Al lanzar el Año Internacional de las Cooperativas 2012, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pretende revertir esa situación. Para ello se propuso tres objetivos: aumentar la conciencia sobre ese modelo empresarial y su contribución positiva, promover su formación y crecimiento e impulsar a los estados miembro del foro mundial a crear políticas que favorezcan su expansión.
La ONU cuenta con el apoyo de su Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) y el Comité para la Promoción y el Progreso de las Cooperativas (Copac).
Sin importar el sector en el que se desempeñan, las cooperativas son
consideradas modelos exitosos de empresas porque sus integrantes son
responsables de todas las decisiones de la institución.
Además no apuntan a la maximización de las ganancias, sino a atender
las necesidades de sus propios miembros, quienes participan en la
gobernanza.
Las cooperativas “pueden hacer inversiones a largo plazo en los
asuntos de mayor interés para sus usuarios, propietarios y vecinos”,
dijo a IPS el director del Centro para el Estudio de las Cooperativas,
de Saskatchewan, Canadá, Michael Gertler.
Esas características aumentan su longevidad y sus posibilidades de
subsistir en relación con otro tipo de empresas del sector privado.
Cooperativas y desarrollo sustentable
El potencial de las cooperativas para ayudar a erradicar la pobreza,
crear y fortalecer prácticas sustentables, y contribuir al desarrollo,
son las características que pretende destacar la ONU a fin de que las
promuevan los estados miembro.
Uno de los principales asuntos que se propone remarcar la agenda para
el desarrollo de la ONU es el aspecto humano, más que el financiero.
Las cooperativas combinan ambos. “Permiten que las personas se
organicen en empresas autogestionadas”, señaló el secretario general
adjunto para Asuntos Económicos y Sociales, Sha Zakang.
La economía verde requerirá un “cambio radical” en la forma en que los
seres humanos producen y consumen energía, y las cooperativas pueden
desempeñar un papel importante en la transición a ese modelo mediante
prácticas sociales y económicas responsables, apuntó.
También subrayó la importancia de las cooperativas para lograr cumplir
los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio en
2015.
Para la directora del Departamento de Desarrollo y Política Social del
DAES, Daniela Bas, las cooperativas pueden tener un efecto positivo en
poblaciones vulnerables como las indígenas y las comunidades rurales
porque son empresas que colocan a las personas en el centro de su
operativa.
Al margen
Un área en la que las cooperativas eclipsaron al sector privado es la
de finanzas.
La crisis económica mundial, que comenzó en 2008, afectó a la mayoría
de las empresas. Sin embargo, las “cooperativas mostraron
resiliencia”, señala un informe de la Organización Internacional del
Trabajo, publicado en 2009, que elogia a los bancos cooperativos.
El modelo no solo “sobrevive a la crisis” sino que también “resiste”
preservando “el sustento de las comunidades en las cuales opera”,
añade el documento.
“El último paquete para salvar a bancos privados pertenecientes a
inversionistas subrayó las virtudes de un sistema bancario cooperativo
que es menos riesgoso y no está sujeto a generar beneficios para los
inversores y bonos para los gerentes”, remarca.
“La fortaleza generada en los buenos tiempos es la que ayuda a paliar
la recesión”, sostiene el informe.
Las cooperativas no reciben la atención necesaria para expandirse,
arguyó el presidente de la Organización Mundial de Agricultores, Jack
Wilkinson, quien reclamó que el sector debía recibir apoyo para ocupar
un papel más central.
“El modelo empresarial cooperativo está subestimado en los medios de
comunicación” y ha sido olvidado por legisladores y marcos normativos,
señaló Piet Moerland, gerente de Rabobank y presidente de la
Asociación Europea de Bancos Cooperativos.
“Las cooperativas no compiten igual que las corporaciones”, indicó
Gertler. “Los gobiernos deben reconocer su probado papel de ofrecer
asistencia económica y financiera, en especial para las poblaciones y
lugares más vulnerables”, concluyó el director del Centro para el
Estudio de las Cooperativas.
Antecedentes
El inicio de las cooperativas se remonta a la
Europa del 1800.
En Alemania, en la década de 1860, Friedrich
Raiffeisen diseñó una empresa de ahorro y crédito
para ayudar a los agricultores. Su idea de banco
cooperativo se propagó a otras partes de Europa.
Al mismo tiempo, Schultze-Delitsch fundó uno
similar en áreas más urbanas.
También surgieron cooperativas de consumo entre trabajadores textiles en la década de 1840 en Gran Bretaña en época de crisis económica. Posteriormente, en la de 1950, ese tipo de empresa constituía 12 por ciento del comercio al por menor. En la actualidad, las cooperativas cuentan con 1.000 millones de miembros en más de 100 países.