No dejó de soñar hasta su último sueño. En septiembre pasado nos regaló “Testigo de uno mismo”, y ahora trabajaba en un nuevo libro de poesía “Biografía para encontrarme”. Como si hubiera dado poco, seguí sumando a su larga y variada obra.
Pululan por Internet los sitios donde conectarse gratuitamente con su lírica o su voz uruguaya, latina que nos dice como podría ser el otro mundo, el mejor: “si Dios fuera mujer/es posible que agnósticos y ateos/no dijéramos no con la cabeza/ y dijéramos sí con las entrañas.” Y habrá quien prefiera tomar prestadas sus declaraciones para un “amor de tarde” o aplicar su “táctica y estrategia” para vivir una pasión.
Mario ahuyentó a la desmemoria. Compartió las vivencias duras o espléndidas: de las dictaduras a la democracia, a la justicia; del desamor a la entrega plena. No se giró hacia otro norte, más bien, echó raíces, “aquí abajo” en el sur que también existe y no se cansó de gritarlo.
Cuba le abrazó y él se dejó sacudir, quizás sea más preciso decir, que le sedujo la Revolución Cubana, y desde ella, miró con otro prisma al continente. En particular la Casa de las Américas, no solo conserva ediciones de su obra, sino también, el patrimonio de su gestión a favor de la literatura y la cultura nuestras.
Parte de la gratitud por lo que nos dio fue la entrega el 12 de diciembre de 1997 del título de Doctorado Honoris Causa, otorgado por la bicentenaria Universidad de La Habana. Más acá, en el 2008 el I Premio ALBA del Fondo Cultural de la Alternativa Bolivariana para las Américas en la categoría de Letras, le reconocía su trayectoria. Fue la última vez que le vimos aparecer en público antes de ser hospitalizado.
Hoy es día de luto en América. El Gobierno uruguayo decretó duelo nacional para despedirle con los honores patrios, con la presencia de intelectuales y políticos, aunque es pequeño su Uruguay natal y un solo día para velar su último sueño.
Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros (250 km al norte de Montevideo). Fue autor de decenas de libros de poemas, prosa, cuentos, novelas y ensayos, así como de teatro. Su novela “La Tregua” fue llevada al cine -y nominada al Oscar en 1975 como Mejor Película Extranjera. El director de cine argentino Sergio Renán hizo otro tanto con “Gracias por el fuego” (1985).
Joan Manuel Serrat, Nacha Guevara, Luis Pastor, Pedro Guerra, Daniel Viglietti…musicalizaron sus versos. En Cuba la trovadora Sara González de seguro no dejará de responder:
- Por qué cantamos*
Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos
si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos
si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por que cantamos
cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.