El Encuentro anual de colaboradores y colaboradoras del Programa de Educación Popular y Acompañamiento a Experiencias Locales, como se esperaba, fue una celebración de familia cubana en el sentido más tradicional y arraigado del término. Trato de explicarme.
Como siempre que se trata de un encuentro familiar íntimo, no podían faltar las palabras de los mayores. Esas que salen de la sabiduría acumulada y resultan, más que un consejo, una bendición para la familia, porque se traducen en cosas que, tal vez sin saberlo con certeza de antemano, los hijos e hijas necesitan oír en el momento preciso. Escuchamos la palabra del reverendo Raúl Suárez.
El centro de la bendición se colocó en el significado bíblico del don del discernimiento. No voy a repetir aquí lo que dijo. Para eso está la memoria del Encuentro. Quiero subrayar, eso sí, que parafraseando saberes también bíblicos, el padre de esta familia nos invitó al discernimiento necesario que reclaman los tiempos que vivimos hoy. Como buen padre, no nos regañó. Sólo nos invitó a pensar, a discernir desde el compromiso y la fe. Entonces, sin decirlo, nos invitó a posicionarnos nuevamente.
Fue así que en esa palabra se expresó claramente otro don: el la oportunidad acertada, que creo que existe, y que, obstante las veces que lo hemos comprobado, nos sorprendió de nuevo por su pertinencia. Ese fue la constatación inequívoca de que efectivamente estábamos en familia.
Pero hay más. Una familia real cuando se junta sabe para qué lo hace. Los colaboradores y colaboradoras no erraron el tiro. Sus expectativas —levantadas al lado de frases inspiradoras— iban de la mano con los objetivos del encuentro. Mínimos, y por eso desechables, fueron los dardos un poquito alejados del blanco.
No hay buena familia que no conozca las historias propias, que no reconozca sus raíces, que no sepa hacia dónde se encamina, que no esté al tanto de los sentidos que la guían.
El ejercicio “EPAEL, la sociedad cubana y yo” permitió verificar que estaba reunida una familia que conoce bien sus interioridades. Organizada en cuatro grupitos armados al azar, esta familia dio cuenta de la medida de su apropiación de los propósitos del programa, sus actividades principales, sus sentidos más hondos. Dio cuenta de sus contribuciones al significado político que porta la caminata social de cada uno de sus miembros.
¿Habrá acaso buena familia cubana que no se comprometa a aportar su granito de arena al crecimiento familiar? Por supuesto que no. Entonces, la nuestra, resueltamente como siempre, propuso su cuota de entrega, individual y colectiva, a la Red de educadores y educadoras populares que empezó a (re)construirse este año —que hace más calificada la colaboración—, para mantener a todo tren nuestro modesto aporte a la obra mayor.
En familia, en la casa, se dice por ahí, se lavan los trapos. Y eso hicimos. Evaluamos la marcha de la colaboración en 2006. Lo bueno, lo malo. Con gusto comprobamos que la ropa no estaba percudida, lo que no quiere decir que no necesitara ser lavada. También lo hicimos.
Como en buena familia cubana al final se armó la pachanga. No faltaría más. Mucho más cuando también estábamos en vísperas de Navidades, de Año nuevo, de aniversario del triunfo de la Revolución.
Otra gracia de esta familia se puso entonces de manifiesto: la del histrionismo que, desde la creatividad de la comisión de animación, permitió ver una “programación televisiva” de lujo, protagonizada por educadores y educadoras populares. De “Punto G” a “Palmas y cañas”, abarcando incluso a “Forense”, pasando por “Deja que yo te cuente”, por “La dosis exacta” y otros programas que ahora no resultaban tan habituales sino más bien renovados.
Esta vez nos acompañaba, además, Heberto, el ya famoso humorista guantanamero, educador popular por demás.
Lo más lindo de todo, a mi modo de ver, fue volver a observar con toda claridad el macroecumenismo del CMMLK. No sé qué otros lugares habrá así, pero acá, en el Centro, la inclusión y el respeto no es cuento.
Nuestra familia, como buena familia cubana, es mezclada y en más de un sentido; es decir en todos los sentidos. Así, raigalmente mezclados, bailamos todos los ritmos y gozamos al máximo el “Voy a pedir” de Adalberto Álvarez.
Así terminó la jornada laboriosa e intensa de dos días, que reunió a más de setenta personas. ¡Qué maravilla reconocernos verdaderamente en familia!, ¿verdad?.
EnRedadas y enRedados con la Educación popular y con los proyectos y sueños que animamos en cada experiencia que acompañamos, las/os que participamos en el Encuentro anual de colaboradores presentamos varias propuestas de encaminamientos para llevar adelante nuestro trabajo en red. En esta edición de Caminos publicamos las iniciativas de dos de los seis nodos propuestos por la red: Educación medio ambiental (coordina Jesús), Género (Carmen Nora), Formación (Leybiz), FEPAD (Martha Alejandro), Acompañamiento a experiencias (María Isabel y Félix) y Comunicación (Cheíto y Marla).
Dirección electrónica de la red: red_ep@cmlk.co.cu
NODO DE COMUNICACIÓN:
1- Actualización del directorio:
• Sacar convocatoria por:
– lista de la red
– boletín Caminos (enero)
• Distribuir el directorio (electrónico e impreso)
RESPONSABLES: Cheíto, Idania, Tamara, Lázaro, Rosy
Cada integrante de la Red envía la información a: edupop@cmlk.co.cu
2- Identificación de personas multiplicadoras de mensajes (chasquis – carteros, enlaces)
• Creación de fondos de materiales (impresos y digitales) en los temas de interés de la red)
• Definir sedes de esos fondos y sus responsables
RESPONSABLE: Emilita
3- Informar de los contenidos de esos fondos en el boletín Caminos
• Creación de la sección de la red en el boletín Caminos
• Envío de información de cada experiencia, nodo
RESPONSABLES: Ileana e Idania
4- Selección y capacitación de los “cronistas” (experiencias, grupo, etc.)
• Proponer un mecanismo de capacitación de los cronistas
RESPONSABLES: Cheíto, Idania, Tamara y Marcel (Coordina Ana Rosa)
NODO DE MEDIO AMBIENTE
1- Participación de coordinadores en talleres de capacitación de otros grupos:
• Módulo de Concepción y metodología de Educación popular
• Módulo de Trabajo grupal
RESPONSABLE: Alguita
2- Módulo de comunicación
RESPONSABLE: Julita
3- Módulo de trabajo comunitario
RESPONSABLE: Annia
4- Identificar experiencias interesantes y socializarlas
RESPONSABLES: Lazarita y Martha (vistadores)
5- Retroalimentación entre los grupos y con el CMMLK. Intercambios y asesorías entre los grupos. Mantener los corresponsales y Becas.
RESPONSABLES: Coordinadores CMMLK y visitadores
6- Intercambiar memorias, diseños y otros
RESPONSABLE: Yanoris
7- Validación y actualización de los registros (grupos)
RESPONSABLES: Hildelisa y coordinadores