Isis Obed Murillo es el nombre que grafica la peor parte de este golpe de Estado que sólo niegan los gobernantes de facto hondureños. Isis Obed Murillo cayó asesinado el domingo en las inmediaciones del aeropuerto mientras esperaba la frustrada llegada del depuesto presidente Manuel Zelaya. Su padre, David Murillo, recuerda el momento. “Los militares nos empezaron a mostrar bombas de gas lacrimógeno y nos gritaban que eran para matarnos, que ninguno saldría vivo. Entonces empezamos a correr y ahí lo vi, vestido con el uniforme verde, llamó primero a varios más para que lo rodearan con sus escudos, se agachó y se puso en posición. Apuntó y fue un solo disparo.” El hombre de 57 años continúa el relato: “Cuando escuché el disparo me tiré al suelo… todavía no sabía qué había pasado, pero alcancé a tomar este casquillo por las dudas y terminó siendo la bala que mató a mi niño”. Y remarcó: “No hubo una balacera, fue un francotirador que disparó a matar, porque a Obed la bala le entró por la nuca…”.