Los Acuerdos de Asociación Económica (EPA, por su sigla en inglés) son tratados de libre comercio de gran envergadura diseñados para obligar a las regiones que forman parte del ACP a eliminar las barreras comerciales para casi todos los productos importados de la UE. La Comisión Europea está presionando para que esos acuerdos comerciales entrañen la liberalización general y profunda de las inversiones, el comercio de servicios y la contratación pública (compras del Estado), al igual que compromisos claros con respecto a la política de competencia y los derechos de propiedad intelectual. La fecha tope para concluir esos acuerdos es el 31 de diciembre de 2007.
Muchos países del ACP, especialmente en África, han manifestado que no están dispuestos a suscribir tales acuerdos. Los países en desarrollo quieren elaborar políticas regionales y seguir fortaleciendo la integración regional antes de establecer compromisos con la Unión Europea. Sin embargo, la UE está amenazando con restablecer aranceles de importación más elevados para las exportaciones de los países del ACP y recortarles la ayuda, si no suscriben esos acuerdos antes que venza el plazo a fin de año.
La UE está asimismo decidida a imponerle acuerdos de comercio regionales y bilaterales a los países de América Latina y Asia, como parte de la nueva política comercial agresiva presentada por el Comisario de Comercio de la UE Peter Mandelson en octubre de 2006 en su documento de estrategia titulado Europa Global compitiendo en el mundo.
Condenamos el empleo de esas tácticas de intimidación contra algunos de los países más severamente empobrecidos del mundo, así como la exigencia de reciprocidad en las relaciones comerciales entre países de poderío económico tan dispar. La apertura de los mercados del ACP a la competencia injusta y desleal de las exportaciones de la UE, socavará las iniciativas regionales de integración y destruirá su industria naciente y a sus pequeños agricultores.
Millones de campesinos y campesinas, pequeños agricultores y pescadores artesanales sufrirán las consecuencias, especialmente en África donde hasta un 90% de la población depende de la agricultura como sustento. Los trabajadores y trabajadoras fabriles de todo el ACP se verán condenados a perder su empleo. Los propios estudios de impacto encargados por la UE pronostican que los EPA podrían conducir al colapso de la industria manufacturera del África Occidental.
La UE está presionando agresivamente por la liberalización de las inversiones, la contratación pública y la política de competencia, a pesar que esa iniciativa (conocida en la jerga como las ‘cuestiones de Singapur’) ya fue rechazada en la OMC por los países en desarrollo, puesto que su impacto en las comunidades empobrecidas y su medioambiente resultaría devastador.
Nosotros y nosotras, en nombre de las organizaciones abajo firmantes, apoyamos plenamente la lucha de los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil de los países del ACP para impedir que sus gobiernos suscriban estos acuerdos que tendrán consecuencias catastróficas para sus pueblos y su medioambiente.
Nos preocupan igualmente los TLC bilaterales y regionales que la UE está decidida a imponerle ahora y en el futuro a los países asiáticos y de América Latina, en nombre de las empresas transnacionales europeas.
Rechazamos la nueva política comercial agresiva de la UE plasmada en su Europa Global compitiendo en el mundo. Esa estrategia redundará en la proliferación de negociaciones bilaterales de la UE con Corea del Sur, los países del ASEAN, la India, América Central y la Comunidad Andina de Naciones, que pronto habrán de sumarse a la lista actual de negociaciones en curso de la UE con los países del ACP, del Golfo Pérsico y el MERCOSUR.
La “doctrina Mandelson” no es más que un recetario político al servicio de los intereses de las empresas transnacionales europeas, a las cuales les ofrece nuevos mercados y oportunidades de inversión, además de acceso a recursos naturales y reservas energéticas, y la protección de su monopolio de las tecnologías –todo ello a costa de la soberanía alimentaria, la protección del medioambiente y la sociedad, y el espacio político indispensable para ejecutar estrategias nacionales autónomas.
Exhortamos a los gobiernos del ACP y de los otros países que están en la mira a rechazar las propuestas ofensivas apadrinadas por la UE. Invitamos a los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil en esos países y Europa a movilizarse para impedir que se suscriban esos acuerdos comerciales de corte empresarial corporativo.