En una proclama emitida la noche del sábado desde su refugio en la embajada de Brasil, Zelaya pidió a sus seguidores que empiecen a desplazarse hacia la capital para realizar el lunes una gran movilización, que definió como una “ofensiva final” contra el régimen de facto.
El lunes se cumplen tres meses del golpe de estado que sacó a Zelaya del poder tras lo cual se instaló un regimen de facto encabezado por Roberto Micheletti, que es desconocido por la comunidad internacional.
Este domingo, la dirigencia del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, que aglutina a organizaciones políticas y sociales, tiene previsto reunirse en Tegucigalpa para definir la estrategia de la movilización.
Por su lado, la cancillería del régimen de facto emitió un comunicado en el que exige a Brasil evitar que su embajada en Tegucigalpa sea usada por Zelaya para “instigar a la violencia y quebrantar la paz”.
“El gobierno de Honduras ha mostrado infinita paciencia y moderación en su reacción a la violencia alentada desde una embajada foránea”, señala el texto oficial, que también demanda al gobierno brasileño definir el estatuto de Zelaya en un plazo no mayor de diez días.
De lo contrario, el gobierno de facto adoptará medidas en el marco del derecho internacional, adviertió la cancillería, que reiteró sin embargo su compromiso de respetar la integridad de la delegación diplomática brasileña.
Pese a que ambas partes en el conflicto manifestaron esta semana su decisión de revivir el diálogo en torno a la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, en la práctica la crisis tendió a agravarse en las últimas horas.
Zelaya y unas 60 personas que lo acompañan en la embajada de Brasil desde que regresó secretamente a Honduras el pasado 21 de setiembre, denunciaron el viernes que los militares habían difuminado un gas tóxico que les produjo severas afecciones en las vías respiratorias, dolores de cabeza y mareos.
También aseguran que los militares han estado usando en su contra un instrumento sonar de alta frecuencia que causa dolor en los oídos y afecta el sistema nervioso.
Los organismos de derechos humanos locales han incrementado sus denuncias sobre agresiones de la Policía y el ejército contra los zelayistas, especialmente en barrios capitalinos y poblaciones del interior del país.
Hasta el momento, las autoridades de facto sólo han reconocido la muerte de dos personas durante las manifestaciones de esta semana, pero los zelayistas hablan de un número mayor de víctimas fatales.
Zelaya acusó al régimen de no atender su llamado al diálogo y de responder “con más represión contra el pueblo”.
El sábado, la Cumbre de países de América del Sur y Africa, reunidos en isla Margarita, al norte de Venezuela, demandó al gobierno de facto hondureño que respete la inviolabilidad de la embajada de Brasil con base en la Convención de Viena, y garantice la seguridad de las personas que están en su interior.
Golpistas presionan a Brasil
La semana pasada, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva señaló que Zelaya podía quedarse allí el tiempo que quisiera y el Consejo de Seguridad de la ONU emitió un pronunciamiento en el que exigió que las autoridades instauradas en Honduras que dejen de hostigar la embajada brasileña.
Pero el gobierno de facto sostiene que Brasil debe decidir si le da asilo político o lo entrega a la justicia hondureña para ser juzgado. Acusan a Zelaya de cuatro cargos, entre ellos atentar contra el sistema democrático y traición a la patria, pues consideran que intentó convocar a un referendo para modificar la Constitución.
En el mismo comunicado, la cancillería hondureña señaló, además, que no permitirá el regreso de los embajadores de Argentina, España, México y Venezuela, retirados tras el golpe del 28 de junio, a menos que esos países reconozcan antes al gobierno de facto.