Como una pequeña semilla que crece y se convierte en un gran árbol, la Red de Educadores Populares del territorio holguinero ha aumentado desde su creación en la medida que a quienes formaron el grupo fundacional se han unido más y más personas que comparten sus objetivos. Cierto que ha habido quienes se han alejado; cierto que siempre se puede hacer más, pero la presencia de quienes su afán es ayudar es muestra suficiente de que la Red es una urdimbre de luz y amor que existe en esta provincia, y se empeña en transformar la comunidad para mejor.
Al inicio del encuentro cada uno de los presentes reveló su procedencia: educadores, promotores culturales, instructores de arte, estudiantes, miembros de proyectos comunitarios territoriales; sus expectativas: aprender, ayudar aprender a ayudar, eso también, crecer como individuos y como grupo, y nutrirse de herramientas para cambiar la realidad inmediata que tantas veces debe ser cambiada ¿El propósito?: reconocer y consolidar la identidad de la red de educadores populares, reforzar los vínculos entre ésta y diferentes instituciones además de potenciar la colaboración entre los proyectos pertenecientes a la Red. En fin: conocernos, fortalecernos…
La red de educadores populares en el territorio fue fundada en el año 2004; y transformar la realidad ha constituido un proceso continuo –aunque ciertamente lleno de altibajos- que a la distancia de los años ha brindado frutos.
Las expectativas de este encuentro eran fundamentalmente la integración del proyecto Escaramujo de Holguín; observar atentamente los últimos tiempos con el fin de evaluar las actividades de la Red en el territorio, para reconocer además de las ventajas, aquellas debilidades sobre las cuales se debe trabajar. Y el objetivo de evaluar el trabajo de la red en Holguín desde los sentidos políticos, identificar procesos estratégicos de la red, conocerla – junto a su proyección- pero fundamentalmente seguir aprendiendo.
Un balance sincero era necesario y fue lo que se logró. Existe pero hay que seguir; tenemos pero no olvidemos hacer.
Una de las situaciones que se observó necesaria fue las carencias materiales que suelen limitar las acciones de la red; de hecho, hasta este momento se carecía de un espacio físico propio; pero una antigua sede será recuperada, lo cual constituye una enorme ventaja a la hora de articularnos como un solo organismo, y para la cooperación necesaria. . Aunque el acompañamiento de distintas instituciones con los proyectos Escaramujo y Venga la Esperanza existe, es necesario potenciarlo todavía más; asimismo el establecimiento de alianzas –unido al fortalecimiento de las ya existentes, pues en este sentido el trabajo es sólido- y la colaboración conjunta con la Universidad de Holguín. De esta manera, se aumentará el número de investigaciones que ofrezcan una visión clara acerca de la situación específica de las comunidades; el impostergable proceso de visualización de la red también debe verterse en las sedes universitarias, sobre todo en el caso de las facultades de humanidades y ciencias sociales.
Lo cierto es que estos últimos meses el ritmo decreció –y no se culpe a nadie, sólo pongámonos a trabajar- así que una intensa labor de comunicación y visualización tanto a nivel institucional como en el ciberespacio y medios tradicionales es urgente.
La formación de los miembros, sobre todo de los jóvenes; la consolidación de la estructura –siempre a través de fuertes vínculos y comunicación interna-; el acompañamiento de instituciones, son aspectos fundamentales a ocuparse para que la labor de la red aumente y cale más hondo en la sociedad.
Siempre que vivan personas con necesidad, habrá personas con la necesidad de ayudarlos. Esa es la naturaleza de nuestra red; unir a quienes están dispuestos a ir allí donde son necesarios para que crezca esperanza.