Los nmeros divulgados por la investigacin muestran que, en 2003, el 43% de la poblacin negra se encontraba por debajo de la lnea de pobreza, mientras entre en la poblacin blanca ese nmero era de 20%. La situacin se agrava cuando son analizados los datos en relacin con la indigencia: mientras el 7% de los blancos reciben menos de un cuarto de salario mnimo per capita por mes, entre los negros ese porcentaje llega al 19%, casi el triple.
Los nmeros de la concentracin de renta en el pas, segn el Ipea, muestran que sta “est emblanquecida”: entre el 10% de los ms pobres de la poblacin, el 64,6% eran negros; entre el 10% de los ms ricos de la poblacin, el porcentaje de negros cae al 22,3% y entre el 1% de los ms ricos de la poblacin, slo el 11,5% eran individuos negros. Las variaciones que ocurrieron, entre 1996 y 2003, en la distribucin de renta profundizan todava ms las desigualdades raciales.
En 2003, las mujeres reciban cerca de dos tercios del salario de los hombres (media de R$ 695,4 para los hombres y de R$439,9 para las mujeres). Si se comparan las desigualdades salariales por color, los negros reciban cerca del 48% del salario de los blancos. El caso de mujeres negras es todava ms grave: ellas reciben apenas el 30% de la renta media de los hombres blancos.
Segn la pesquisa, “el proceso discriminatorio que se da en el ambiente escolar y la necesidad de que la poblacin negra tenga que abandonar los estudios para dedicarse al trabajo, dado que sus indicadores educacionales son sistemticamente inferiores a los de los blancos, explica slo una parte de la desigualdad salarial. Otra parte significativa de esa diferencia es explicada por la discriminacin propiamente dicha, la que viene siendo comprobada por una serie de estudios desarrollados en esa rea”.
En relacin con las mujeres, la baja escolaridad no justifica las diferencias salariales, pues tienen en promedio un ano ms de escolaridad que los hombres y mejores condiciones educacionales en todos los indicadores. Eso, sin embargo, no les garantiza las mismas condiciones de trabajo que las ofrecidas a los hombres.
La investigacin afirma tambin que mujeres y negros en general encuentran ms dificultades para ocupar puestos de trabajo, sean ellos formales o informales. Mientras que casi el 8% de los hombres en general y el 10,6% de los blancos se encontraban desempleados en 2003, esos valores saltan hacia el 12,4% y 12,6% en el caso de mujeres y negros, respectivamente. El aumento en las tasas de desempleo, entre 1996 y 2003, se dio en forma ms intensa para mujeres y negros que para la poblacin blanca o masculina.
Datos de la investigacin muestran que los negros son un grupo sobre representado en el universo del analfabetismo, mientras que los blancos, estn sub representados, pues a la poblacin negra corresponde el 16,8% de la poblacin analfabeta, mientras que los blancos son el 7,1%, y la media nacional es de 11,6%. En relacin a la poblacin con 12 aos o ms de escolaridad son blancos el 15,2%, mientras los negros son apenas el 4,6%.
Segn la investigacin, la mejora de la calidad de vida y de salud depende de las condiciones socio-culturales, polticas y econmicas de la poblacin. Entre las mujeres blancas y negras con ms de 40 aos y menos de un ao de estudio, cerca del 70% nunca realizaron el examen clnico de mamas. Cuando el grado de escolaridad salta a 12 aos o ms de estudio, delimitada a la misma faja etaria, este porcentaje cae a cerca del 15%.