En esta semana, el día 5, se cumple un año de la muerte de Chávez. Todos y todas estaremos pensando en él, en su alma llanera, sus cantos al pueblo, su enfrentamiento al imperialismo y a los poderosos del mundo, su pasión por el beisbol, el amor inmenso a la abuela, su fidelidad a los buenos soldados del ejército que también son pueblo, el niño arañero que vivió en Sabaneta ahorrando kilitos para entrar al cine, el amigo entrañable de Cuba, el de discursos largos, el comandante, el hijo del pueblo.
Este cinco de marzo Venezuela cierra un año de dolor pero también de esperanza, de creación, de lucha. Son días complejos en que está en juego el futuro de un proyecto de justicia que transforme históricas relaciones de dominación y un sistema democrático que ha sido muy difícil defender durante estos 15 años de revolución bolivariana.
Estamos seguros de que todos y todas estaremos conectados con Chávez, su legado para toda América Latina. Estaremos pensando en el mucho bien que nos hizo, en el valor de entregarse hasta el final al pueblo que amó más que a todo.
En el Centro estaremos recordándolo especialmente a las 4:00pm. Estamos invitando a este encuentro a todos y todas, la gente del Centro, la iglesia, el barrio, las redes, todos los que puedan llegar a celebrar su vida, la inmensidad de su obra, el amor mutuo que nació aquel día que se bajó de la escalerilla sorprendido de encontrarse a Fidel cuando era un insurgente con gritos de rebeldía.
Será bueno dar curso a toda iniciativa que pensemos. Hacer todo lo que se nos ocurra donde quiera que estemos. No dejemos que pase por alto este día y tengamos algún momento de homenaje. Nada será suficiente para agradecer, querer, y multiplicar la obra de este hombre bueno.
Aprovechamos este texto para recordar lo que algunos y algunas escribieron hace un año:
/La historia nos enjugará las lágrimas de este hoy por el mucho amor derrochado por este presidente hermano, y por la concordante respuesta que recibió del pueblo que reivindicó. Nuestras sombras serán iluminadas, y mucho creceré en esta tierra de gracia en la que hemos sido testigos de grandes milagros de solidaridad. /(Jacquelin Jiménez, educadora popular)
/Ya vi su boina roja, luego su frente ancha, sus ojos dormidos, su nariz andina, sus labios extrañamente quietos. Recorrí brevemente su torso y lo vi lleno de gloria. Me parecía demasiado grande en tan poco espacio. Cerré los ojos y lo vi mejor. Dejé de oír a Silvio y escuché su canto de combate. “¡Gloria al bravo pueblo!” Mi segundo con el comandante había terminado. /(Sayonara Tamayo, educadora popular)
/En estas primeras horas de tu partida física, y desde la patria de Farabundo Martí, de Monseñor Romero, de Shafick y tantos otros/as gigantes; solo desearte que tus pulmones, al fin, se colmen de cielo. Descansa, Comandante, nos toca a nosotros continuar la lucha. /(Esther Avalos, educadora popular)
/Otra vez ha muerto el Ché, o quizás por vez primera murió Chàvez cuando la emboscada de Ernesto Guevara en la Higuera. Chávez y Ché, o uno de ellos resucitado, la suerte de los latinoamericanos, el pretexto para seguir rastreando la utopía. Que el dolor nos una y nos dè fuerza para creer – y hacer- por la victoria./ (Grupo CEPRODESO, Red de educadores y educadoras populares y Red de Educación Popular Ambiental)