Asistimos a una situación mundial como pocas veces hemos vivido. El orden capitalista imperante pone al desnudo todas sus miserias. La conjunción de las crisis climática, financiera, económica, alimentaria y energética pone en peligro la vida misma del planeta. El avance militarista amenaza la paz obtenida en nuestra región. La ilegitimidad de la deuda se pone de manifiesto como nunca antes. El fracaso de un modelo de desarrollo basado en la generación ganancias a cualquier costo explotó como lo hizo la burbuja financiera. Vivimos un momento bisagra en la historia de la humanidad. Por eso es necesario poner toda nuestra energía y fuerzas en construir ese otro mundo posible por el que luchamos.
Desde nuestros inicios en 1999, Jubileo Sur denunció, a partir de una visión antisistémica, el papel de extorsión que cumplía, y sigue cumpliendo hoy día, la deuda impuesta a nuestros pueblos. Sabemos que el problema fundamental de la deuda no es financiero ni económico, sino profundamente político. Desde esta perspectiva hemos venido aportando y fortaleciendo el movimiento regional y global contra la deuda, sobre la base de su ilegitimidad e ilegalidad. Hemos subrayado la estrecha relación existente entre el sistema de endeudamiento, el régimen de libre comercio y la militarización y criminalización de la protesta social, como tres patas de un mismo plan de dominación y saqueo.
Jubileo Sur cumplió recientemente sus primeros diez años de lucha contra la dominación de la deuda. Esta es una oportunidad para fortalecer nuestras luchas compartidas y hacer un balance del camino recorrido. Esto en un contexto diferente a una década atrás. Hoy vivimos procesos de cambios regionales, con sus múltiples contradicciones y aciertos, que han abierto un camino hacia la construcción de alternativas por las que hemos venido luchando. La derrota del ALCA, gracias a la lucha de los movimientos sociales, de la cual fuimos parte, dio lugar al surgimiento de procesos de integración regional y de alternativas concretas de financiamiento soberano, como el Banco del Sur, el retiro de algunos gobiernos del CIADI el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, dependiente del Banco Mundial, la posibilidad de constituir un Fondo de Estabilización del Sur y la discusión sobre una moneda única regional, entre otros temas.
Pero al mismo tiempo, la estrecha relación existente entre el endeudamiento y el avance de los Tratados de Libre Comercio, en Centroamérica y el Caribe como en la región Andina y el MERCOSUR tanto con Estados Unidos como con la Unión Europea, representan una continuidad de un modelo que creíamos enterrado con el ALCA. Esto se da en un marco de desestabilización y tentativas golpistas que buscan resguardar e imponer intereses, negocios y concesiones extractivas que van en detrimento de los derechos de los pueblos y de la naturaleza. Así intentaron avanzar en Venezuela y Bolivia, lo hicieron en Haití y, recientemente, en Honduras con el golpe de Estado, que también está planteando en Paraguay, con la complicidad de las oligarquías nacionales y las empresas multinacionales que se opusieron y oponen a los procesos de refundación constitucional que profundicen los cambios en marcha, como así también a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que se propone como una alternativa para la región.
Los procesos de endeudamiento vigentes y las políticas planteadas por las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) tienen un papel preponderante en la profundización de la situación económica, política y social en que se encuentra el mundo hoy. Financiando la privatización de derechos y servicios básicos, las concesiones extractivas y obras de infraestructura que causan daños ambientales y sociales irreparables, generando así el aumento de deudas financieras ilegítimas y de deudas sociales-ecológicas. Este sistema de endeudamiento hace al corazón del proceso de financiarización y concentración de la economía mundial, que ha tenido la mayor responsabilidad en la provocación de las actuales crisis climática, financiera, económica, alimentaria y energética. Nunca antes se desembolso tanto dinero para salvar al sistema. Los que ayer se oponían a que el Estado cumpla un rol regulador e intervenga en la economía, son hoy los principales impulsores que el Estado rescate a las empresas y bancos privados de la quiebra.
Por eso sostenemos, como lo hemos venido haciendo desde nuestra fundación hace diez años, que es prioritario reparar, restaurar, resarcir y restituir las verdaderas deudas históricas, sociales, culturales, financieras, ecológicas y de género en vez de seguir aportando a sostener un sistema de latrocinio y saqueo, que atenta contra los derechos humanos de millones de personas, los derechos de la propia naturaleza y la soberanía popular y participación democrática.
Frente a esta situación, creemos que debemos articular y fortalecer los movimientos y campañas en cada uno de nuestros países, para poder enfrentar en conjunto los grandes desafíos que se nos presentan. Por eso es necesario discutir y analizar la coyuntura, redireccionar las fuerzas y estrategias y avanzar hacia los objetivos que nos proponemos cumplir.
En ese sentido, esta III Asamblea Regional de Jubileo Sur/Américas se propone ser un espacio donde poder abordar estos temas y profundizar el trabajo y lucha que venimos dando contra la dominación de la deuda, con la esperanza de poder construir un Milenio libre de Deudas, convencidos que es hora de avanzar, no sólo para lograr que no nos sigan cobrando lo que no-debemos, sino también para lograr la reparación de lo que nos han saqueado y construir verdaderas alternativas sobre la base de la igualdad, la justicia, la soberanía y la solidaridad entre nuestros pueblos y nuestros países en armonía con el planeta.
JUBILEO SUR/AMERICAS
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Políticas Alternativas para el Cono Sur
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