevo y el arroz.
“Este incremento es consecuencia del aumento de los precios en el mercado internacional” afirmó el directivo quien aseguró que el 95 por ciento de esas adquisiciones se vende a precios subvencionados a la ciudadanía por la llamada históricamente “libreta de abastecimientos” de manera directa o se vinculan indirectamente a esos suministros como los que se usan en la industria del pienso o en la producción de otros alimentos.
Álvarez garantiza que el por ciento que resta se oferta en la red de tiendas en divisas y las ganancias engrosan los fondos de la empresa destinados a nuevas compras.
Según datos del ministro del Comercio Exterior de Cuba, Raúl de la Nuez, Cuba mantiene relaciones comerciales con 163 países.
Antes de endurecerse las restricciones en 2006 con la llegada a la Secretaría de Comercio de los Estados Unidos del cubano-americano Carlos Gutiérrez, y el establecimiento de la Comisión de Ayuda para una Cuba Libre propuesta por el mandatario George W. Bush, las compras cubanas habían aumentado de 176 millones de dólares en 2002, a 541 millones en 2005. La empresa cubana anunció que en estos años Alimport las importaciones han totalizado unos ocho millones de toneladas de alimentos por valor de casi dos mil 400 millones de dólares.
“Con estas medidas se perjudican ambas partes, si se tiene en cuenta que la cercanía geográfica hace a Cuba un mercado natural de la nación norteña, y que con estas exportaciones se genera empleo tanto a agricultores como a transportistas y portuarios de allá”, advirtió Álvarez.
Entre las mayores compras de Cuba se encuentra el arroz por lo que llega a ocupar el tercer lugar en el mercado importador norteamericano. No es de extrañar entonces que los arroceros hayan transmitido a La Habana su aspiración de que el país caribeño pase a convertirse en el principal o segundo importador de esa gramínea estadunidense.
En el recién celebrado Primer Congreso Panamericano de Arroz, en Cancún, Quintana Roo, con delegados de 23 países, productores y comerciantes estadounidenses estuvieron entre los primeros en apoyar un acuerdo para solicitar al gobierno y al Congreso norteamericanos la eliminación de las sanciones económicas y comerciales a Cuba, y la supresión de las restricciones de los viajes a la isla.