La práctica política y cultural de las organizaciones sociales ha ido definiendo que lo alternativo en comunicación no es una mera disputa en el terreno mediático, tampoco un uso diferente de los mismos medios, ni mucho menos un cambio de contenidos o de productores de mensajes. Es expresión y parte fundamental de un proyecto de cambio para transformar la producción de sentido y las normas del intercambio simbólico que configuran esa trama social que busca alterar.
Este abordaje “relacional” más que “sustancial” de la comunicación alternativa nos obliga a preguntarnos no sólo por el proyecto de cambio social de cada iniciativa comunitaria, popular o alternativa. También interpela al campo académico sobre desde qué proyecto de cambio social se establece el diálogo universidad-sociedad.
Las respuestas pueden ser varias y diversas. Tantas como experiencias desde cátedras, proyectos, programas o cualquier otro espacio institucional se están realizando en todo el país. Lo verdaderamente importante es el sentido que supone esa relación, resignificada en forma permanente por los hechos políticos, fuertes y contundentes de los últimos años. El último, nada más ni nada menos que la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Precisamente el debate sobre una ley de la que siempre afirmamos era un punto de partida más que de llegada ha sido el empujón necesario para repensar nuestras prácticas académicas en comunicación, no sólo en términos de docencia, investigación o extensión. También en la gestión.
En octubre se realizará en la Universidad Nacional de Tucumán el XI Congreso de la Red Com. Uno de los ejes temáticos será “Comunicación alternativa: prácticas y nuevas tecnologías”. Para la organización de este eje hemos planteado hacerlo en forma conjunta con las organizaciones sociales. Este trabajo organizativo supone desde armar el cronograma de ponencias mandadas al congreso y debatir el criterio para agruparlas y debatirlas, hasta las actividades propias de cada organización social dentro del congreso. Participan además docentes de comunicación de Salta y de Jujuy que en el afán de “hacer región”, como maestrandos de la Plangesco-Jujuy, tienen la voluntad de recuperar y valorar los saberes locales y los procesos creativos de cada comunidad.
Esta experiencia con las organizaciones sociales en sus prácticas y proyectos de comunicación nos ha permitido poner sobre la mesa algunas cuestiones que no son nuevas ni mucho menos originales, pero que son claves en la construcción de una relación otra, tanto con la comunidad organizada como entre los propios universitarios. Algunas de estas cuestiones, de indudable sentido político, tienen que ver con:
– La concepción de que lo social antecede a lo político y la dificultad para ver que es precisamente lo político lo que constituye al mundo social.
– La naturalización de una cultura política basada en el mero reclamo que limita y distorsiona la participación.
– La reducción de la política a la elaboración de propuestas y acciones, aséptica en relación a la confrontación que supone la lucha por el poder.
– Las prácticas sociales reivindicativas sin proyectos o propuestas de transformación social que suponga la toma de decisiones y de posiciones.
– La necesidad de propuestas de producción y circulación de recursos propios de las organizaciones sociales.
– La vigencia de la concepción “extensionista” en la universidad que no favorece la construcción de conocimientos desde las prácticas sociales.
– La “vocación” universitaria por transferir conocimientos producidos en otros contextos en desmedro de los saberes y conocimientos de la comunidad.
– La voluntad y solidaridad como sostenes básicos de los proyectos ante la dificultad del trabajo en red.
La lista, cuyo ordenamiento es aleatorio, seguramente podría ser enriquecida con las diversas problemáticas que desde cada práctica se actualizan y visibilizan en forma permanente. En el marco de la discusión que disparó el debate por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el desafío desde nuestras prácticas académicas es sostener y promover los procesos creativos que en comunicación trabajan las organizaciones sociales. Estos procesos deben ser, indiscutiblemente, parte de una visión estratégica de cambio social que supone, desde una viabilidad económica, política, cultural y social, la generación de espacios reales y simbólicos donde la gente pueda pensar su realidad y construir su camino.
Tina Gardella es Licenciada en Comunicación Social y maestranda Plangesco-Jujuy.