Para Jacquelin es válido recuperar los orígenes de la Educación popular (EP) en la lucha contra el olvido. Desde mediados de los sesenta la Educación popular cuestionó al capitalismo, a ese conocimiento que te hace reproducir el individualismo. Ese planteamiento alternativo sigue vigente, lo cual implica que lo recontextualicemos en nuestros países, en los procesos que estamos viviendo.
En nuestro caso hemos ido al rescate de la memoria de Simón Rodríguez, que desde 1770 decía que había que educar ciudadanos para poder tener república. Ese es nuestro reto. Como educadoras y educadores tenemos que acompañar todo lo que está sucediendo en la construcción de un país solidario, que esas propuestas no sean ideales de estructuras gubernamentales o partidistas, sin corresponsabilidad real.
No siempre los dirigentes tienen los métodos para hacer que la gente se implique y entonces nuestra propuesta es hacer que la gente participe, que se “aterricen” esas políticas . Ya se han dado pequeños pasos, pero no siempre la movilización es espontánea, entonces nuestro papel es activarla, impulsarla, favorecer el encuentro, el análisis. Por eso tenemos que estar atentas y atentos, en movimiento para no estancarnos.
El socialismo no es sólo un asunto de hablar de valores, hay que ser mejores ciudadanos, y eso tiene que expresarse en acontecimientos cotidianos. También se trata de un problema económico, pero no para aumentar sueldos, porque eso no hace más socialismo. La pregunta es cómo gerenciamos esos recursos para no reproducir el capitalismo, ni propiciar el enriquecimiento ilícito, el consumismo…
Esos sentidos políticos que nos aporta la Educación popular son una apuesta por lo colectivo, a favor de la participación real, que tiene que ver con ser oídos, con corresponsabilidad y que se traduce en acciones, no sólo en ideas. Todo está indiscutiblemente relacionado con el método marxista. Tener una actitud crítica de las sociedades, siempre será un aporte a la construcción colectiva, al socialismo aquí, en Venezuela o en cualquier otro sitio…
Nosotros ya lo estamos haciendo en los Consejos comunales y el desafío no es fácil. Pero se puede, es una utopía.