Transformaciones subjetivas, cambios actitudinales y comportamentales desde una visión que privilegie el desarrollo de potencialidades y capacidades en actores sociales para una gestión ambiental participativa y sostenible, forman parte de las motivaciones e intencionalidades de un grupo de personas que apuesta por un redimensionamiento ambiental en nuestra sociedad, no desde las transformaciones físicas en los contextos sino desde los cambios de paradigmas y modos de hacer y de actuar, única forma de gestionar procesos que sean verdaderamente sostenibles.
Algunas experiencias se han involucrado desde una acompañamiento recíproco, en el que no sólo ellas se han nutrido de nuestros saberes y vivencias, sino que también nosotros hemos incorporado aprendizajes significativos cuando desde el espacio más micro, las comunidades y su gente, nos han enseñado cuánto se puede hacer para transformar una realidad, una comunidad o un grupo de personas que apuesta por un redimensionamiento diferente de la gestión ambiental.
Nos detenemos en el CREA (Como Realizo la Educación Ambiental) un como sin tilde, que nos deja atrás la pregunta para incorporar, en el mismo nombre del proyecto, una práctica que aglutina a muchas comunidades en el municipio de San Cristóbal. Su protagonismo responde a la singularidad de su gente, a las peculiaridades de los procesos de autogestión comunitaria que allí se gestan y que ayudan a involucrar comunidades enteras, grupos humanos en pos de una gestión ambiental sostenible.
Hace nueve años les acompañamos, con énfasis en las problemáticas medioambientales de sus comunidades, abordándolas desde procesos educativos y de modificación ambiental. El enfoque es participativo, por eso se logra la movilización en pro del proceso de desarrollo ambiental, la autogestión de recursos y todo con la implicación y compromiso de sus integrantes. Laboran actualmente en el fortalecimiento de grupos gestores en comunidades con las que han trabajado la temática desde hace algún tiempo. Sostienen la relación entre escuela y comunidad como importante pilar para el abordaje metodológico de la EP.
Los problemas ambientales sobre los que este proyecto pone sus énfasis son: la falta de saneamiento ambiental, las insuficientes condiciones higiénico- sanitarias, salinización de las aguas subterráneas, entre otros. En definitiva, se trata de sistematizar desde la práctica participativa, todo un proceso de gestión ambiental comunitaria, concluyendo con la celebración del evento: CREA, todos los años en una comunidad diferente.
El proyecto GUANÍ, con su sede en el municipio Guanes, tiene como finalidad última el conocimiento y conservación de la diversidad biológica existente en la Cuenca del Río Cuyaguateje, que ha sufrido por el resultado del manejo desproporcionado de sus recursos naturales, los que se ven hoy reducidos.
A pesar de ser considerada la más importante de su territorio, los niveles de información sobre su valor, los riesgos actuales y las potencialidades con las que cuenta la población para su rescate, aún son deficientes, por lo que se propone un programa de educación ambiental donde se promueve la participación comunitaria en procesos reanimadores de la Cuenca, en la modificación de conductas, percepciones y actitudes negativas que con relación a este espacio aun existen y que incremente el conocimiento de las particularidades de la región, lo que sin dudas, le permitirá interactuar con su medio desde una postura constructiva, creadora y sostenible, elevando así la calidad de vida de sus habitantes.
Otro proceso que encontró puntos de contacto y se inició desde un acompañamiento metodológico fue el PEASEP (Educación Ambiental en el Sector Empresarial y Productivo), que tiene como objetivo capacitar a los cuadros y funcionarios de las unidades de la Empresa de Transporte Agropecuario y al resto de las instituciones y organizaciones de las comunidades, donde se encuentran insertadas estas unidades, en temáticas relacionadas con la gestión ambiental. Procura, por la vía educativa, brindar solución a los problemas ambientales que presentan y de manera conjunta, elevar la calidad de vida de trabajadores y trabajadoras, de los habitantes de esas comunidades.
Dentro de los proceso que ha movilizado este proyecto está el trabajo que realiza con el Consejo Popular Crucero Echeverría, del municipio Consolación del Sur. Allí se han identificado problemas ambientales que han sido abordados con resultados positivos a través de la sensibilización de la población con su realidad local, todo ello basados en la educación popular ambiental (EPA) como precepto, para implicar a la comunidad como parte activa de su accionar.
Otras experiencias ya caminan solas, aunque siguen muy cerca de nosotros como colaboradores. Naturaleza y Salud, Familia y Lápiz Verde, son algunos ejemplos. Juntos y juntas andamos redimensionando, desde la concepción de la EPA, aquellos espacios en que intentamos construir procesos participativos para la transformación social. Aun queda mucho por andar, pero desde el compromiso y la voluntad de la gente seguiremos haciendo historia.
por: Javier Reyes Hernández