“Esta consulta ha dividido a los cruceños” afirmó el Presidente de la República de Bolivia, Evo Morales Ayma, al realizar una evaluación de los resultados del referéndum sobre el estatuto autonómico en Santa Cruz.
Pero ¿sólo los cruceños están divididos? No. Los bolivianos estamos divididos. Mientras que ayer se realizaba el referéndum en Santa Cruz con algunos incidentes de violencia pero con un contundente “Sí” en las urnas, en otros departamentos como Cochabamba, El Alto, La Paz, Potosí y Oruro se protagonizaban masivas concentraciones y cabildos de rechazo a esa consulta y en Tarija, Beni, Pando, Sucre y otras ciudades se realizaron fiestas y festejos por la victoria autonómica.
Dos caras, dos facetas y una sola realidad: Bolivia.
Algunos bolivianos festejaron los resultados y otros protestaron; unos valoraron la participación ciudadana y otros criticaron; unos destacaron la victoria del sí y otros denunciaron un fraude; unos se llenaron la boca de un contundente triunfo y otros hablaron de un absoluto fracaso; unos recurrieron a los hechos de violencia y al enfrentamiento y otros velaron la paz. Eso se llama división no sólo entre collas y cambas, ni entre t`aras ni k´aras, ni entre ciudad y campo, ni entre gobernantes ni gobernados y no sólo en Santa Cruz si no en Bolivia.
Lo cierto es que la victoria del Sí al estatuto autonómico del departamento de Santa Cruz alcanzó al 85.1 por ciento de los votantes, mientras que el 14.9 por ciento votó por el No.
Aunque la participación ciudadana es menor, el resultado superó al porcentaje registrado en Santa Cruz en el referéndum sobre autonomías realizado en julio del 2006, cuando el Sí ganó con 71.1 por ciento, lo que quiere decir que el estatuto sobrepasó en 14.8 puntos a la propia autonomía.
En Santa Cruz se habilitaron 933.952 personas para votar, 569.324 acudieron a las urnas, es decir, el 61 por ciento. Los votos válidos fueron 548.994, equivalentes a 96.4 por ciento de los sufragantes. Sin embargo, se debe destacar que el ausentismo del total de electores alcanzó a un 39 por ciento, cifra considerada como muy elevada.
El Presidente de Bolivia, a tiempo de ratificar que el estatuto autonómico cruceño es ilegal y anticonstitucional, dijo que los líderes cruceños fracasaron porque según sus cálculos el rechazo al documento sumó más del 50 por ciento: la abstención del 39 por ciento, el voto por el No 14 por ciento y los votos nulos 2.4 por ciento.
“(La abstención) es la conciencia del pueblo cruceño, de las familias que no están de acuerdo con la ilegalidad, con la inconstitucionalidad y menos con la separación que propugnan algunos dirigentes…Expreso mi gran respeto, mi admiración al pueblo cruceño por esta resistencia contra un estatuto autonómico separatista y divisionista. Hoy sólo hubo violencia y enfrentamiento entre las familias que viven en el departamento de Santa Cruz”, señaló.
Diálogo condicionado = fracaso
Mientras en gran parte del territorio nacional se realizaban masivos festejos por el inicio del proceso autonómico, el Jefe de Estado enviaban un mensaje a los nueve prefectos del país: diálogo inmediato.
“Quiero convocar a todos los prefectos, que desde mañana (hoy) trabajemos por una verdadera autonomía, una autonomía basada en la nueva Constitución Política del Estado boliviano. Espero que los prefectos me puedan escuchar, para que juntos garanticemos una autonomía para regiones, para sectores como los pueblos indígenas, pero también para los departamentos”, señaló.
La respuesta fue inmediata. El Prefecto del Beni, Ernesto Suárez, dijo que están dispuestos a dialogar “pero hay que ser demasiado miope y ciego para no reconocer el resultado de ayer, de no admitir que perdieron”. “Nada detendrá las autonomías en Tarija, Pando y Beni aunque se posibilite el diálogo con el Gobierno”, enfatizó.
El Prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, a quien la gente lo aclamó en una concentración como “gobernador” respondió que están dispuestos a dialogar pero si ninguna condición.
