La escalada violenta de la élite que dirige el gobierno de Estados Unidos no se limita a Venezuela. Su plan de retomar el dominio neocolonial sobre América Latina implica la intervención en nuestros países para derrocar gobiernos dignos y soberanos, poner gobiernos títeres e impedir el retorno al poder por parte de las corrientes progresistas, populares y antimperislistas. En el desarrollo de ese plan Venezuela, Cuba y Nicaragua son objetivos principales. El recrudecimiento de la retórica agresiva de EEUU hacia Cuba y el anuncio de nuevas medidas coercitivas unilaterales e ilegales contra este país hermano, son las acciones más recientes en esa dirección.
En ese contexto, Prensa de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora conversó con el embajador de Cuba en Venezuela, Rogelio Polanco. Aquí la entrevista.
*¿Cómo lee Cuba las actuales medidas coercitivas anunciadas por EEUU y qué implicaciones tienen para el pueblo cubano?
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Las actuales medidas coercitivas unilaterales anunciadas por EEUU contra Cuba son continuidad de la política agresiva tradicional de las administraciones estadounidenses, y en particular de esta admnistración Trump, que se ha empeñado en hacer retroceder los avances que se había alcanzado con la admnistración Obama, que permitieron un reconocimiento del gobierno cubano, de su soberanía e independencia, el establecimiento de relaciones diplomáticas, la apertura de embajadas en ambos países y el comienzo de conversaciones y acuerdos en diferentes materias de beneficio recíproco para nuestros dos países, así como la posibilidad de entablar un diálogo en pie de igualdad entre EEUU y Cuba.
La administración Trump, como parte de su política agresiva contra el resto del mundo y en particular contra América Latina, ha desempolvado la doctrina Monroe y desarrolla una agresión contra los gobiernos progresistas del continente y en especial contra Venezuela. Así, ha adoptado esta serie de medidas. Las más recientes tienen que ver con la activación del título 3 de la tristemente célebre Ley Helsm-Burton, que en Cuba es conocida como la Ley de la Esclavitud, porque ha pretendido durante más de 20 años retrotraer a Cuba a la condición de subordinación neocolonial a EEUU y derrocar la revolución, la soberanía y la independencia de Cuba. A ello se suman medidas para hacer más difícil los viajes de los estadounidenses a Cuba (el único país del mundo al cual se le impide a un ciudadano estadounidense a viajar), y a su vez las restricciones, para los ciudadanos cubanos residentes en ese país, del envío de remesas, así como sanciones a empresas cubanas de diferente naturaleza, que se suman a unas 200 más que el departamento del tesoro de los EEUU ha sancionado.
Las recientes medidas fueron anunciadas en una locación con una audiencia muy particular: Miami, los remanentes de la brigada 2506 de mercenarios de Playa Girón, derrotados hace 58 años, y en el contexto de lo que ya también es la política electorera de la actual administración en el coto que para ellos ha sido la Florida y la comunidad cubana en EEUU, en un ambiente totalmente fabricado y ridículo, que va incluso contra los propios intereses de la nación estadounidense y de la propia comunidad cubana, que como sabemos, ha cambiado desde el punto de vista demográfico y hoy en día está a favor de una relación normal con su país de origen y del levantamiento del bloqueo.
Estas medidas además van a contrapelo de los tradicionales pronunciamientos de la Asamblea General de Naciones Unidas, que por 26 años consecutivos ha rechazado la continuidad del bloqueo de EEUU a Cuba y en especial de la Ley Helsm-Burton, que es también objeto de cuestionamiento por parte de los propios aliados de EEUU porque pretende en su título 3, a partir del proximo 2 de mayo, abrir la posibilidad de que se introduzcan demandas en tribunales de EEUU contra ciudadanos y compañías de terceros países que tienen inversiones en Cuba en propiedades que fueron nacionalizadas por nuestra revolución a principios de los años 60, apegadas al derecho de nuestro país, y además incluye a ciudadanos que primero eran ciudadanos cubanos y luego pasaron a ser ciudadanos estadounidenses, pretendiendo aplicar de manera retroactiva esta decisión.
Por supuesto que esto es algo ilegal y extraterritorial, y ha sido condenado durante todos estos años. De hecho, varias administraciones de EEUU han impedido su puesta en práctica, mediante la suspensión del título 3, por la implicaciones que habría tenido para empresas estadounidenses en terceros países y para sus relaciones con sus aliados.
Estas medidas tienen un gran efecto negativo sobre nuestra economía y causarán daños a nuestro pueblo, al pueblo de EEUU y a los ciudadanos cubanos residentes en ese país. Son parte del intento de obligar a Cuba, por la vía de presiones, para hacer que revirtamos nuestros principios y nuestra política exterior. Se toma como pretexto en esta ocasión, entre otros, el apoyo solidario de Cuba a Venezuela. Sobre la base de mentiras y calumnias repugnantes, ente ellas la supuesta presencia de fuerzas militares y de seguridad cubanas en Venezuela, la supuesta participación de miles de nuestros colaboradores en actividades ilegales dentro de Venezuela, y una atroz manipulación para tratar de presentar a nuestros compatriotas que prestan en Veneuzela su servicio internacionalista, y que han sido recibidos de manera generosa por el pueblo venezolano, como matones, en un desprecio total por la solidaridad que profesamos Cuba y Venezuela, y además tratando también de manera humillante de cercenar la soberanía y la independencia del país hermano Venezuela.
Por eso hemos hecho una rotunda condena y rechazo a estas afirmaciones, y hemos pedido al mundo, a las organizaciones internacionales, a los organismos multilaterales, a todas las personas de buena voluntad, intelectuales, políticos, movimientos sociales en el mundo entero, que rechacen esta manipulación que incluye las presiones de EEUU a determinados gobiernos de América Latina y otros países para que aleguen estas mentiras como elementos para denunciar y cuestionar a Cuba de manera bilateral y multilateral.
Esto es parte de la escalada de EEUU para tratar de desmantelar los procesos progresistas que se han producido en América Latina en los últimos años y de impedir que se mantengan en el poder, o vuelvan al poder, los gobiernos de corte progresista en el continente, aplicando la mentira, la guerra mediática y económica, el uso de golpes de Estado de todo tipo y todos los mecanismos del poder de EEUU para tratar de impedir que la voz de la soberanía popular vuelva a tener su presencia en los gobiernos de nuestra América.
EEUU llega a afirmar cínicamente que el verdadero imperialismo que amenza el continente es el imperialismo cubano. Y es cínico porque hablar de imperialismo e invocarlo en relación con Cuba es la demostración, primero, de un desconocimiento de la historia de nuestra América Latina, y lo es más aún cuando el propio Bolton afirma que la doctrina Bolton permanece viva, cuando sabemos que con base en esta doctrina se estableceiron las más agresivas acciones, invasiones, masacres, intervenciones en nuestro continente, que dejaron un saldo de miles de personas asesinadas, numerosos líderes políticos masacrados, desaparecidos, gobiernos sometidos a la política de EEUU, golpes de Estado sangrientos. Ése es el saldo de la doctrina Monroe, y que EEUU lo proclame de manera desvergonzada a la altura del siglo XXI demuestra su total desconocimento de la historia de la región y de la cultura política de nuestros pueblos, y la mayor desvergüenza de los actuales dirigentes del gobierno de EEUU, que piensan que pueden hacer retrotraer la historia a aquella época nefasta del garrote en América Latina.
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