Agradezco, a nombre del Centro Martin Luther King a Casa de las Américas y a Roberto Fernández Retamar, su presidente, poeta y hermano, su presencia entre nosotros.
Esta tarde es otra fiesta más porque es la segunda presentación que hacemos de La verdad no se ensaya de Julio César Guanche, publicado por la Editorial Caminos. Me gusta siempre arrancar agradeciendo a las personas que intervienen en la realización del libro. En primer lugar a Ayuda Popular Noruega, en la persona de Néstor Napal que contribuyó con el financiamiento, a Elizabet Rodríguez , la editora; y a Olmer Buchholz, su diseñador.
Decía que es una fiesta porque en, primer lugar, la mayoría de los que estamos aquí, nos conocemos, somos amigos, y en la mesa me acompañan también amigos como Rafael Acosta de Arriba, Julio Antonio Fernández Estrada, Milena Recio y, por supuesto, Julio César Gaunche.
Deseo agradecer a Guanche y a Julio Antonio, que es también autor de dos de los ensayos que aparecen en este texto, por la contribución que han hecho en torno a temas tan sustantivos como la democracia y el socialismo en Cuba, que recoge este libro y que le es tan esencial a nuestra institución y al trabajo que realiza en la educación popular tratando de fomentar una cultura política que tenga como centralidad el protagonismo de la gente.
En este libro que hoy presentamos, el autor sugiere algunos de los principios del republicanismo democrático para el proyecto del socialismo en Cuba y su ampliación como proyecto emancipador y libertario.
A finales de los años sesenta, en una coyuntura tremenda para el país —sobre todo con la muerte del Che en Bolivia que implicó la imposibilidad de la ampliación de los proyectos de liberación nacional en América Latina y la interconexión solidaria de ellos con la Revolución cubana— los cubanos nos lanzamos a una epopeya: la zafra de los diez millones. Entonces surgió este slogan: los diez millones van, y de que van, van.
De esta última frase Juan Formell tomó el nombre para formar una banda que revolucionó la música popular cubana, los _Van Van_… Esta orquesta, durante todos esos años, se ha convertido en lo que algunos han llamado los Rolling Stone de la salsa cubana. Ellos junto con la Nueva Trova se convirtieron en la banda sonora de la Revolución; pero un día su líder, Formell, enfermó y empezó a faltar de los Van Van, en un ambiente que, entre otras razones, estaba relacionado con la homogenización cultural de los tiempos actuales y el reguetón nos empezaba a inundar. Ante la ausencia de Formell los bailadores se preguntaban si los Van Van se pondrían a hacer reguetón. Por suerte Formell no faltó de manera definitiva de su banda, sin embargo, cuando salieron Pedrito Calvo, Pupy e, incluso, cuando entró una mujer en la orquesta algunos se empezaron a preocupar.
Esa inquietud de los bailadores cubanos por esa banda insigne y su posible «contaminación» con el reguetón es para mí una de las metáforas de la Cuba que estamos viviendo. A buen entendedor con pocas palabras basta. ¿Cuál es la posibilidad, entonces, que ante la ausencia de una buena zona del liderazgo histórico de la Revolución —pues estamos asistiendo al último período formal de su mandato— se garantice que el futuro del país siga siendo un proyecto emancipador, centrado en las personas, con respecto por la naturaleza, un proyecto socialista?
Esta preocupación, no tanto la referida a los Van Van como metáfora, sino la del país, es la que atraviesa todo el esfuerzo ensayístico, la investigación histórica que ha realizado Guanche y por suerte en una obra que no solo es crítica, pone el dedo en la llaga, trata de recuperar la historia sino que también corre con el atrevimiento de hacer propuestas para el país, ahora que la economía tiene un nivel central, el empeño por la libertad y la emancipación de los seres humanos, el profundo respeto por los derechos de la naturaleza sigue siendo como lo pensamos la mayoría de los cubanos.
Desde esta motivación es que el Martin Luther King no tuvo ninguna duda en juntar, con el autor, los ensayos que aparecen en La verdad no se ensaya.
Joel Suárez. Coordinador general del Centro Memorial Martin Luther King