Resulta imposible hablar de justicia social sin deconstruir las relaciones de poder desiguales que justifican y sustentan la discriminación contra las mujeres y la violencia machista. No puede pensarse la realización de un proyecto social más humano, sustentable, ético y participativo sin el protagonismo de los movimientos feministas y de mujeres.
Para suerte nuestra el engranaje teórico y práctico que han acumulado los movimientos de mujeres y feministas a lo largo de la historia se ha sumado, como otras ideologías de izquierda, al quehacer de las organizaciones populares y movimientos revolucionarios de América Latina y el Caribe.
Justamente el volumen que presentamos Palabras nuestras. Minga Informativa de Movimientos Sociales, Cuaderno de Comunicación Popular 2, de la Editorial Caminos, visibiliza a distintos niveles la importancia de las perspectivas feministas y de género en el quehacer comunicativo de organizaciones sociales y movimientos populares, no solo en los diversos contenidos e intercambios que estos generan, sino también en los modos de construir y compartir la información, en la manera de conformar un universo simbólico realmente inclusivo y humano.
Y es que, como bien apuntan las primeras páginas del volumen, la comunicación resulta un espacio estratégico y terreno de disputa por ser fundamental para el ejercicio del derecho a la comunicación y la construcción de ciudadanía. Pero deconstruir y generar nuevos modos de comunicación, libres de las múltiples formas de dominio no resulta fácil.
Desde finales del siglo pasado, el imperativo de tomar la palabra en su sentido más abarcador estaba claro no solo para los colectivos de mujeres y feministas sino que, en general, era uno de los objetivos de la mayoría de los movimientos sociales contestatarios. Por ejemplo, en 1989 desde Europa, Pierre Bourdieu, reconocido sociólogo, convocaba a las feministas a hacer la “revolución simbólica”, construir nuevos signos como vía fundamental para lograr la emancipación y la superación definitiva de la hegemonía patriarcal; pero Bourdieu no dijo ¡cómo hacerlo!
Respondiendo a esta necesidad a finales del siglo XX surgieron diversas experiencias desde el ámbito comunicacional —redes de profesionales por una comunicación no sexista; sitios informativos, revistas, sellos editoriales, cuya producción asume la divulgación del pensamiento feminista y la realidad de las mujeres— a la par que fue creciendo el trabajo concienzudo y colectivo en materia de comunicación social desde los diversos proyectos y movimientos sociales de la región.
Unir experiencias actuales de estos dos campos de lucha constituye otro de los aportes de este cuaderno. Desde el accionar cotidiano de organizaciones de la región el colectivo de autores —una docena de voces— reúne un enjundioso volumen de conocimiento teórico, información actualizada y herramientas para la formación en comunicación desde una perspectiva de género y para el trabajo social.
Así quienes se aproximen a estas páginas podrán encontrar diversas lecturas. En la primera parte titulada «Ellas tienen la palabra. Comunicación, organización y género» aparecen reflexiones sobre la necesidad de romper con la ideología machista y los aportes de las mujeres a la construcción de un pensamiento antihegemónico, conceptos básicos para comprender la dominación patriarcal y su representación mediática, claves y ejemplos de cómo incluir la perspectiva de género en estrategias y campañas de comunicación, observatorios y diagnósticos al interior de los grupos sociales y también como parte de su práctica revolucionaria.
El segundo capítulo «Hacer nuestra palabra» comparte herramientas sobre el campo comunicativo que incluye desde lo conceptual hasta el planificar, coordinar y asumir el proceso comunicativo de manera creativa, democrática y plural.
Pero los aportes de este cuaderno superan los contenidos de sus páginas. Por ejemplo, la edición de este material llega gracias a la unión de dos textos formativos de la Minga Informativa de los Movimientos Sociales, iniciativa continental que reúne a más de una docena de proyectos, colectivos y movimientos latinoamericanos y del Caribe. Esta amplia red, surgida a partir de la cobertura informativa de los Foros Sociales y Cumbre de los Pueblos, se ha establecido como un espacio de articulación de agendas comunicativas, intercambio de información y espacios formativos.
Resulta interesante dar seguimiento a una red que demuestra cuanto se puede hacer desde la diversidad pues aquí convergen grupos LGBT, feministas, ecologistas y organizaciones campesinas de afrodescendientes, entre otras.
Para Cuba, el texto pudiera significar un aporte “a tiempo” para la comprensión de los cambios inevitables que, en materia de comunicación y práctica social emancipadora, debemos consolidar. Por ejemplo, aún nos falta mucho en asumir los aportes que provienen del activismo por los derechos de personas homosexuales y transgénero (grupos LGBT); necesitamos liberar de prejuicios nuestra mirada hacia los diversos feminismos —incluyendo el propio— y las organizaciones políticas y de masas cubanas pudieran hacer mucho más desde la integración de la diversidad social y a partir de la educación y la comunicación popular.
Y por último —aunque no es menos importante— en varios acápites del cuaderno se hace referencia a las nuevas tecnologías, para qué y cómo usarlas. Las Tics, como se les conoce en la jerga mediática, han venido a revolucionar nuestras sociedades dando origen a la sociedad de la información. En el caso cubano, la brecha tecnológica nos ha impuesto, en cierta medida, estar demasiado tiempo a espaldas de los nuevos lenguajes y plataformas digitales. Esa ausencia ha repercutido negativamente en la manera de comunicar de nuestras instituciones, grupos sociales, pues el cambio no es solo a nivel tecnológico sino también conceptual y práctico.
Para asumir los retos económicos actuales debemos también reforzar las diversas iniciativas sociales que problematicen, incentiven, creen un universo cultural y comunicativo autónomo, crítico, creativo, diverso, que es una de las formas de construir un sujeto y una sociedad revolucionarios. Ese empeño, se enfrenta hoy a innumerables retos, entre ellos la asunción del feminismo y los aportes de la teoría de género como ideología de izquierda y campo del saber relevante, junto al entrenamiento en comunicación y sus discursos más actuales.
Para ello Palabras nuestras. Minga Informativa de Movimientos Sociales de la Editorial Caminos puede ser una herramienta muy útil.