Detrás de la cortina
Por Courtney Parker
Courtney Parker participó recientemente en una delegación a Cuba de
Acción Permanente por la Paz. Ella es una activista, madre, y
estudiante que próximamente va a comenzar su doctorado en salud
pública en la Universidad de Carolina del Sur. Ella está terminando su
maestría en organizaciones sin fines de lucro en la Universidad de
Georgia este verano.
“Viajar es descubrir que todo el mundo se equivoca sobre otros países.”
Alduous Huxley
Dejé mis expectativas en la puerta del aeropuerto, mucho antes de
que registrara mi equipaje, cuando la fecha tan esperada de mi viaje a
Cuba, finalmente, se hizo presente en el momento. Este era un tipo de
sensación diferente la cual nunca había sentido antes, cuando me
disponía a salir al extranjero. Debido a que existe un velo entre
nuestros dos países, siempre he tenido mis sospechas con respecto a
cualquier tipo de información que pasa a través de este, ya sea
positiva o negativa. A veces poca información puede ser incluso peor
que ninguna, es decir lo suficiente como para envolver una gran
ilusión alrededor de esta. En ausencia de un marco completo, nacen
nuestras más grandes ilusiones y desilusiones. Cuanto más lejos
estemos, o más ignorantes somos de algo, más nuestro cerebro utiliza
suposiciones y proyecciones para dar sentido a lo que no vemos. En
nuestro segundo día ahí, un historiador cubano nos pidió que
describiéramos nuestra impresión inicial en dos palabras. Yo respondí:
“misterio hermoso. En muchas maneras, para mí, sigue siendo… un
misterio hermoso… pero también lo es el resto del mundo.
Sin embargo, pasar tiempo en Cuba en el contexto de un viaje
educativo de “pueblo a pueblo” proporcionó una valiosa oportunidad
para aclarar un poco este misterio, y para desenmascarar algunas de
las suposiciones comunes que se mantienen aquí en los Estados. Puede
sorprender a algunos que los cubanos en general no parecen considerar
a Fidel Castro o su hermano Raúl, como villanos tiránicos, de hecho,
parecen disfrutar de una amplia base de apoyo relativamente, que
muchas veces puede al menos rozar el amor verdadero. Al agregar al Che
Guevara en la ecuación, la balanza probablemente se inclina cada vez
más hacia el amor. Su cara está tatuada en cuerpos, colgada en las
paredes e impresa en casi cualquier tipo de superficie se pueda
imaginar. Ellos son los héroes revolucionarios para muchos, aún hoy en
día. En la actualidad, parece que Cuba no está ni por cerca tan
dividida como los Estados Unidos políticamente, e incluso muchas de
las voces críticas no parecen estar dispuestas a deshacerse
completamente de su modelo de gobierno actual… lo que nos lleva al
embargo.
¿Qué tiene que ver esto con el embargo? Gran parte de la retórica
utilizada para perpetuar y explicar las políticas que rodean al
embargo se envuelven en alguna noble idea de que estamos apoyando a la
“libertad” del pueblo cubano. Mientras tanto, el propio embargo parece
ser uno de los mayores obstáculos para la verdadera libertad del
pueblo cubano, ya que les impide participar como ciudadanos del mundo
en la economía global, como mejor les parezca. El embargo significa
que incluso con uno de los mejores sistemas de salud del mundo,
algunos equipos médicos y medicinas, no están disponibles para las
personas que los necesitan. Esto significa que el derecho humano
básico a la salud se les niega… a través de la política de EE.UU.
No es el gobierno, ni los Castro, que están realmente siendo
castigados por el embargo… es la gente. Sin embargo, contrario a la
opinión popular, quizá equivocada, no hay un abismo tan profundo en la
falta de conexión entre estas dos entidades (“el gobierno” y “el
pueblo”), como muchos podrían pensar. Los cubanos tienen un tipo de
democracia diferente a la nuestra, más participativa que
representativa, pero no necesariamente sufren de la falta de ella…
tal vez ni más ni menos que nosotros. Tal vez deberíamos enfocarnos en
salvar los últimos restos de nuestro propio sistema democrático el
cual está desapareciendo en un vacío plutocrático…y dejar que los
cubanos lo resuelvan por sí mismos. ¿No sería esa la libertad
verdadera?
Por lo que a mí respecta… el embargo hace que los Estados
Unidos se vean como un cobarde, un bravucón asustado que se ve
amenazado por aquellos que piensan y actúan diferente. Si realmente
creemos que el modelo comunista / socialista cubano está tan condenado
al fracaso… entonces ¿por qué no sólo le damos la oportunidad de
seguir su curso y demostrar sus defectos al resto del mundo? Al
retenerlos de cualquiera sea su verdadero destino, nosotros parecemos
como si tuviéramos miedo de que podrían prosperar… y por lo tanto
descartaríamos un sinnúmero de años e historias de propaganda que
dicen lo contrario. Si realmente creemos en la libertad…. entonces
nuestro siguiente paso es obvio… El embargo debe terminar. Durante
más de veinte años, el resto del mundo ha puesto su voto en esta
dirección… La última votación de las Naciones Unidas fue abrumadora,
188 a 3 a favor de poner fin a esta política opresiva. Si queremos
mantener un sentido de legitimidad en el escenario internacional,
ahora nos toca a nosotros…