“Hoy iniciamos el camino hacia una nueva República, hacia un moderno Estado que en principio se formará con los cuatro departamentos autónomos hasta convertir a Bolivia en el Estado unitario más representativo de toda América Latina…Con el voto se ha consolidado el inicio de la reforma estructural de mayor trascendencia en nuestra patria. Las urnas han dado su veredicto; los emisarios del mal no pudieron imponer su rencor y su odio. Hoy hemos logrado una página gloriosa en la memoria nacional para construir una patria nueva con responsabilidad, con unidad. Debemos felicitarnos por haber reafirmado nuestro compromiso con la democracia”, resaltó.
Desde hace días atrás, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), Naciones Unidas, países vecinos y representantes de la Iglesia Católica convocaron de manera infructuosa a un diálogo, sin ningún resultado.
¿Se necesitará un mediador? ¿Los bolivianos requerimos un observador para resolver nuestros problemas? No. Lo único que se necesita de ambas partes es una verdadera y transparente voluntad política.
En el tapete de la discusión se encuentra el estatuto autonómico cruceño que, desde ayer y en este proceso, le permitiría a Santa Cruz definir su política de tierras, de economía, de educación, de salud y le permite crear una Asamblea Legislativa para aprobar leyes departamentales y además designar autoridades locales y también se encuentra la nueva Constitución Política del Estado que pretende “refundar” Bolivia en lo político, económico, social y cultural.
Efecto dominó = desgobierno
Diferentes sectores sociales del país –tanto del oficialismo y de la oposición- desde un tiempo a esta parte demandan a las autoridades que se haga un esfuerzo por compatibilizar los estatutos autonómicos con la nueva carta magna. Esa es la única salida para la crisis.
Mientras el proceso de diálogo no se concrete siguen las agendas rumbo a los referéndum autonómicos en Beni, Pando y Tarija. Santa Cruz fue el primer departamento y se puede presentar un efecto dominó que puede dividir aún más a los bolivianos y bolivianas, en general y puede acrecentar el desgobierno.
“Debemos lograr un gran acuerdo nacional que armonice las normas bolivianas y fortalezca las instituciones de la república para dar certidumbre y seguridad jurídica a todos los bolivianos. Bolivia nos exige un pacto que no viole la democracia, la libertad ni el estado de derecho, un acuerdo que no niegue ni menoscabe la voluntad expresada en el referéndum del 2 de julio (2006) y puesta en marcha hoy”, señaló el prefecto de Santa Cruz.
“Este día llamado de fiesta, esta consulta sobre el Estatuto Autonómico ha fracasado rotundamente. Esta consulta ilegal y anticonstitucional no tuvo éxitos como esperaban algunas familias, algunos grupos en el departamento de Santa Cruz… Nace una gran rebelión en el departamento de Santa Cruz contra los grupos que siempre usaron al pueblo en base a los recursos económicos. Estoy seguro de que esto, tarde o temprano, terminará”, sentenció el Presidente de la República.
Los bolivianos y bolivianas no queremos más enfrentamientos ni división. Ayer, a pesar del saldo de decenas de heridos y contusos o la quema de ánforas y la destrucción de papeletas de sufragio en poblaciones como San Julián, Yapacaní, Montero o el Plan 3.000, la situación no pasó a mayores. La historia pudo ser diferente.
“Nadie le puede decir a estos cientos de miles de bolivianos que su voto fue en vano. El gobierno del MAS no puede decir que ese voto no tiene valor porque con el voto del pueblo no se juega, el voto del pueblo es democracia”, dijo el dirigente del Comité Cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic
El prefecto de Tarija, Mario Cossío, afirmó: “Sólo trabajaremos con el Presidente de la República si modifica su conducta y reconoce la voluntad popular”.
Transcurridas algunas horas del 4 de mayo, el día “D” –considerado por algunos agoreros, nacionales e internacionales, como una “bomba de tiempo”- ratificamos que Bolivia no se encuentra al borde el abismo si no ante el reto de encontrar soluciones concertadas.
Más allá de algunas voces que exhortan al uso de las armas y la violencia, los métodos para encontrar soluciones están en el diálogo y la concertación.
La unidad de la Patria requiere en esta coyuntura despojarse de todo interés y pensar que en una revolución se debe dar, a veces, un paso atrás para seguir con dos adelante. Este es el caso. El Gobierno de la Revolución Democrática y Cultural debe reconocer errores cometidos en estos dos años de gestión y abanderar la lucha autonómica: una autonomía no sólo para los grupos de poder sino una autonomía para los pueblos que sea solidaria, digna y con justicia social.