Una aguda reflexión sobre el ecumenismo y sus desafíos en el contexto cubano actual marcó la 47 Asamblea del Consejo de Iglesias de Cuba celebrada entre el 7 y el 8 de abril en la Iglesia Presbiteriana Reformada de Luyanó.
Este análisis parte de reconocer que la diversidad y riqueza de las tradiciones y pensamientos deben ser elementos que aporten a la unidad en función del servicio a la sociedad y la Iglesia Cubana y no obstáculos que provoquen divisiones.
Al referirse al ecumenismo en el contexto actual, el presidente del CIC Rev. Joel Ortega Dopico distinguió varios niveles. El institucional se da a través de las organizaciones ecuménicas y entre las propias iglesias (denominaciones) o instituciones, expresándose también en espacios comunes como celebraciones litúrgicas y acciones diacónicas, bíblico-teológicas o de compromiso social y político.
Acerca del ecumenismo de cara al futuro, Dopico invitó a preguntarnos hacia dónde vamos como iglesias cubanas y qué utilidad tiene el pensamiento protestante reformado para guiarnos y llevarnos de regreso a casa (oikos-mene). Esta reflexión parte también de asumir “cuánto hemos dividido la casa”, usando la metáfora de una grande y antigua vivienda habanera en la que cada generación construye una pared para delimitar su espacio propio y los más viejos quedan arrinconados. El ecumenismo es la única ruta de retorno, porque es un proceso de unidad, de búsqueda de la unidad perdida, expresó, recordando al Apóstol Pablo en la Carta a los Filipenses 1:6 “Doy gracias a mi Dios y siempre que me acuerdo de vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
Al concluir este segmento de su discurso, el Presbítero llamó la atención en la necesidad de que el trabajo ecuménico esté permeado por el análisis y la reflexión bíblica y teológica de nuestra realidad, escuchando profundamente la voz de Dios y la voz del pueblo.
El diálogo como principio
El período más reciente se ha caracterizado por la profundización del diálogo del Consejo de Iglesias de Cuba hacia lo interno y también con iglesias y organizaciones cristianas no miembros como las directivas de la Liga Evangélica, los Pinos Nuevos, Adventistas del Séptimo Día, Asambleas de Dios, Iglesia del Cristo Científico, Iglesias Menonitas, Ortodoxa Rusa, Unitarios, Católica Romana, las Convenciones Bautistas Occidental y Oriental y sus seminarios teológicos, entre otras, según lo describe el informe presentado a la asamblea.
Significativo también ha sido el respaldo a diferentes eventos y programas de carácter nacional como los Portales Ecuménicos y las Misas con motivo de sendas visitas del Papa Francisco en La Habana y el Patriarca Kiril de la Iglesia Ortodoxa Rusa, expresión esta última de la vocación de diálogo del CIC que, además, participó en la organización del Día Mundial de Oración, organizado por Cuba por primera vez en la historia de esta jornada.
Como parte de su relacionamiento con otras iglesias y organizaciones nacionales e internacionales, los directivos del CIC han participado en la última etapa en intercambios con figuras religiosas como el Presidente del Concilio Pontificio para la Unidad de la Iglesia Católica Romana, el Cardenal Kurt Koch del Vaticano, el Secretario General de Sociedades Bíblicas Unidas Michael Perreau, el Rev. Larry Miller, del Foro Cristiano Global, el Rev. Milton Mejías, Presidente del CLAI, la Rev. Gloria Ulloa, de la presidencia del Consejo Mundial de Iglesias y el Rabino Howard Schnitzer, Director de la Misión Cuba Judía Latina.
La distribución de biblias en todo el país, es otra de las misiones del Consejo en su labor inclusiva y ecuménica. La presentación de la Biblia en Braille en la Biblioteca Nacional, la traducción de la Biblia al lenguaje de señas cubana y la participación en el Proyecto Un Millón de biblias se destacan entre las acciones fundamentales en este sentido.
Cambios en la estructura
Como resultado de un largo proceso de análisis y con el objetivo de fortalecer el trabajo del CIC, en la asamblea se anunciaron transformaciones importantes como la permanencia solamente de Diaconía y Formación y Estudios como áreas programáticas, mientras al Departamento de Fortalecimiento Institucional se incorpora el Área de Comunicaciones. Asimismo se determinó el cese del programa de erradicación de barreras arquitectónicas y la incorporación del programa de Misión, Ecumenía y Evangelización al Área de Formación y Estudios.
Además, se propuso el cese de la instancia de Coordinación General, cuyos roles serán asumidos por el Consejo Directivo de la institución.
Para la planificación estratégica del período 2016-2018 se incorporó la protección a la niñez como eje transversal, como expresión de la prioridad que concede el CIC al cuidado de la infancia y la defensa de sus derechos.
La Asamblea terminó con la reelección del Rev. Joel Ortega Dopico como presidente del CIC, mientras el Rev. Antonio Santana ocupará el cargo de Vicepresidente.