La compilación es un gesto de gratitud a la labor de estratega de Fidel y a su contribución decisiva para el mejoramiento creciente de las relaciones entre las religiones y espiritualidades y el Estado cubano. “Fe por Cuba”, el más reciente título de la Editorial Caminos, toma como punto de partida el emblemático concepto de Revolución del líder histórico, para compartir miradas ante las señales de estos tiempos y los desafíos que les plantean a las cubanas y los cubanos.
Los artículos incluidos apelan al rescate ético de lo político, como fundamento para una alianza entre cristianos, cristianas y marxistas, todos protagonistas del proceso de justicia social edificado en la isla. La compilación es un esfuerzo ecuménico pues junta a autores y autoras de diferentes denominaciones religiosas y generaciones del país. Sus voces son parte del movimiento ecuménico cubano, enraizado en la tradición del protestantismo histórico y la lealtad al pueblo cubano, a su historia, a su cultura, a su identidad nacional e integridad ética.
El libro contiene aportes del reverendo Raúl Suárez, compilador y promotor de esta iniciativa; del Historiador de La Habana, Eusebio Leal; del Coordinador de la Plataforma Interreligiosa Cubana, Pablo Odén Marichal, Canónigo de la Iglesia Episcopal; de Gabriel Coderch y Rafael Barrera Yanes, director y secretario ejecutivo respectivamente, del Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero. También escribieron las pastoras Dora Esther Arce, de la Iglesia Presbiteriana Reformada y Rodhe González, de la Iglesia Cristiana Pentecostal, la reverenda Ofelia Miriam Ortega, diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, el teólogo Reinerio Arce y el profesor Carlos Emilio Ham, rector del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas.
Este título ve la luz en momentos en que es preciso reforzar los mejores valores y tradiciones del pueblo cubano, con énfasis en la unidad nacional. Para los hombres y mujeres que se sumaron a este volumen, la Revolución cubana ha sido parte sustantiva de sus vidas como seres humanos y practicantes religiosos. Desde ahí comparten sus reflexiones bíblico- teológicas, pastorales y políticas.
El texto de contraportada es una buena síntesis del espíritu que animó a esta publicación: “Cuando Fidel calificó la revolución en mayo del año 2000, ante el pueblo reunido en la Plaza de la Revolución, no estaba definiendo un término. Estaba, en realidad, transmitiéndonos su experiencia condensada de revolucionario y planteándonos un desafío, proponiéndonos las metas más altas para que la Revolución —con mayúsculas, la nuestra, la cubana— siga siendo, no deje de ser.
“En este libro un conjunto de cristianos y cristianas de Cuba reflexiona sobre ese desafío. En la mejor tradición de la teología latinoamericana, lo hacen desde su práctica pastoral, desde su interpretación de la realidad a partir de sus vivencias en el proceso de la Revolución cubana. Es, pues, acto segundo: una reflexión a partir de la praxis del pueblo cubano en revolución”.