Home CMLK Paradigmas emancipatorios: las certezas de lo posible

Paradigmas emancipatorios: las certezas de lo posible

Miriela Fernández Lozano

De repente, el micrófono hizo silencio. Un momentáneo corte de electricidad interrumpió la sesión del jueves 10 de enero del X Taller de Paradigmas Emancipatorios en la que distintos movimientos sociales, algunos históricos como el Movimiento Sin Tierra de Brasil (MST) y los más nuevos, como el Occupy Wall Street, exponían sus experiencias. El suceso convirtió la jornada en un atrayente performance que dio muestras de las dinámicas en estas luchas sociales, que intentan llegar al otro, a la otra, para impulsar propuestas comunes y continuar erosionando la hegemonía dominante.
Marina Sitrin describía el carácter asambleario, amplio, inclusivo del movimiento Occupy Wall Street: “han llegado a realizarse en diferentes ciudades de Estados Unidos más de 1 400 asambleas”, dijo en el instante en que la técnica de amplificación dejó de funcionar. Como si estuviera en plena plaza, el público más cercano a la joven se convirtió en un nítido eco, lo que posibilitó que el resto de los cientos de participantes del encuentro pudiera seguirla. De esa forma, se sintetizó como características de este movimiento, la puesta en práctica y la lucha por la democracia directa, la horizontalidad para dar voz y participación a las mayorías, y la acción directa. Esto último significa, explicó Marina, “resolver nuestros problemas nosotros mismos. Hay una dimensión política clara que es actuar, organizarnos en los barrios para detener las demoliciones de viviendas, ocupar espacios en los que podamos vivir y crear otro tipo de relación pública, comunitaria que supere la impuesta por el capitalismo.”
Junto a ella, Dario Azzellini quien también ha participado en varias de estas movilizaciones, señaló que, a diferencia de otros actores, los movimientos que se organizan en Estados Unidos, pero igualmente en España, Portugal, Grecia, Alemania surgen de forma autónoma e instantánea como respuesta a una coyuntura determinada y además a la acumulación de problemáticas. “Por tanto, podemos afirmar que compartimos como punto de partida el fracaso del modelo neoliberal, el rechazo a las políticas de ajuste estructural y a la democracia representativa. Ante la ineficacia del Estado, de los gobiernos, la solución ha sido encaminar acciones concretas en las comunidades, en los centros de trabajo y además, algo muy importante, construir espacios sociales opuestos al consumo, a la mercantilización como bibliotecas gratuitas, lugares para la creación artística con los que deseamos quitarle preeminencia al capital. Sabemos que el otro mundo no se construye en la plaza. Ese es el espacio para discutir. Las transformaciones están en lo que hagamos en los barrios y esas otras zonas que mencionábamos…Como dicen las consignas de estos movimientos: Ya esos poderes establecidos no nos representan y nosotros no pagaremos la crisis que han generado.”
Sobre esas nuevas articulaciones versó la intervención de Llanisca Lugo, del Centro Memorial Martin Luther King. Sus vivencias en la construcción de la plataforma por justicia social y ambiental dejaron ver que se trata de un movimiento que recupera fuerza ante la profundización del modelo económico desarrollista a nivel global. “Hemos conseguido sacar de los salones fríos una discusión que nos pertenece a todos y todas, que no cae en una esfera específica de la sociedad ni es asunto de académicos. Ya se venía actuando en la periferia de la política sobre estos temas relacionados con los derechos de la naturaleza, y sobre todo, con la vida, porque había claridad en que lo climático era solo una esquina de la compleja situación. En la Cumbre de Cochabamba convocada por el gobierno de Evo Morales, en el 2009, hubo un encuentro de diferentes actores preocupados por estas temáticas y se vivió su visibilidad y también centralidad. El movimiento, con mayor entusiasmo caminó hasta Río + 20, a la Cumbre de los Pueblos, donde hubo consenso de frenar la mercantilización de la vida, que incluye hasta la venta de la atmósfera a través de créditos de carbono, enterrar la economía verde y traducir los documentos crípticos en materia climática. Hay muchos desafíos para el movimiento, pues hoy existe un coro ambientalista al que se unen el Banco Mundial, las empresas del capital y otras estructuras fuertes, y nos toca resolver las trampas del discurso, además de hacer que los estados y la institucionalidad en general esté al tanto de nuestras propuestas e incidir en sus acciones. Asimismo, en esta plataforma en la que convergen organizaciones populares, movimientos sociales, y también ongs ambientales tenemos el reto de radicalizar la lucha y nuestras alternativas.”
