Su comunidad le rindió un sentido homenaje allí en su iglesia, presidido por el reverendo Daniel Izquierdo, moderador del Sínodo Nacional Presbiteriano y la pastora Miriam Naranjo, moderadora del Presbiterio del Centro y, posteriormente, su cadáver fue trasladado a esta capital donde se realizó un segundo servicio religioso a cargo de quien fuera su pastor, el reverendo Héctor Méndez.
Fallecido a los 32 años de edad, era un indiscutible líder ecuménico. Fue presidente de la Juventud Presbiteriana participando en actividades del CLAI y de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA). Luego ingresó en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, del cual se graduó hace siete años y, una vez ordenado, fue instalado como pastor en la Iglesia Presbiteriana de Santa Clara.
Su intenso trabajo le llevó a ocupar, hace cuatro años, la presidencia de la importante Comisión de Política Eclesiástica, pasando a ser miembro del Concilio General de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba y asumiendo la responsabilidad de presidente del Comité de Campamento. Hace dos años se le eligió como Secretario Ejecutivo del Presbiterio del Centro, cargo para el cuál fue reelecto, por otros dos años, en el mes de diciembre del pasado año.
Durante su tiempo en esta provincia central desarrolló una excelente labor de hermanamientos de varias iglesias cubanas con otras de Alemania y de los Estados Unidos, desarrollando varios proyectos de servicio a la comunidad. Fue, además, colaborador del Centro Memorial Doctor Martin Luther King y del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), así como ofreció sus instalaciones eclesiales para múltiples eventos ecuménicos celebrados en esa región central del país.
Un considerable número de mensajes de condolencia, desde diversas partes del mundo, dan fe, a pesar de su juventud, de un testimonio vivo de fe y la promesa truncada de un líder de indiscutibles valores dentro del ecumenismo cubano.
“Que puedan sentir la presencia de su espíritu, su consuelo, su gracia, su paz”, expresa una carta enviada por la señora María Arroyo, coordinadora para Latinoamérica y el Caribe de Misión Mundial, del Concilio de la Asamblea General de la Iglesias Presbiteriana de los Estados Unidos; mientras el doctor Carlos Emilio Ham, también pastor presbiteriano cubano que asume, actualmente, el secretariado ejecutivo para la Diaconía de América Latina, escribe: “A pesar de su juventud y corto tiempo de servicio como pastor, e inspirado por su amor a la Iglesia y por su verdadera vocación pastoral, alcanzó muchos logros (…) también se destacó por su alegría, por su vocación de servicio, de entrega incondicional al prójimo, por su amistad, así como por su compromiso con el movimiento ecuménico y con nuestro pueblo.”
Por su parte, otra misiva firmada por el presidente del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), reverendo Marcial Miguel Hernández, quien se encontraba fuera del país en el momento del deceso, expone que “El testimonio personal que queda en mi corazón del reverendo Omar es el que dice Timoteo 4.12: ‘Ninguno tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo de los creyentes, en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza’. Estas palabras describen toda su vida al servicio del reino de Dios en la tierra.”
por: José Aurelio Paz, Consejo de Iglesias de Cuba
(Esta nota fue redactada con la colaboración del reverendo Héctor Méndez, pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana-Reformada de La Habana)