Cuba no cesa de caerse y reponerse tras cada temporada ciclónica. La misma piedra aguarda tozudamente cada año, en desafío a la “experticia” cubana. Y, en efecto, trae muchas pérdidas materiales; pero raramente se reporta una muerte. Los del archipiélago corren prestos a lugares alistados con antelación, como aquellos aborígenes de hace siglos lo hacían hacia cuevas seguras.
También raudos, periodistas de todos los medios cubanos cronican cuanto acontece antes, durante y después del paso de un meteoro, a manos juntas con la Defensa Civil y el Instituto de Meteorología. Pero, con largos años de práctica en cobertura de huracanes, los profesionales de la comunicación en Cuba apenas contaban con la rutina obtenida sobre la marcha y un nutrido archivo, dispuesto en cada periódico, revista, canal, o emisora de radio que, asistemáticamente, daba cuenta de la labor responsable y vitalísima de proteger a los y las cubanas, a la economía del país y su infraestructura constructiva, de los efectos de un ciclón.
Tres periodistas con probada experiencia en la cobertura de fenómenos meteorológicos, han puesto en papel las vivencias de muchos colegas a lo largo y ancho de la Isla, vertidas en dos talleres, uno regional y otro nacional sobre cobertura de huracanes, que tuvieron lugar en 2008 y 2009 respectivamente, auspiciados por la UNESCO.
Iramis Alonso, Bárbara Avendaño y Toni Pradas dijeron este lunes haber escrito el texto en tiempo récord, porque A mal tiempo, periodismo. Cobertura de huracanes en Cuba, libro recién salido de imprenta, parece ser, como el tema que los llevó a escribir, urgente.
“Conocer el fenómeno, saber cómo actuar, prevenir y educar a la población, con un tratamiento certero de la información, son vitales para mitigar los efectos de un meteoro”, señaló durante la presentación Herman Van Hooff, director de la Oficina Regional de la UNESCO, quien además catalogó la obra como “oportuna recopilación de un saber necesario”.
“El libro pretende demostrar la evolución de un periodismo que tuvo que aprender sobre la marcha apunta Toni existía la necesidad de ordenar nuestra práctica, a la par de la organización alcanzada por la sociedad. Este texto es obra de la inteligencia y el oficio de periodistas cubanos, y espera poder aportar al necesario intercambio de experiencias”.
Contado desde el “alma” reporteril de sus autores, el texto no podría, si no, ser lo que es: la exquisita narración de tiempos en los que se vive a tope para llevar a la gente todo lo útil y necesario. Un valioso acápite con lo más significativo publicado en los medios de comunicación, extraído de diversos archivos, es el corolario de un testimonio profesional y humano, herramienta ya en manos del público.
por: Dania Ramos Martín