“El futuro hay que inventarlo en lugar de aceptarlo…”
Eduardo Galeano
Convencidos, convencidas de que conocer solo tiene sentido si es para ejercer una mejor acción transformadora, regresamos sobre la historia del módulo de trabajo comunitario, que es parte de la Formación en Educación Popular Acompañada a Distancia(FEPAD), permitiéndonos la experiencia de su implementación, una mirada crítica desde el momento político y las dinámicas del contexto que vivimos cubanos y cubanas hoy.
Mirar al módulo vigente como puerto de partida y no como puerto de llegada, nos llevó a rescatar, a partir de los objetivos inicialmente trazados, las intenciones, los por qué y para qué que estaban detrás de cada tema, de la lógica que acompañó cada momento. Esto permitió develar inconformidades que se levantan ante las nuevas contingencias y reconocer los desafíos que enfrenta, en nuestro contexto, el trabajo comunitario. Todo ello dio cuenta, sin lugar a dudas, de la urgencia de su trasformación y de la responsabilidad que asumimos al intentar profundizar en nuestro quehacer, airearlo, confrontarlo.
Compartir con experiencias concretas como las de los talleres de transformación del barrio, CIERIC, el MST, GEDIC, entre otras, abre un abanico para posicionarnos como redes y definir qué concepción de trabajo comunitario va a acompañarnos, de modo que facilite la organización social de un tejido con posibilidades de autogobernarse y autogestionar sus recursos desde el espacio comunitario.
Continúa siendo un reto superar el discurso aprendido y lograr que la educación popular se concrete en la práctica, que se asuma como un método para deconstruir estrategias de dominación e involucrar convicciones, valores, actitudes y esperanzas en la construcción de una cultura para la emancipación desde un modo de vivir, amar, relacionarnos y producir que nos engrandezca y nos humanice.
Adelantarnos a vislumbrar futuros deseados para la formación, que marque, desde los principios que acompañan la educación popular, el camino para incidir en nuestra realidad, ampliar capacidades y profundizar prácticas, fue el gran reto que iniciamos al releer el módulo en un mes de primavera con real rostro de verano.
Como parte de las continuidades, que nos movilizarán en los próximos meses en esa terca apuesta de construir un mundo mejor que creemos posible, se hace necesario poner a dialogar puntos de referencia, supuestos teóricos y definir pistas metodológicas para seguir soñando un módulo que dé nuevas oportunidades para fomentar comunidades, con capacidad de asombro y sensibilidad ante las problemáticas que viven, con opciones de futuro dialogadas, autónomas y responsables.