Nos hablaron de una zona de exclusión aérea, es decir, impedir que los aviones de Gaddafi despeguen para bombardear a su propio pueblo. Pero ahora resulta que no es zona de exclusión aérea, sino zona de incursión aérea contra el ejército y el gobierno de Gaddafi. Una invasión militar, todavía sin tropas en tierra.
Obama, Cameron y Sarkozy dicen que están bombardeando Libia por “razones humanitarias”. ¿Quién puede creerles si son ellos mismos los que están apoyando dictaduras igualmente crueles como la de Bahrein y la de Yemen? ¿Por qué Naciones Unidas no decide una zona de exclusión aérea sobre estos dos países árabes? ¿Será porque en Bahrein está la quinta flota estadounidense cuidando el paso del petróleo? ¿Será porque Yemen es su mejor bastión en “la lucha contra el terrorismo” de Al Qaeda, en la retaguardia de Arabia Saudita?
El mismo día que aprobaron la resolución 1973 para detener la inminente masacre de Gaddafi contra la ciudad de Bengasi, el presidente Abdalá Saleh, con más de 30 años en el poder y gran aliado de Estados Unidos, ordenaba una carnicería en la capital de Yemen.
Si la OTAN es tan humanitaria, ¿por qué no impuso una zona de exclusión aérea cuando a fines del 2008, Israel bombardeó Gaza, mató a 1,300 civiles palestinos, la mitad de ellos niños y niñas, y destruyó más de 20 mil edificios?
Gaddafi es un dictador que bombardea a su propio pueblo y debe renunciar cuanto antes. Fue antiimperialista hace décadas, pero desde hace un buen tiempo se convirtió en el mejor aliado de Estados Unidos y de la Unión Europea.
Gaddafi es un traidor que abandonó a los árabes, incluidos los palestinos, y ha apoyado a los peores dictadores africanos. Un ladrón que ha llenado las arcas de su familia con miles de millones de petrodólares. (Por cierto, los 200 mil millones congelados en los bancos europeos y estadounidenses, ¿serán devueltos al pueblo libio?).
Pero quienes hoy exigen que Gaddafi se vaya Francia, Italia, Inglaterra, Estados Unidos son los mismos que antes lo recibieron con alfombra roja, le compraron petróleo y le vendieron armas, las mismas armas con que Gaddafi está masacrando ahora a su pueblo.
A Europa y a Estados Unidos ya no les sirve Gaddafi. Necesitan un títere nuevo, uno como Karzai en Afganistán o Al Maliki en Iraq. Un nuevo dictador, impuesto por ellos, para seguir controlando el petróleo libio y neutralizando las rebeliones árabes.
RADIALISTAS rechaza la dictadura de Gaddafi. Y rechaza con mayor fuerza la intervención imperialista de la OTAN en Libia, de los que ahora quieren presentarse como salvadores del mundo árabe y desde hace más de 50 años no mueven un dedo frente al genocidio del pueblo palestino a manos de Israel.
La resolución 1973 de Naciones Unidas era para evitar una masacre en Bengasi y en tantas ciudades libias insurreccionadas contra Gaddafi. Pero lo que está haciendo la aviación de la OTAN es otra cosa. Es intervenir militarmente en el conflicto y precipitar una guerra civil. El remedio resulta peor que la enfermedad.
Sanciones contra Gaddafi, sí. Pero intervención militar de otros países en una nación soberana, no. Nunca.
Evo Morales pidió que retiren el Nobel de la Paz a su colega estadounidense Barack Obama. Y que la “ONU” cambie su sigla por “ONI”: Organización de Naciones Invasoras. Tiene razón el presidente boliviano.
Equipo RADIALISTAS