Saludo a todas las autoridades, nacionales, departamentales, locales. Especialmente saludar a los movimientos sociales del mundo, que participan en esta Primera Conferencia Internacional de los Pueblos que luchan por la vida, que luchan por la igualdad, y la unidad de la humanidad en su conjunto. Bienvenido a los hermanos de África, Oceanía, Asia, Europa y, por supuesto, América.
Hermanos y hermanas originarios indígenas de Bolivia. Muchas gracias por acompañarnos en esta clase de eventos internacionales. Embajadores y embajadoras de organismos internacionales, bienvenidos. A humanistas, partidos progresistas, a todos, hijas e hijos de esta madre tierra que deciden reunirse hoy para decidir el destino del planeta Tierra por tanto el destino de la vida y la humanidad en su conjunto.
Hermanas y hermanos, después de Copenhague, el año pasado, diría Copenhague, para nosotros no es un fracaso es un triunfo de los pueblos y fracaso para los gobiernos desarrollados, porque en diciembre del año pasado los países desarrollados querían probar un documento y gracias a la lucha de ustedes (…), junto a algunos presidentes de algunos gobiernos, intentamos llevar el sufrimiento de los pueblos del mundo para que esa reivindicación sea escuchada. Por eso estamos aquí reunidos porque los países llamados desarrollados no cumplieron con su obligación de acordar compromisos para reducir de manera sustancial, la emisión de gases contaminantes. Si hubieran respetado el Protocolo de Kyoto y acordado reducir emisiones de gases contaminantes en sus fronteras, esta conferencia no hubiera sido necesaria. Como la mayoría de los líderes no escuchan a los pueblos, los pueblos, reunidos en Cochabamba, corazón de Bolivia, vinimos para defender a la humanidad, hermanas y hermanos.
Con las disculpas necesarias a los embajadores que nos acompañan, según un comunicado de la Comisión Europea, las ofertas de reducción de gases contaminantes, bajo el mal llamado entendimiento de Copenhague, en realidad da pena, tomando los niveles de emisión del año 1990. Por esto hemos convocado a esta Conferencia y hemos invitado a los gobiernos a venir a discutir aquí, de cara a nuestros pueblos. Convencidos que las últimas dos décadas han sido las más calurosas de los últimos 400 años. Si se incrementa la temperatura en dos grados centígrados, se reducirá la producción de alimentos en un 40%, se incrementará el número de hambrientos (…) Se agravará el derretimiento de los polos y los glaciares de Los Andes y los Himalayas; varias islas desaparecerán bajo los océanos y los lagos (…)
Los países desarrollados, en vez de reducir sus emisiones de gases contaminantes, han incrementado su producción de gases contaminantes.
Los resultados, las conclusiones de este evento, deberían ser tomadas en cuenta y respetadas en la próxima Conferencia de Jefes de Estado que se realizará. Las causas principales de la destrucción el plantea tierra es el capitalismo y como un pueblo que respetamos la madre tierra, tenemos el derecho y la moral para decir que el enemigo de la madre tierra es le capitalismo.
El capitalismo busca la mayor ganancia promoviendo el crecimiento sin límites en un planeta finito, es fuente de asimetrías y en el mundo millones de personas viven con menos de dos dólares al día, las personas valen por lo que tienen y no por lo que son. El capitalismo mercantiliza todo, el agua, la tierra, el genoma humano. Mientras no cambiemos el sistema capitalista, las medidas que adoptemos tendrán un carácter limitado y precario.
(…) Requerimos forjar un sistema que restablezca la armonía con la naturaleza y con los seres humanos. Solo puede haber equilibrio con la naturaleza si hay equidad entre los seres humanos… Este nuevo sistema tiene que basarse en los principios de complementariedad, equidad respeto a los derechos de los seres humanos y la madre tierra; la atmósfera, el agua y la biodiversidad (…) El modelo que propugnamos no es el desarrollo ilimitado o irracional. Los países necesitan un cierto grado de crecimiento, pero de ninguna manera pueden continuar por el camino de los países desarrollados con una huella ecológica 5 veces más grande de lo que el planeta puede soportar. Estamos acá para revindicar al movimiento indígena originario como alternativa al modelo de desarrollo.
La tierra, más conocida en Bolivia como Pachamama, o para los científicos, el Planeta Tierra, pues para ese mundo occidental, en la Pachamama el hombre está sobre la tierra, el hombre tiene que dominar sobre la tierra, mientras para el mundo indígena, el hombre es parte de la tierra, de ella vinimos y a ella volvemos cuando morimos.
He llegado a la conclusión que el capitalismo secuestra a la madre tierra para saquear sus recursos, para explotar a sus hijos e hijas. El capitalismo es sinónimo de inanición, de desigualdad; que el capitalismo es sinónimo de la destrucción del planeta tierra. Como las hijas e hijos de la madre tierra no podemos dejar de reunirnos, organizarnos para salvar a todo el mundo, por eso tiene enorme importancia esta reunión en Cochabamba, Bolivia.
