Como parte de la estrategia de las trasnacionales de saquear y recolonizar nuestros pueblos en complicidad con los gobiernos, en Honduras se han concesionado una enorme cantidad de ríos a manos de empresas privadas para el impulso de proyectos hidroeléctricos que benefician a la larga a reducidos sectores de poder siempre alejados de las comunidades afectadas.
Nuestros pueblos de América han comprendido que la resistencia en el territorio es el primer lugar de enfrentamiento contra las trasnacionales, sus modelos extractivos y el avance del capital y su sistema de dominación. La comunidad entonces se convierte en territorio de resistencia y lucha. El pueblo lenca de las comunidades miembras del COPINH en el sector de Rio Blanco en Intibucá Honduras libra una fuerte lucha contra una de esas iniciativas, el proyecto Agua Zarca. La lucha de estos pueblos es como la de otros movimientos sociales en América Latina que se unen contra la minería, contra las represas, por la defensa de los ríos y los territorios, en un largo camino de resistencia cultural que pone en el centro nuestro derecho a la autodeterminación y nuestras soberanías.
Las comunidades indígenas lencas se han expresado de manera diversa contra este proyecto de muerte y no han sido escuchadas ni por las empresas ni por instituciones estatales. Han votado en contra de su ejecución durante los cabildos abiertos organizados por los gobiernos municipales de la zona, así como en el marco de la Asamblea Indígena, que se ampara en el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales, exigieron al Ministerio de Recursos Naturales, SERNA una inspección ambiental que comprobó los daños ecológicos, y como nada resulta y no se escucha el clamor del pueblo, hace más de un mes están en las calles con una toma amenazada de desalojo continuo.
Nosotros, movimientos sociales unidos en la lucha anticapitalista, antirracista y antipatriarcal estamos junto a las comunidades lencas en esta batalla y exigimos el “retiro inmediato del proyecto Agua Zarca” que “privatiza el sagrado Río Gualcarque y el territorio”, y provoca “daños ambientales, desplazamiento, daños al patrimonio cultural y económico, militarización y amenazas contra miembros de las comunidades”
Comunicamos al pueblo hondureño y a los medios de comunicación nacionales e internacionales que los dirigentes del COPINH están amenazados por las empresas DESA y Sinohydro, animadoras del Proyecto, y por sus guardias de seguridad, una expresión de la militarización que sufre el país que junto a la policía nacional y unidades militares resguardan los planteles, maquinarias y equipos.
Les exigimos a estos medios, ciegos, sordos y mudos, que tomen parte en la Historia, soplen la palabra del pueblo, lleguen a cada casa, comunidad, barrio, cuenten la verdad del pueblo lenca y de sus ríos. Un silencio hoy, es una complicidad con la depredación, las privatizaciones y la muerte, frente a la dignidad humana, el respeto a los derechos de la Madre Tierra, el bienestar de las comunidades.
Pedimos a las comunidades indígenas cercanas y a todo el movimiento social de Honduras que tal como ya lo están haciendo se sumen a esta protesta que es un grito de resistencia no solo por un río, sino contra todo un sistema que oprime a nuestros pueblos para el enriquecimiento y el poder de unos pocos.
Solo unidas las comunidades podremos protegernos y ser fuertes contra el enemigo poderoso.
Así resistimos y por eso la COMPA se solidariza con el COPINH y su ejemplar lucha en América.
Mayo del 2013