El artículo publicado el fin de semana bajo la firma de Marc Lacey y fechado en El Paso, recordó que Carriles estuvo implicado en la destrucción en pleno vuelo de un avión cubano de pasajeros frente a las costas de Barbados el 6 de octubre de 1976 con un saldo de 73 muertes . “Hace 30 años, mucho antes de que los líquidos y el gel fueran restringidos de los vuelos en avión, un tubo de pasta de dientes Colgate pudiera haber derribado una aeronave del cielo”, recordó el comentario.
“Implicado en el ataque, pero nunca condenado formalmente, estuvo Luis Posada Carriles, exiliado cubano que ha buscado derrocar el gobierno de Fidel Castro desde hace largo tiempo. Hoy día, Posada, de 78 años, está en un centro para detenidos en El Paso, arraigado debido a una violación migratoria, mientras el gobierno estadounidense trata de encontrar una solución a qué hacer con él. Su caso presenta un acertijo para el gobierno de Bush, cuando menos en parte, debido a que Posada es un ex agente de la CIA y un ex oficial del Ejército de Estados Unidos”, expuso el periódico.
“Pese a insistentes llamamientos por parte de Cuba y Venezuela por su extradición, la presente administración se ha negado a enviarlo a cualquiera de dichos países para que enfrente un juicio”, expuso el Times.
El diario citó al abogado José Pertierra, representante en Estados Unidos del gobierno venezolano en el caso de extradición contra Posada Carriles, al señalar que “la lucha en contra del terrorismo no se puede pelear a la carta. “Un terrorista es un terrorista”, agregó.
El Times dijo que “sin embargo, la administración Bush se ha quedado corta en cuanto a perseguirlo como terrorista, aun cuando el Departamento de Justicia se refirió a él de esa manera en esta semana. En documentos entablados ante una corte federal en El Paso la semana pasada, lo describieron como “un criminal impenitente y confeso autor intelectual de conjuras terroristas y ataques sobre centros turísticos”. “En vez de ello, Posada enfrenta cargos de inmigración, al tiempo que el gobierno de Bush da su mejor esfuerzo por deportarlo a cualquier otra parte, donde él pudiera caminar en libertad”, agregó.
“El gobierno de Bush ahora está invocando una ley que prohíbe la liberación de un inmigrante ilegal que represente consecuencias adversas para la política exterior de Estados Unidos. Esa táctica ha puesto al país en la incómoda posición, en efecto, de tener que referirse a Posada como un terrorista incluso al tiempo que se niega a presentar cargos en su contra como tal”, consideró la publicación que se edita en Nueva York.
“Para cuando el avión de Aerolíneas Cubanas había explotado, Posada ya no trabajaba para la CIA. Sin embargo, los registros muestran que él, poco antes de que ocurriera, pudo haberles notificado a sus ex jefes que una bomba sería detonada en una aeronave”, afirmó el Times.
Citó también una carta enviada por Roseanne Nenninger Persaud, cuyo hermano de 19 años de edad, Raymond, fue uno de los pasajeros que murió en el ataque de 1976, al Procurador General de Estados Unidos, Alberto R. Gonzáles, a quien se pide que Poasada sea considerado por el gobierno norteamericano como un terrorista.
“Se siente como una doble moral”. “A él lo deberían tratar como Bin Laden. Si este hubiera sido un avión lleno de estadounidenses, habría sido una historia diferente”, dijo Nenninger al New York Times.
Incluyó además una declaración al respecto de Peter Kornbluth, perteneciente al Archivo de Seguridad Nacional por la Universidad George Washington: “Luis Posada Carriles es un terrorista, pero es nuestro terrorista”, dijo.