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Son pequeñas cosas con mucha importancia en la vida. En el occidente esta forma de vivencia es repudiada pero para combatir esa cultura, el capitalismo inventa guerras y guerras. Llega el capitalismo, llega el narcotráfico, ahora llega el terrorismo, todo para no respetar esta forma de vivencia, sobre todo para defender la vida. El capitalismo, como su nombre lo indica, es acumular el capital y cuando no pueden acumular el capital con buenas políticas económicas o sociales ¿qué hacen? Fabricar armas y cuando no pueden, inventan guerras para vender sus armas. Ahí están los países desarrollados. ¿Armas para qué? Para acabar con la vida. Recordarán la guerra entre Bolivia y Paraguay. En el fondo no fue una guerra era guerra de transnacionales petroleras. Recordarán intervenciones militares tan salvajes de Estados Unidos en todo el mundo, si hay poder del pueblo, los movimientos sociales e indígenas unidos, que sienten por la vida, ese poder económico y político será derrotado por los pueblos del mundo en defensa de la vida y de la madre tierra. Por eso tantas intervenciones militares de Estados Unidos fracasaron y fracasaron. Tenemos una gran oportunidad para organizarnos, escucharnos y cómo salvar al planeta tierra. Aquí estamos reunidos con ese motivo, agradezco por participar, escucharme para escucharnos juntos y desde acá planificar la defensa de la humanidad.
Si recuperamos nuestras formas de vivencia, no solo la latinoamericana, que seguramente hay experiencias también en África, Oceanía, Asia, quiero decirles que los países desarrollados tienen la obligación de cambiar su modelo, acabar con su modelo. Primero devolver el espacio atmosférico ocupado por sus emisiones de gases de efecto invernadero. Deben descolonizar la atmósfera para posibilitar una equitativa distribución del espacio. En segundo lugar, la deuda con nuestra madre tierra reconociendo la Declaración Universal sobre los Derechos de la Madre Tierra.
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El derecho a la Madre Tierra es algo sagrado. Hay migrantes forzados, abriendo las fronteras para recibir a los afectados por el cambio climático. Se estima que 50 millones han tenido que migrar por causa al cambio climático y que en el 2050 habrá hasta 200 mil personas desplazadas. Para garantizar los derechos humanos es necesario reconocer y aplicar el derecho a la madre tierra, el derecho a la vida, el derecho a estar libre de contaminación, el derecho al agua, el derecho a estar libre de la contaminación genética y modificación de estructuras que amenazan la integridad. La ONU que declare el derecho humano al agua como un primer paso al reconocimiento del agua como un derecho para todas las plantas, animales y la madre tierra.
Ahora tenemos que gestar un gran movimiento intercontinental. De esta Cumbre debemos organizar una campaña en defensa por los derechos de la madre tierra y esa organización internacional (…) una de sus tareas debe ser si los países desarrollados no respetan las conclusiones de eventos y siguen arruinando la madre tierra debe presentarse una demanda al Tribunal Internacional de Justicia, países que no respetan el Protocolo de Kyoto, por ejemplo.
Quiero aprovechar la oportunidad para hacer un llamado a las nuevas generaciones. Quienes estamos aquí y para quienes vendrán después. Solo tenemos dos caminos: la Pachamama, la madre tierra, el planeta o finalmente el capitalismo. A las mujeres y hombres del 2110, a los hijos de nuestros hijos, esta carta va dirigida a ustedes, herederos de nuestros aciertos o desaciertos, les escribo mientras nos reunimos en Cochabamba, obligados a organizarnos. Nos convocamos los pueblos, los movimientos sociales del mundo. Nos reunimos con la visión compartida de que las cosas no andan bien, de que nuestro planeta está enfermo y que las causas están en el sistema capitalista que intenta convertir todo en una mercancía. Nuestra madre tierra está lastimada. Nos advierte para que la protejamos, terremotos, maremotos, huracanes, tsunamis, ciclones, sequía, miseria, hambre, veo a millones de nuestros hermanos que migran como víctimas del cambio climático. La ambición de unos pocos pretende llevarnos a la destrucción de todos. Habrá madre tierra sin vida humana, pero no habrá vida humana sin madre tierra.
Podemos resumir nuestra rebelión en una frase, salvemos a la madre tierra del capitalismo. Si ahora en el 2010, y en los años que vendrán, nosotros nos organizamos, ustedes disfrutarán de los bosques, del cantar de los pájaros; si no luchamos, si no vencemos el miedo, dejaremos que el capitalismo nos abuse a su modo. Si no nos entregado todos a esta lucha, quienes pagan ejércitos para invadir países, los señores de la muerte, habrán triunfado (…) Si no luchamos seremos culpables, debemos pedir perdón por los que están surgiendo porque viven en un planeta destruido (…) Si el agua es un lujo de pocos y los alimentos no llegan a todas las bocas, entonces habremos sido derrotados. Si derrotamos al capitalismo la tarea será cuidar la madre tierra con mucho amor. Todo por la vida y la humanidad.
La destrucción ala madre tierra viene de la destrucción de los pueblos y gobiernos que luchan por ella. Ustedes serán los jueces que determinarán si nuestros esfuerzos fueron suficientes. Estamos conscientes que tenemos dos caminos: muere el capitalismo o muere la madre tierra. Por su puesto, aquí estamos por la vida, la humanidad y los derechos de la madre tierra. Esperamos que esta reflexión sirva como un aporte a las distintas comisiones. ¡Que vivan los pueblos del mundo reunidos en defensa de la madre tierra! ¡Que viva los derechos de la madre tierra! ¡Que muera el capitalismo!