Por su parte, Nalu Faria, en representación de la Marcha Mundial de Mujeres, que desde los finales de los noventa reúne a mujeres de todo el mundo en una organización feminista, anticapitalista y autónoma, puso el énfasis en los aportes de la economía solidaria, la agroecología, y los análisis centrados en la vida de los cuales las mujeres son generalmente las protagonistas a otro modo de producción contrario al del capitalismo.
Sebastiao y Enedina, del MST, coincidieron en la necesidad de encaminar un modelo contra la concentración del capital y se enfocaron en el caso brasileño. “Vivimos una realidad que no se ve en TV Globo, pero en Brasil, la quinta economía del mundo, existe una tasa de desigualdad alarmante. El 85% de la tierra está destinada al monocultivo de soya, maíz y caña de azúcar. Además el 10% de la propiedad rural controla más del 80% de toda la producción agraria. Ante la imposición del agronegocio, el MST continúa haciendo realidad su consigna de ocupar, resistir y producir. Intentamos dialogar con la sociedad sobre estas problemáticas que nos afectan a todos y la importancia de llevar adelante una reforma agraria”, puntualizaron.
Más allá de esta actualización sobre las diferentes luchas que tienen lugar en nuestro contexto, la sección permitió la puesta en común de agendas, tanto de experimentadas resistencias como de nuevos movimientos sociales. Desde la Marcha por los 500 años de resistencia, indígena, negra y popular, la campaña contra el ALCA, la creación de los foros sociales a nivel mundial y distintos encuentros regionales hasta hoy, se oyen los pasos de los y las de abajo. Por eso, fue posible escuchar, en un mismo escenario, por ejemplo, cómo se mezcla la experiencia zapatista de 1994, con la Otra Campaña y el movimiento Yo soy 132, surgido hace apenas unos ocho meses frente a la candidatura de Peña Nieto y la extensión de la dominación, la marginalidad y la pobreza para ese país.
En ese sentido, Paradigmas Emancipatorios sigue siendo un encuentro imprescindible, al posibilitar la convergencia y la discusión sobre las alternativas de un sujeto colectivo y la construcción de poder popular. Especial interés tuvo la intervención de Joel Suárez, del Centro Martin Luther King, al abordar la Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA: “Movimientos con amplia base social, que nos hemos encontrado en diferentes etapas de la lucha popular, que hemos vivido la dificultad impuesta por la desaparición del socialismo real, y favorecidos luego por determinados cambios en la geopolítica regional con la llegada de los llamados gobiernos progresistas, nos proponemos reconstituir el internacionalismo desde abajo y a la izquierda. Con proyectos concretos de formación, solidaridad, producción alternativa, comunicación y bajo los principios tomados al ALBA como la cooperación y la complementariedad se impulsa esta iniciativa integracionista.
“En Brasil, el MST y otros movimientos; en Argentina, el Frente Popular Darío Santillán, Pañuelos en Rebeldía, Marea Popular, y muchos más, en Perú, Colombia, se vienen dando pasos hacia la conformación de capítulos nacionales. Hemos ido trabajando con la historia de real de estas construcciones, con sus tensiones y desafíos, para que se consolide este proceso. En abril, será la oportunidad para seguir debatiendo a partir de una amplia asamblea a realizarse en Sao Paulo, Brasil”, dijo, incentivando a los y las presentes a acercarse a la articulación y a sus posibles aportes –algunos ya pueden tocarse- para los sectores populares de América Latina.

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