Aunque esta articulación, hija de los espacios formativos en Educación Popular del Centro Memorial Martin Luther King, tiene su principal anclaje en la realidad cubana, ya retoña en otros espacios latinoamericanos. Las modalidades formativas, presencial (talleres básicos, temáticos y de profundización) y a distancia (FEPAD), han involucrado a representantes de movimientos y organizaciones sociales de la región y a estudiantes de otras nacionalidades que cursan carreras universitarias en la isla.
Esta Red que comparte valores como el compromiso consciente, rebelde y profético con el pueblo cubano, su proyecto socialista y la Revolución, reúne durante esta semana a casi 300 de sus integrantes de ámbitos de gobiernos locales, del trabajo comunitario, docente, investigativo, agrícola, que llegan a Ciudad de La Habana desde zonas rurales y urbanas del oriente, el centro y el occidente del país, para dialogar sobre los aportes que hacen en experiencias sociales y comunitarias.
Entre los invitados están educadores y educadoras latinoamericanos, como el teólogo brasileño Frei Betto, que ha acompañado e impulsado la propuesta de la Educación Popular en la Isla. Sus reflexiones serán soplos de aliento para trazar las proyecciones de esta Red.
También participan Dolores Velazco, del Equipo Maíz del Salvador y Salvador Zúniga, del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), que recuerda la resistencia de su pueblo desde el golpe de Estado de junio de 2009. La solidaridad cubana con su causa democrática tiene expresiones en el IV Encuentro Nacional de Educación Popular.
Quizás la principal contribución de esta Red, esté en apropiarse de la Educación Popular para sentir y pensar el socialismo cubano, con énfasis en la participación activa de las mujeres y los hombres en la transformación de sus realidades. Por eso Rafael Salgado, peruano conectado a la Red desde FEPAD de estudiantes latinos y africanos que se forman en Cuba, quiere que las continuidades de este IV Encuentro Nacional se lleven a la práctica. Esa será la mejor manera de que esta reunión trascienda, asegura. El desafío es que “lo que se acuerde no se quede ahí, que sirva de nuevo punto de partida para trabajos concretos.”
En ese mirar a Cuba por dentro y al continente, andarán imbuidos las educadoras y educadores populares hasta el 12 de noviembre. Será un momento para repasar el camino y compartir pistas para al retornar a sus prácticas, seguir empeñados en cultivar el jardín de la esperanza.