Con la presencia de activistas y líderes de organizaciones sociales, indígenas y campesinas de la América Latina comenzó en Cochabamba, Bolivia, la primera sesión del Tribunal Internacional de Justicia Climática, que sesionará hasta mañana miércoles en la Facultad de Derecho de la Universidad Mayor de San Simón.
El Tribunal, representado por ocho prestigiosas personalidades del campo social y de derechos humanos, tiene el propósito de visibilizar las causas del cambio climático y juzgar a los principales Estados y empresas responsables del calentamiento global.
“Este tribunal es una herramienta de los pueblos para construir juntos la justicia climática, analizar los antecedentes y crear agendas concretas de lucha”, dijo en la apertura Beverly Keene, coordinadora de Jubileo Sur, uno de los espacios que organiza el Tribunal.
Durante las dos sesiones de trabajo, los jueces y juezas estudiarán denuncias contra las empresas Doe Run y Minera Volcán de Perú, la organización holandesa Face Profafor, los gobiernos sudamericanos que construirán rutas con impacto ambiental y una empresa que produce etanol en el Valle del Río Cauca de Colombia.
“Empezamos en esto por amor al medio ambiente. Hoy estamos aquí para buscar soluciones porque el capitalismo ha fracasado”, dijo Cristian Domínguez, de la Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático.
El pasado 22 de septiembre el presidente Evo Morales propuso en Naciones Unidas la creación de un tribunal contra el cambio climático, como un espacio permanente para investigar a gobiernos y empresas que contaminen el medio ambiente.
Según estudios, se prevé que a lo largo del presente siglo las temperaturas medias globales aumenten entre 1,4 y 5,8 grados, lo cual confirmaría definitivamente la tesis del cambio climático.
El Tribunal se rige simbólicamente según la lógica de los juicios convencionales y en el cierre de mañana dará a conocer sentencias éticas, morales y políticas.